De la unión bancaria a la regulación de las fintech: la UE tendrá (al menos) cinco grandes retos en el sector financiero durante la próxima legislatura

Un año de subidas de tipos de interés del BCE con Christine Lagarde

REUTERS/Kai Pfaffenbach

  • El sector financiero planteará al menos cinco grandes retos al Parlamento Europeo resultante de las elecciones que se celebran el próximo 9 de junio.
  • Aunque, en el ámbito financiero, la unión bancaria y el mercado único de capitales definirán la próxima legislatura.

Las últimas turbulencias en el sector bancario han puesto de nuevo entre las prioridades de la Unión Europea un código normativo que lleva incompleto desde 2014: la unión bancaria de la eurozona, con la que todos los bancos y los consumidores de la región tendrían igualdad de oportunidades.

En el último año, la unión bancaria ha monopolizado la conversación en torno al impacto de las elecciones europeas en el sector financiero. Pero no es la única asignatura pendiente que arrastra el Parlamento Europeo legislatura tras legislatura en el ámbito de las finanzas...

Para completar la arquitectura de la eurozona, junto al Mecanismo Único de Supervisión (MUS) y el de Regulación (MUR), el nuevo Parlamento Europeo y el Ejecutivo comunitario tendrán que llegar a un acuerdo —en los próximos cinco años a ser posible— sobre un pilar fundamental para su constitución: el sistema europeo de garantía de depósitos.

"Tenemos una serie de temas por hacer en Europa en el ámbito económico y en el ámbito digital, cuando solo en política de competencia estamos avanzando. La política de competencia es importante, pero no basta para tener una economía que nos permita recuperar los niveles de competitividad que perdimos", destacaba recientemente en una entrevista con Business Insider España el excomisario de Competencia de la Unión Europea, Joaquín Almunia.

"Lo mismo nos sucede con el mercado de capitales, seguimos sin mercado único de capitales. Seguimos con una unión bancaria que no está completa, y con un mecanismo de resolución bancaria que existe pero que no está totalmente financiado para cualquier eventualidad que pueda ocurrir", añadía.

Sin embargo, las medidas que se tienen que tomar para llevar a cabo algunas de estas iniciativas van más allá del sector financiero, como en el caso del mercado único de capitales. O las nuevas leyes que definirán la norma de la Unión en materia de regulación digital y que afectarán al negocio de algunas de las fintech más importantes de Europa. 

Estos son los cinco frentes abiertos que tendrá el nuevo Parlamento Europeo en el sector financiero, tras las elecciones del próximo 9 de junio. 

Unión bancaria, incompleta desde 2014

La unión bancaria constituye un código normativo único, que proporciona a la zona euro una arquitectura de supervisión y resolución en el sector (con el MUS y el MUR), cuyo principal objetivo es garantizar la igualdad de condiciones para los bancos de la eurozona y salvaguardar el mismo nivel de protección para los consumidores. 

Pero a la unión bancaria le falta un mecanismo esencial: un fondo único de garantía de depósitos.

"La asignatura pendiente es completar la unión bancaria, con un esquema de depósitos europeo, para evitar posibles contagios que, en un contexto de fragmentación, pueden afectar negativamente a los sistemas bancarios más vulnerables", mencionaba en un foro de Expansión, Carlos Torres Vila, presidente de BBVA. 

La consolidación de este mecanismo urge porque, en palabras de Luis de Guindos, vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) en el foro del IESE sobre el futuro de la banca, las tensiones en el sector bancario podrían trasladarse a la financiación de los Estados —como ocurrió en 2012, apunta El Periódico—.

Los marcos de supervisión y resolución han ayudado a proteger el sistema financiero de la UE —reforzando al sector y disminuyendo las probabilidades de contagio entre entidades—. Sin embargo, no son suficientes para blindar a la banca europea del impacto de una crisis como la del 2008 o conflictos que afecten indirectamente a su actividad, como la pandemia de la COVID-19. 

¿Estarán los 27 a favor del fondo único de garantía de depósitos?

Crear un único fondo para garantizar los depósitos de los bancos europeos supone que, respaldar los depósitos inferiores a 100.000 euros de los clientes de la banca en la zona euro, dependa de la Unión Europea —y no de cada Estado miembro—. 

