De Carlos Torres a Carlos Cuerpo: 9 personas que marcarán el futuro de la opa de BBVA sobre Sabadell

Quién es quién en la opa del BBVA sobre el Sabadell

Getty / BI

  • BBVA ha lanzado una opa hostil a los accionistas de Sabadell, después de que el Consejo del banco rechazase su propuesta de fusión.
  • Nueve grandes nombres decidirán el futuro de la operación: de Carlos Torres a Carlos Cuerpo, pasando por Blackrock o Christine Lagarde.

BBVA ha decidido ir a por todas con una única oferta: fusionarse con Banco Sabadell.

Cuatro años después del primer intento, la entidad presidida por Carlos Torres presentó una oferta de canje de acciones al banco catalán. Pero (de nuevo) el consejo de Sabadell declinó amablemente la oferta. Y BBVA, con las mismas cartas sobre la mesa, ha ido directamente a por sus accionistas con una opa hostil —que durará previsiblemente unos 8 meses— saltándose a la directiva. 

Hasta aquí los buenos términos. Al ánimo amistoso de la propuesta inicial le ha sucedido filtraciones de email entre los presidentes, acusaciones ante la CNMV de manipulación de mercado y muchas, muchas críticas de la clase política

En Business Insider España analizamos quienes son las personas clave detrás de la opa hostil de BBVA sobre Sabadell:

Carlos Torres

Carlos Torres, presidente ejecutivo de BBVA.
Carlos Torres, presidente ejecutivo de BBVA.

REUTERS/Vincent West

Carlos Torres Vila (58 años) es el actual presidente de BBVA. Se incorporó a la entidad como director de Estrategia y Desarrollo Corporativo en 2008 y, desde entonces, ha ostentado el cargo de director del área global de Banca Digital y el puesto de consejero delegado antes de la presidencia en 2018. 

Con anterioridad, el directivo estuvo en McKinsey & Company y Endesa —entidad que acabó abandonando antes de ser opada por la italiana Enel en 2007—.

Más allá del puesto que ocupa, Torres se ha convertido indiscutiblemente en protagonista de esta trama que se remonta a 2020 —la primera vez que BBVA intentó hacerse con Sabadell—:

Primero, por sus conversaciones frustradas vía email con su homólogo en Sabadell. Luego, por lanzar una opa hostil que no se veía desde hace 40 años en el sector menos de 24 horas después del rechazo de Sabadell. Y, por último, por horas de intervenciones con analistas y periodistas en las que, según Sabadell, se compartieron datos incompletos que pueden alterar al mercado.

Josep Oliú

Josep Oliu Creus, presidente de Banco Sabadell
Josep Oliu Creus, presidente de Banco Sabadell

Josep Oliú (75 años) lleva 25 años presidiendo Banco Sabadell —aunque su carrera en el banco acumula 38 años de historia—. De toda su trayectoria, sólo los últimos tres años ha estado lejos del poder ejecutivo —cedido en 2020 a César González-Bueno—.  

El banquero, que tiene 7,3 millones de títulos, el 0,13% del capital de Sabadell, empezó su carrera en el Sabadell confiando en convertirlo en lo que es hoy: uno de los cinco bancos más importantes de España, según Expansión. Su propia experiencia es una razón de peso para no dar su brazo a torcer ni siquiera ante una opa hostil. 

No será ni la primera ni la última vez que Oliú resista la presión de terceros interesados en el Sabadell. Ya lo ha hecho dos veces con BBVA, pero también con CaixaBank (entonces Caixa Geral de Depósitos) y Barclays Bank. Y es más que reconocido por defender la estrategia de su banco —con más de 40 años de historia— y apostar por sus perspectivas de crecimiento.

David Martínez

Sabadell inversores

Reuters

El mexicano David Martínez es uno de los principales inversores en la sombra de Sabadell. El accionista tiene un 3,5% de las acciones del banco a través de su sociedad Fintech Europe Sarl. Martínez ocupa también una de las 14 sillas del Consejo de Sabadell: la de consejero dominical. Y es el único accionista de referencia con un asiento en el órgano.

Sus movimientos en el banco siempre son noticia porque se le conoce como el "inversor fantasma" —que llegó a tener en su poder un 5% de Banco Sabadell—. En esta operación no iba a ser menos, pero no ha dado el salto a los titulares por sus acciones, sino por su abstención en el consejo de administración en el que Sabadell rechazó la oferta de BBVA.

