"Estamos en una situación precaria": el CEO de Volkswagen dice que tienen demasiados mandos intermedios y unos costes de producción excesivos

Henning Krogh
| Traducido por: 
Thomas Schäfer, CEO de Volkswagen

Volkswagen

  • Thomas Schäfer, CEO de la marca Volkswagen, ha asegurado a los empleados en una reunión confidencial que la compañía se enfrenta a la fase más difícil de su historia reciente. 
  • El directivo criticó la guerra de precios que atraviesa el sector en plena batalla por los eléctricos contra China y EEUU. Además, se mostró partidario de la deslocalización y externalización de áreas que no forman parte del núcleo del negocio.

Pocas veces un miembro del consejo de administración de una empresa cotizada habla públicamente con tanta franqueza sobre su propia compañía como Thomas Schäfer. Según una investigación de Business Insider Alemania, el máximo responsable de Volkswagen Turismos habló sin tapujos recientemente con los empleados del fabricante de automóviles sobre el estado actual y el futuro de Volkswagen en un evento interno. 

Su conclusión no pudo ser más clara: Volkswagen se enfrenta con diferencia a la fase más difícil de la historia reciente de la compañía.

El contexto de esta situación está marcado por los nuevos detalles del programa de rendimiento, con el que la empresa quiere actuar de forma más rápida, eficaz y rentable. No hay "tiempo que perder", advirtió Schäfer. "Tenemos que hacer todo lo que esté en nuestra mano para posicionarnos de cara al futuro, aquí no puede haber pausa", prosiguió el directivo. "No hay nada seguro para el futuro, al contrario".

El evento, que duró unos 60 minutos y fue retransmitido por streaming para todos los empleados de la marca alemana, consistió en una charla con Schäfer moderada por Jesko Giessen, del departamento de comunicación interna de VW, titulada Hablemos. Fue un formato directo, en el que se habló sin rodeos de la situación de la compañía, lo que parece haber sorprendido incluso a los propios trabajadores.

"A menudo me costaba creer lo que oía, de tan explosivos y alarmantes que eran muchos de los mensajes de Schäfer", explica un mando intermedio de Volkswagen que ha hablado con Business Insider Alemania. Un testigo que estaba presencialmente en el lugar de la charla con Schäfer refrenda el ambiente de la cita: "Puede que Thomas diera muestras de su habitual seguridad en sí mismo, pero la gravedad de la situación saltaba a la vista en todo momento".

Los empleados de Volkswagen pudieron transmitir sus preocupaciones personales directamente al CEO de la marca a través de un chat habilitado durante esta reunión interna.

Vacaciones forzosas en lugar de dinero extra: qué pueden esperar los empleados de Volkswagen en los próximos tres años

"Locuras en China y en Tesla"

Durante esa charla interna con los empleados, Schäfer compartió inicialmente una visión sombría de la economía mundial. "La economía se está contrayendo globalmente", afirmó el directivo, que subrayó que "el mundo se está dividiendo en dos esferas: oriental y occidental". 

Como los nuevos rivales, especialmente de China, apenas exportan sus coches a Norteamérica, estos competidores de Volkswagen tienen cada vez más puesto el foco en Europa: "Aquí hay una competencia que tendremos que soportar".

Además, la disposición a gastar dinero está disminuyendo en muchos lugares. Al igual que el deseo de muchas personas de comprarse un coche. Se nota que estamos asistiendo a una erosión de los precios. "En China y en Tesla están pasando cosas de locos", afirmó Schäfer, refiriéndose a la imposición repetida de topes a los precios de matriculación en China y en el desafío estadounidense del coche eléctrico liderado por Elon Musk. "Si no hacemos nada, cada vez será más difícil exhibir nuestros éxitos". Hay que actuar ya, y con efectos duraderos, argumentó.