El propio Parlamento Europeo reconoció en un informe publicado en abril de este mismo año que las opiniones sobre este mecanismo estaban "profundamente divididas", sobre todo por el marco de gestión de crisis bancarias y seguro de depósitos. A finales del año pasado también se pronunció Margarita Delgado Tejero, subgobernadora del Banco de España, que cree que "el consenso político necesario todavía no existe y no hay un calendario para su implantación".

Ahora bien, algunos de los miembros más reticentes a extender el seguro para los ahorros —Alemania, por ejemplo— ya están dispuestos a desbloquear la negociación, con algunas condiciones, como limitar la deuda soberana en la banca, informa El País. Y el límite propuesto, que son los 100.000 euros, es compartido por la mayoría de los miembros de la Unión —España inclusive—.

Los esfuerzos para alcanzar los acuerdos para terminar de consolidar la Unión Bancaria habían sido limitados, en palabras del presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe. En una entrevista con El Grand Continent, el político reconoció que "plan de trabajo para avanzar en los pilares de la Unión Bancaria no habían progresado, por diversas razones, tan rápidamente como hubiéramos esperado". 

Pero las recientes turbulencias en el sector —y la situación económica de la eurozona— han vuelto a poner el foco en el tercer pilar de la Unión Bancaria. 

 

"En situaciones de turbulencias todavía se hace más evidente la necesidad de culminar la Unión Bancaria. Y no se terminará hasta que no tengamos un Fondo de Garantía de Depósitos Europeo, que, en definitiva, evita la correlación entre el riesgo bancario y el riesgo soberano", hacía referencia el presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, a la quiebra de SVB y el rescate de Credit Suisse

Donohoe defiende ahora que, para poder avanzar, la UE tiene que poner el foco en el marco de la gestión de crisis y en la adecuación de la red de seguridad que ya tiene para el Fondo Único de Resolución —un fondo de emergencia que puede utilizarse en tiempos de crisis—, argumentaba en su entrevista con El Grand Continent.

La opa de BBVA a Sabadell o el riesgo de crear bancos muy grandes para quebrar (too big to fail)

Más allá de los poderes políticos, están las propias protagonistas: las entidades bancarias, que en un contexto de incertidumbre buscan ser más resilientes. Este es, para algunos, otro motivo de preocupación ante la posibilidad de que se esté dando lugar a bancos too big, to fail —muy grandes como para quebrar y provocar consecuencias sistémicas desastrosas para una economía—.

"La inflación y la subida de los tipos de interés está haciendo mella en las familias y las empresas, que han reducido sus márgenes —especialmente las pymes—. Son lógicos los procesos de consolidación, no solo a nivel bancario, sino a nivel de todas las industrias, para ser más resilientes a los escenarios futuros", describe Germán López-Espinosa, profesor de contabilidad del IESE y director académico de IESE Banking, un evento que organiza la escuela junto a FTI Consulting

Carlos Balado, profesor de OBS Business School, socio de Eurocofín, coincide con López-Espinosa, porque cree que, en un escenario como este, el mercado favorece a los bancos de mayor tamaño frente a los más pequeños —como queda reflejado en el precio de Sabadell en libros, añade—. 

"Los bancos van a necesitar aún más capital durante los próximos cinco años, controlar el impacto para su negocio de los riesgos climáticos, fortalecerse ante los ciberataques, financiar a empresas y particulares para seguir creciendo con tipos de interés que tienden a la baja y mejorar la atención a sus clientes. La fusión es un arma que tienen las empresas para conducir su propio destino y cuando este es incierto, es todo un lujo no utilizarla", ampara. 

 

El BCE, en parte, coincide. El regulador a nivel europeo también quiere que los bancos de la eurozona ganen dimensión —de ahí que se haya mostrado favorable desde un principio con la opa de BBVA a Sabadell—. Y más lo estaría si esta operación se estuviese produciendo entre bancos transfronterizos —como si el caballero blanco de Sabadell fuese portugués o francés, por ejemplo—. 

