Palma no puede más: la ciudad prohíbe nuevos pisos vacacionales y propone más restricciones contra el turismo masivo

El turismo masivo afecta a populares destinos de todo el mundo, y algunas autoridades locales empiezan a tomar medidas para frenarlo.

Desde las polémicas tasas turísticas de Venecia o la instalación de barreras en rincones instagrameables en Japón, pasando por las restricciones horarias para turistas en el pueblo menorquín de Binibeca Vell, la última ciudad en decir basta es Palma.

La capital mallorquina sigue en su lucha contra el turismo excesivo, por lo que el Ayuntamiento acaba de presentar un paquete de medidas que busca minimizar su impacto en la ciudad balear, especialmente en el mercado residencial, uno de los más presionados de España.

Como informa El Economista, las autoridades locales han propuesto prohibir los nuevos alquileres vacacionales, limitar los grandes cruceros y los coches de alquiler, además de regular los grupos organizados de turistas.

La prohibición de aprobar nuevos alojamientos vacacionales supondría eliminar hasta 4.000 plazas que estaban pendientes de autorización. En total, la ciudad cuenta con 50.000 plazas destinadas al turismo. Esta medida entrará en vigor a corto plazo, según dicho medio.

La propuesta también hace referencia a la limitación o prohibición de determinados cruceros. Además, se contempla cobrar dos tasas a los pasajeros de cruceros, aumentar los impuestos de residuos y agua para este tipo de embarcaciones y grandes yates, y prohibir o limitar los party boats.

Por otro lado, la ciudad busca regular o limitar los grupos organizados de turistas, disminuir la densidad en los locales de ocio, y limitar el número máximo de coches de alquiler que pueden entrar en la ciudad.