Volkswagen quiere ahorrar 10.000 millones de euros hasta 2026 en el marco de su programa de rendimiento, que busca aumentar sus beneficios. El retorno de la inversión debería ser para ese año del 6,5%. "No se trata de ninguna heroicidad", afirmó Schäfer. Al fin y al cabo, "en una comparación internacional, hay empresas que logran rentabilidades de dos dígitos". 

El 6,5% fijado como objetivo por VW no es más que "el límite inferior" fijado como objetivo, algo de lo que seguro habrá tomado nota Daniela Cavallo, la jefa del comité de empresa del grupo. Según Schäfer, Volkswagen no pretende saltar al primer puesto en términos de ganancias, pero tampoco debe dejarse cegar por los éxitos del ejercicio 2023. "Seguimos teniendo una cómoda cartera de pedidos". 

Mientras tanto, Volkswagen tiene que conceder cada vez más subvenciones a las ventas, "eso es muy, muy caro", señaló Schäfer. La situación es "un poco como sacar dinero" de una cuenta bancaria; la pregunta es: "¿estamos ingresando lo suficiente?".

Schäfer valoró muy positivamente el hecho de que VW ya haya asignado el 80% del ahorro previsto de 4.000 millones de euros para 2024 al "nivel de gravedad 3". Esto significa que ya se han evaluado las medidas, se ha examinado su viabilidad y se ha aprobado su aplicación: "No queremos llegar a cifras desorbitadas, los cambios deben ayudarnos de verdad".

Para ello, Schäfer quiere abordar tres grandes temas.

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"Demasiados niveles de toma de decisiones"

"Tenemos que aumentar nuestras cifras de ventas e impulsar nuestros precios", subrayó Schäfer como primera tarea. Imelda Labbé, miembro del comité de ventas, marketing y posventa de Volkswagen Turismos, habrá tomado buena nota de ello.

Schäfer entiende que las ventas y los resultados son primordiales: "Si bajamos más, nos saldrá muy caro". Además, trabajar contra la caída de ventas en el futuro y "ganar tiempo" es "mucho más difícil" que alcanzar los precios deseados de inmediato. El enfoque actual en las ventas ya ha dado lugar a "buenos planes". VW quiere ganar puntos con modelos especiales, una mejor combinación de productos y estructuras de equipamiento más sencillas. "Estoy seguro de ello", afirmó Schäfer.

El segundo reto de Schäfer tiene que ver con los costes de fabricación de Volkswagen. El CEO de la marca alemana exigió que "se controle el tiempo que se pasa en las fábricas", "y que los coches se produzcan de forma más rentable". 

En los últimos años, la empresa ha "perdido mucho dinero" con métodos de producción inestables en las fábricas. "Los programas de producción se cambiaban en el último minuto", criticó el jefe de la marca principal, y se volvieron demasiado informales. Una persona que se conectó a la reunión declaró a Business Insider Alemania que "el disgusto de Schäfer era evidente".

El tercer objetivo de Schäfer pasa por la racionalización socialmente responsable de la plantilla de VW. Este proceso debería tener lugar a lo largo de la curva demográfica, y Schäfer calificó la jubilación parcial de "gran instrumento". 

Durante la charla en directo, respondió a la inquisitiva pregunta sobre el futuro de la formación de los jóvenes en Volkswagen diciendo que se organizaría en consonancia con el desarrollo del empleo en general. En otras palabras: si Volkswagen emplea a menos gente, se necesitarán menos aprendices. No obstante, Schäfer subrayó que "la formación es nuestra baza".

Otra pregunta apuntó a los acuerdos de despido que Volkswagen pretende ofrecer de forma selectiva a algunos empleados para reducir el tamaño total de la plantilla, según lo que anteriormente había anunciado el director de RRHH del grupo, Gunnar Kilian. "Siempre se puede solicitar, pero lo haremos con moderación", respondió Schäfer. 

