Pregunto a los hombres si tienen un plan de pensiones antes de salir con ellos de forma seria y no es porque me importe cuánto dinero ganan

"¿Tienes un plan de pensiones?", no es la primera pregunta que hago a una cita, pero ocupa un lugar destacado en mi lista si estoy considerando tener una relación real.

No se trata de cuánto ganan, y no busco a alguien rico. En mi opinión, una persona que ahorra poco, como yo, está mucho mejor posicionada económicamente que una persona que gasta mucho y no tiene una red de seguridad. 

Pero tengo que preguntarle por la pensión para saber realmente hacia dónde se dirige nuestro futuro como pareja.

Un plan de jubilación me impresiona más que una cartera llena

Un chico con el que salí tenía su propio negocio y ganaba cuatro veces más que yo. No paraba de ofrecerse a comprarme vuelos para visitarle, me enviaba flores caras y tenía la manía de comprar en el supermercado cualquier cosa etiquetada como "finísima".

Los grandes derrochadores me estresan porque no me van las extravagancias y soy más feliz viviendo de forma sencilla. Pero mis temores se confirmaron cuando le hice la pregunta de la pensión.

Resultó que, a sus 50 años, no tenía ningún fondo de emergencia al que recurrir, ni pensión, ni inversiones. Y fue muy revelador sobre cómo sería la dinámica de nuestra futura relación cuando añadió: "No entiendo sobre esos temas, pero estaría encantado de que me lo gestionaras".

Esa fue mi señal para romper con él. Ninguna relación puede funcionar si a una persona le toca ser siempre el "policía de la diversión" y tiene que hacer todo el trabajo porque la otra no se molesta en aprender. Puse fin a la relación y espero de verdad que invirtiera el dinero de las flores en un plan de pensiones.

Otro tipo tenía una colección de zapatillas que rivalizaba con Nike. Las compraba por comodidad y como recompensa por trabajar muchas horas en un trabajo de mucha presión. Yo también trabajo mucho, pero estoy intentando crear una empresa, así que mi recompensa será que con el tiempo trabajaré menos. Además, solo me compro otras zapatillas cuando las viejas se caen a pedazos.

¿Pero tenía un plan de jubilación? Pensé. No, no lo tenía. "¿Quién sabe cuánto tiempo nos queda de vida?", me dijo antes de encogerse de hombros. Para mí, precisamente el hecho de no saber cuánto vamos a vivir es la razón por la que hay que prepararse económicamente para la jubilación, no para gastarlo todo y trabajar hasta morir. Estaba claro que no íbamos en la misma dirección.

He asegurado mis propias finanzas, así que quiero un hombre que haya hecho lo mismo

Como madre soltera con bajos ingresos y alguien que ha hecho oídos sordos durante años en lo que respecta a la seguridad financiera, finalmente desperté hace tres años y me aseguré mi propia seguridad financiera futura.

Empecé por ponerme al día sobre los sistemas públicos de pensiones de Reino Unido, de donde soy, y de España, donde vivo. Empecé a invertir mis ahorros en lugar de dejarlos en una cuenta sin ganar nada con ellos, y abrí un plan de pensiones privado al que automatizo pequeñas aportaciones cada mes. Incluso he montado un negocio para enseñar a otras personas a hacer exactamente lo que yo he hecho.

Desde que empecé a interesarme por las finanzas personales, he aprendido que las actitudes hacia el dinero son uno de los factores más persistentes y destructivos en los problemas de pareja. Es un problema evidente cuando miro atrás y me fijo en mis relaciones pasadas. 

Los desacuerdos sobre el dinero provocaban algo más que discusiones. Provocaban un sentimiento de distanciamiento dentro de la pareja porque sus creencias y comportamientos en torno al dinero me resultaban muy ajenos.

Actitudes de novios anteriores hacia el dinero ya me han causado problemas antes

Una vez tuve un novio que pensaba que era inteligente cargarlo todo a una tarjeta de crédito y pagar el saldo mínimo cada mes porque así aumentaba la cantidad de dinero que tenía disponible para gastar. El hecho de que no se diera cuenta de por qué eso no tenía sentido evidenciaba todas las demás formas en que éramos incompatibles.

En otra relación, casi nos separamos por una discusión que empezó por tener diferentes opiniones en lo relativo a la compra de una obra de arte de 2.000 euros. Yo pensaba que era una pérdida de dinero, y él lo veía como un indicio de lo poco que coincidían nuestros gustos. Ambos teníamos "razón" e, inevitablemente, la relación no duró.

Así que cuando le pregunto a un hombre si tiene un plan de pensiones, lo que realmente estoy preguntando es: "¿Piensas en el futuro o solo en disfrutar del presente?". No es que haya nada malo en vivir el momento. Al fin y al cabo, entiendo que "no te lo vas a llevar a la tumba" y "no tiene sentido ser la persona más rica del cementerio". Pero, personalmente, disfruto más del presente si no tengo preocuparme por lo que va a pasar si no tengo dinero.

Si nuestros planteamientos difieren en eso, estoy segura de que no haremos buena pareja, ni financiera, ni sentimentalmente.