"El BCE lo que mira es cuál es el riesgo de que quiebre. Quiere bancos más grandes para que sean más resistentes y haya menos posibilidades de quebrar. Si el Sabadell forma parte del BBVA, la entidad resultante será más fuerte que cada una por separado", resume Gonzalo Bernardos, profesor Titular de Economía de la Universidad de Barcelona.

De hecho, al BCE "no le preocupan" los riesgos asociados al tamaño de los bancos, porque confía en que se contrarrestaría con los efectos positivos de la diversificación del riesgo entre los Estados miembros, según Cinco Días. Pero este apoyo sólo es plausible cuando la identidad europea cobra sentido, sobre todo para construir un sector más grande, sólido y competitivo. 

Nadie querría renunciar a su gran banco, como puede ser aquí el Santander, para levantar uno europeo, tal y como ejemplifica Pablo J. Torres, miembro del Consejo Académico en el Colegio de Europa, en su columna en Valenciaplaza. Sin embargo, hay una necesidad, porque el primer banco de la UE, BNP Paribas, ocupa el puesto 8 en el ranking mundial por número de activos... 

Un mercado único de capitales para catapultar la inversión

Otro factor clave para asegurar un mejor futuro económico para la zona euro es la creación de un mercado único de capitales, para desbloquear la financiación, estimular el crecimiento y ampliar las oportunidades de inversión también para los ciudadanos dentro de la UE. 

Es decir, diseñar un conjunto de medidas legislativas y no legislativas para que la inversión y el ahorro circulen por todos los Estados miembros en beneficio de la ciudadanía, las empresas y los inversores. ¿Cómo? Integrando los mercados nacionales de capitales en un auténtico mercado único.

Esto restaría protagonismo (y mercado) a los soberanos de la financiación, que suelen ser los grandes bancos. Por el contrario, crearía nuevas oportunidades de financiación y seguridad y facilitaría la inversión transfronteriza incluso para los minoristas.  

De acuerdo con las declaraciones de Donohoe, existe un consenso cada vez mayor sobre su importancia para la financiación de la transición, la innovación, la competitividad y hasta la estabilización de la eurozona. Pero un factor es clave (y común) para todos los frentes abiertos que tiene la UE en la próxima legislatura: la europeización de los poderes de supervisión. 

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Donohoe ha alardeado de poner en común a los 27 miembros para emprender un proceso que reconozca la importancia de una normativa europea común en materia de supervisión, y cree que vincular la supervisión a la competitividad de la región es crucial para conseguir la alineación política. 

Sin embargo, en este marco hay una cuestión por resolver que podría bloquear el mercado único de capitales: la fiscalidad. Y muchas de las medidas que se tienen que tomar para llevar a cabo algunas de estas iniciativas van más allá del sector financiero.

Las fintechs y más regulación

El Reglamento MiCA, la inteligencia artificial, Open finance, PSD3 y pagos instantáneos… No son pocas las regulaciones que están en el road map del Parlamento europeo que afectarán al sector financiero —sobre todo a las empresas emergentes, fintech, que no hay año que no vean como un gran reto superar la regulación de la UE—. 

En el actual contexto macroeconómico, según los expertos con los que ha hablado Business Insider España, si no se reducen las barreras regulatorias, ni se promueve el emprendimiento, la financiación, la escalabilidad de los proyectos y la colaboración con otros actores del sector financiero se perpetuará la debilidad del ecosistema y los retos de siempre se harán cada vez más grandes

"Es muy importante para el sector de financiación alternativa y la llegada de la Directiva de Crédito al Consumo y su transposición, las criptomonedas y el Reglamento MiCA, todo lo relativo a pagos con PSD3 y PSR… Y otras áreas regulatorias como la IA, que definirá el momento de su aplicación y explotación", señala Leyre Celdrán, gerente comercial de AEFI (Asociación Española de Fintech).

Otro frente abierto es el euro digital, un medio de pago electrónico emitido por el BCE. La directiva CS3D (Corporate Sustainability Due Diligence Directive, directiva sobre diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad, en su traducción) y la definición de los límites del greenwashing. A finales de este año también se firmará el texto final de Basilea III —el marco prudencial de capital—. 

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