Blackrock

Logo de BlackRock
REUTERS/Shannon Stapleton

La mayor gestora de activos del mundo es el primer accionista de las dos entidades protagonistas. BlackRock posee más de un 5% de BBVA y un 3,62% de Sabadell

No es el único gran fondo detrás de la operación: Vanguard tiene un 3,49% y Norges, un 3,11% del banco catalán, según datos publicados por Cinco Días. El mismo medio apunta a que treinta grandes inversores son dueños de una cuarta parte del banco. Y, de acuerdo con los datos cruzados de Bloomberg, los accionistas clave de BBVA tienen cerca de un 20% del capital del Banco Sabadell.

Estos fondos podrían ser decisivos para inclinar la decisión de la opa a favor de BBVA. Pero todavía se quedan lejos del 50,01% que exige la oferta para que sea realmente efectiva

La mitad de las acciones de Sabadell (un 52%) están en manos de inversores institucionales —grandes fondos de inversión, bancos u otras entidades—. El resto está en el poder de inversores particulares, que podrían verse arrastrados por la posición que tomen los "mayores" o mantenerse fieles al valor, influenciados por las críticas y la decidida posición del Consejo de Sabadell.

Pablo Hernández de Cos

Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España.
Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España.

Uno de los grandes riesgos de la concentración bancaria tiene que ver con la creación de un gigante demasiado grande como para quebrar. La unión entre bancos permite crear entidades más fuertes desde el punto de vista financiero, pero el peligro de crear gigantes está en... dejar que caigan. La misión del Banco de España es prevenirlo.

Too big to fail (demasiado grande para quebrar) es un concepto económico que describe la situación de una entidad cuya quiebra tendría consecuencias desastrosas para la economía. La caída de un banco grande puede arrastrar a una oleada de quiebras y, con ello, la del sistema financiero. 

"El Banco de España se encarga de la supervisión de la estabilidad financiera y ocupa una posición consultiva en procesos que puedan impactar el sistema financiero español", resume Fernando Castelló Sirvent, economista y profesor en la Universitat Politècnica de València (UPV).

En el caso de la fusión entre BBVA y Banco Sabadell, sería el encargado de supervisar el riesgo sistémico y de garantizar que la entidad resultante sea financieramente sólida y capaz de cumplir con sus obligaciones con los clientes y accionistas. 

Sus dos funciones serían: 1) asegurarse de que la operación cumpla con todas las regulaciones financieras españolas y 2) que no represente riesgos para la estabilidad financiera. ¿Cómo? Evaluando la solvencia y la liquidez de la entidad resultante para garantizar su viabilidad financiera.

Christine Lagarde

Christine Lagarde, presidenta del BCE.
Christine Lagarde, presidenta del BCE.

REUTERS/Kevin Lamarque

Cuando la entidad resultante de una fusión bancaria cumple con ciertos requisitos (de tamaño e impacto sistémico para la eurozona) como sería el caso, entonces entra en escena Christine Lagarde.  La presidenta del Banco Central Europeo (BCE) desempeña un papel adicional al del Banco de España en la supervisión de operaciones de este tipo, asegurándose de que no genere riesgos para la estabilidad financiera europea y de que cumple con los estándares regulatorios de la eurozona.

En pocas palabras: "El BCE lo que mira es cuál es el riesgo de que quiebre. Quiere bancos más grandes para que sean más resistentes y haya menos posibilidades de quebrar", resume Gonzalo Bernardos, profesor Titular de Economía de la Universidad de Barcelona.

Visto lo visto, no tiene pinta de que el BCE vaya a parar la fusión: "Si el Sabadell forma parte del BBVA, la entidad resultante será más fuerte que cada una por separado. El BCE es quien evalúa ese tipo de riesgos, y no pondrá problema", aclara Bernardos. El problema, sin embargo, podría ponerlo el Gobierno.

Carlos Cuerpo

Carlos Cuerpo, ministro de Economía, Comercio y Empresa.
Carlos Cuerpo, ministro de Economía, Comercio y Empresa.

REUTERS/Ana Beltran

Está bien. No tiene pinta de que ni el BCE ni el Banco de España vayan a ponerle trabas a la operación. Pero, ¿y el Gobierno? 