Volkswagen "probablemente no podrá evitar" las indemnizaciones por despido, concedió. Las indemnizaciones, en cualquier caso, resultarán caras. Por lo tanto, la marca no se plantea recurrir de manera masiva a esta fórmula, aclaró Schäfer: "Eso no ocurrirá".

Por otro lado, las declaraciones de Schäfer sobre las graves deficiencias en varios ámbitos de la logística de Volkswagen fueron reveladoras. "Debemos gestionar mejor nuestro suministro de piezas", exigió. "El exceso de capacidad en todo tipo de almacenes" es un problema. Por otra parte, la logística de vehículos terminados de VW se ha vuelto "muy compleja y cara" en su opinión. 

Según Schäfer, "las capacidades de transporte marítimo y ferroviario son escasas" ante el endurecimiento de la competencia internacional. Volkswagen planifica ahora "con más precisión hasta el concesionario" para que los coches nuevos no tengan que aparcarse innecesariamente en algún lugar "intermedio". 

Una espina clavada en el costado de Schäfer es la legendaria complejidad de VW en muchos de los departamentos de la empresa. "Tenemos demasiados comités, demasiados niveles de toma de decisiones". 

El principal jefe de marca de Volkswagen es partidario de "externalizar sistemáticamente las actividades repetitivas que no son el núcleo del negocio". Para ahorrar dinero en la cuenta de resultados, prevé "la deslocalización a países con mejores costes"

Schäfer puso como ejemplo "la elaboración de facturas, que no tenemos por qué realizar en Alemania". En Polonia, por ejemplo, Volkswagen tiene una "buena organización": ciertas tareas administrativas pueden realizarse de forma fiable y más rentable en el país vecino del este.

Echando la vista atrás al "Dieselgate", el escándalo en torno a los valores de emisiones manipulados que salió a la luz en 2015, Schäfer subrayó que Volkswagen se había "convertido en una empresa mejor" desde entonces. Para evitar un desastre similar al de hace nueve años, Volkswagen ha introducido muchas salvaguardas adicionales: "Quizá demasiadas", reflexionó. 

El directivo dejó claro, eso sí, que no quiere dar marcha atrás en nada. Sin embargo, algunas "cosas deberían eliminarse con sensatez para volver a tener procesos manejables". Para ilustrarlo, Schäfer utilizó esta metáfora: "A veces nos vestimos con demasiada seguridad: con tirantes, un cinturón y un imperdible adicional".

Menos horas extra, más ahorro

Schäfer quiere reducir a la mitad el número de horas extraordinarias trabajadas en Volkswagen. "Tenemos un número increíble de horas extraordinarias; gastamos millones y millones en ellas". En el caso de proyectos con plazos muy estrictos o de la preparación ineludible de las cuentas trimestrales, las horas extraordinarias suelen ser simplemente inevitables. Por lo demás, la regla es: "Horas extraordinarias con moderación, por favor".

Schäfer abordó la intensificación del trabajo temida por muchos empleados en un tono comparativamente duro. Previamente, el moderador Jesko Giessen había resumido y afinado las preguntas pertinentes del público de Volkswagen sobre el mercado interno de personal: si era concebible, por ejemplo, que el titular de un puesto administrativo eliminado en la central de Baja Sajonia en Wolfsburgo pasara a ocupar un puesto similar en la fábrica de VW de Frisia Oriental en Emden. "Sí, ¿eso es malo?", preguntó Schäfer, ligeramente irritado. Y siguió con una respuesta inequívoca: "¡No lo creo!". De él espera precisamente esta voluntad de deslocalización.

 

Es consciente "de que no todo el mundo grita 'hurra'", pero aquí se requiere flexibilidad, que espera de todos sus empleados – y también de sí mismo, "si es necesario"–.

La justificación de Thomas Schäfer para esta contundente afirmación se basa en el estado del mayor fabricante de automóviles de Europa. El consejero delegado de la marca principal Volkswagen Turismos resumió su estado actual en solo seis palabras en Hablemos: "Volkswagen se encuentra en una situación precaria".

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