El Ejecutivo ha dejado claro su rechazo "en forma y fondo" a la opa de BBVA por las implicaciones que la fusión podría tener en la destrucción de empleo o en la competencia. El tema es que el Gobierno no tiene vela en este entierro. No, al menos, una vela que, digamos, caliente.

El papel del Gobierno, a través del Ministerio de Economía, podría llevar a cabo análisis y evaluaciones sobre el impacto económico de la fusión entre BBVA y Sabadell, en aspectos como empleo, competencia, estabilidad financiera y los efectos para empresas y consumidores. Sin embargo, solo entraría en acción en algunos casos:

"El Ministerio de Economía sólo entraría en acción bajo determinadas condiciones", apunta Castelló Sirvent: "Por ejemplo, que la operación supusiera la toma de control de una entidad considerada estratégica por parte de capital extranjero". 

Pero en este caso, el papel del Ejecutivo se limitaría más bien a un juicio crítico:

"Más allá de las preferencias e intereses particulares, su papel se limita a la manifestación de sus deseos y preferencias respecto a esta operación, alegando efectos competitivos e impacto sobre el crédito a empresas o sobre los servicios a los consumidores, así como la posible pérdida de una entidad financiera relevante con sede en su territorio, dado que la sede social de Banco Sabadell está en Alicante", añade Castelló Sirvent.

Rodrigo Buenaventura

Rodrigo Buenaventura, presidente de la CNMV.
Rodrigo Buenaventura, presidente de la CNMV.

Apie 

Bueno, pues tampoco el Gobierno podría hacer mucho. Pasamos a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Este organismo regulador se encarga, básicamente, de inspeccionar a las entidades que operan en el mercado de valores.

En caso de fusión, la CNMV sería quien se lee la letra pequeña y aprueba la operación: su función pasa por supervisar la información proporcionada por los bancos y garantizar que esta sea precisa, completa y transparente. También tendría asegurarse de que los inversores estén adecuadamente informados del tema y proteger sus derechos, y finalmente aprobar los términos de la Opa.

Según el artículo 17 de la Ley de Ofertas Públicas de Adquisición de valores (OPA), el BBVA tiene un mes (empezando a contar desde el anuncio de la opa, el jueves pasado) para presentar a la CNMV una solicitud de autorización. A partir de ese momento, el regulador tendrá 7 días para admitirla a trámite y 20 para autorizarla, aunque este plazo podría ampliarse si pide más documentos. 

Cani Fernández

La presidenta de la CNMC Cani Fernández.
La presidenta de la CNMC Cani Fernández.

La presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, Cani Fernández, tendrá un papel relevante en el desarrollo de la opa hostil de BBVA a Sabadell. El organismo, defensor de la competencia en España, tendrá que evaluar y autorizar (o denegar) la operación

"La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) tiene un papel fundamental al identificar posibles externalidades negativas de una potencial fusión entre ambas entidades financieras. De hecho, la CNMC es la encargada de evaluar y, en su caso, autorizar una potencial fusión", observa Castelló Sirvent.

Por ejemplo, tanto con la fusión de Unicaja y Liberbank, como entre CaixaBank y Bankia, la CNMC dio luz verde a las operaciones en primera fase, pero con condiciones. En el caso de la posible fusión entre BBVA y Sabadell, apunta Castelló Sirvent: "Todo apunta a la existencia de un solapamiento de la red comercial de ambas entidades, por cuanto podría llegar a darse una posición dominante en el mercado que la CNMC debería analizar". 

En este sentido, la CNMC debe evaluar si habitantes de determinadas poblaciones (por ejemplo, de la España vaciada) y, en particular, ciertos colectivos (por ejemplo, clientes sin conocimientos tecnológicos o sin acceso a dispositivos conectados a internet, fundamentalmente personas mayores) podrían experimentar situaciones de exclusión financiera.

La concentración bancaria es una preocupación recurrente en España, más si se produce una fusión entre dos de los bancos más grandes del país, pero Fernández se ha adelantado y ha advertido que "no necesariamente hay menos competencia porque haya más fusiones".

BBVA y CNMC tuvieron una "llamada de cortesía" antes del anuncio de la opa hostil. Se desconoce qué información intercambiaron, pero el presidente del banco dijo en la llamada con analistas y en la rueda de prensa con periodistas, que las primeras impresiones de los supervisores eran "positivas".

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