Me alojé en el camarote más barato del nuevo barco de Carnival: era feo y sin ventanas, pero sorprendentemente espacioso

Una de las mejores partes de los cruceros es sentir la brisa fresca del océano en la piel.

Así que imagínate lo malhumorada que me puse cuando tuve que reservar un camarote interior sin ventanas para mi último viaje, nada menos que mi primer crucero con Carnival.

Como periodista de viajes, hago varios cruceros al año. Normalmente me alojan en camarotes con balcón, la categoría de camarote más popular.

Sí, me han consentido. Y sí, eso significa que siempre he temido los camarotes interiores.

Los cruceros pueden ser excesivamente estimulantes y abrumadores. Los balcones privados son el único lugar donde he conseguido paz, tranquilidad y aire fresco en algunos barcos.

Así que, como era de esperar, temía el camarote interior que había reservado para mi crucero de cuatro noches Carnival Firenze a mediados de mayo.

¿No hay aire fresco? ¿Ni brisa marina? ¡Qué horror!

Me esperaba una mazmorra pequeña, oscura y mohosa, privada de vida, alegría y luz.

Resulta que estaba siendo demasiado dramática. ¿Quién lo habría imaginado?

Admito que me sorprendió gratamente.

Pero antes de llegar a los aspectos positivos (spoiler: su tamaño), tengo que abordar los negativos.

Puede que haya sido el camarote más feo en el que me he alojado. Y lo dice alguien que ha navegado en un crucero Margaritaville.

Para entender el camarote, hay que entender la historia relativamente corta del barco.

El Firenze se unió a la flota de Costa Cruceros en 2020. La compañía, propiedad de Carnival Corp, había planeado inaugurar el buque en China, pero no pudo debido a la pandemia de COVID-19.

El paso de Firenze por Costa fue efímero. En 2022, Carnival anunció que adquiriría el Firenze y su buque gemelo, el Venezia, para ampliar su presencia en EEUU en medio del "gran interés de la gente por navegar con nosotros", según declara un portavoz de Carnival a Business Insider.

El portavoz afirma que Firenze se sometió a una renovación de dos meses para implementar el concepto Carnival Fun Italian Style.

Eso explicaría la innecesaria foto de Florencia detrás de mi cama.

La estampa era la única decoración y la única referencia a Italia en mi lúgubre camarote. Por desgracia, resultaba hortera y estaba fuera de lugar.

Sin embargo, disimulaba la siniestra señal de "tira de la cuerda para pedir ayuda".

Estamos en 2024. ¿Por qué no había enchufes al lado de la cama?

El barco tiene menos de cuatro años. El camarote parecía tener el cuádruple de años gracias a los anticuados muebles que estaban pegados a la pared.

El estampado grisáceo del diván chocaba con la alfombra amarilla y roja. Y la mesita auxiliar de madera y falso mármol parecía barata y fuera de lugar.

Dejando a un lado las quejas sobre la estética, todo lo que había era perfectamente funcional.

Lo bueno es que el colchón era cómodo. Y el amplio escritorio y el armario podrían haber proporcionado suficiente espacio de almacenamiento para más de dos viajeros.

El camarote también tenía luces con sensor de movimiento montadas junto al suelo, un detalle necesario para un espacio carente de luz natural.

Además, la decoración poco atractiva me animó a pasar más tiempo en los espacios comunes del barco.

Pero si crees que la zona del dormitorio parece antigua, espera a ver el baño.

Era tan glamuroso como el baño de una gasolinera.

La mayoría de los baños de mis camarotes de crucero han tenido una decoración moderna y en tonos fríos, como el de la foto de la izquierda. Carnival parece haber evitado la tendencia del sector en la medida de lo posible.

Las baldosas amarillas y rojas recordaban a las de los McDonald’s antiguos.

Sin yo saberlo, la compañía de cruceros me había puesto en uno de los alojamientos accesibles del barco, aptos para sillas de ruedas. Esto significaba que la ducha (con una cortina y unos desagües en el suelo) era una de las más espaciosas que he tenido en el mar.

Sin embargo, solo disponía de un producto dos en uno de lavado corporal y champú.

Algo de almacenamiento también habría estado bien.

Un número innecesario de cajas de pañuelos y rollos de papel higiénico apilados ocupaban las únicas estanterías del cuarto de baño.

No había necesidad de este exceso de papel. Mi asistente de camarote ya limpiaba y reponía mi camarote una vez al día, como es típico en Carnival.

Soy una chica con una amplia rutina de cuidado de la piel y una necesidad compulsiva de organizar mis productos. Sin apenas espacio de almacenamiento en el baño, necesitaba estas estanterías.

Con todas estas críticas, te preguntarás por qué he afirmado que mi camarote me sorprendió gratamente.

Todo se debe a una característica principal: su tamaño. Nunca tuve sensación de claustrofobia a pesar de estar atrapada en una caja de 14 metros cuadrados sin ventanas.

El cuarto de baño, uno de los más espaciosos que he visto en un crucero, era tan grande que podía alojar cómodamente a una familia de cuatro miembros.

En la otra zona podría haber desplegado una esterilla de yoga y hacer ejercicio sin mover nada.

Podría haberme estirado cómodamente en el suelo sin golpear ningún mueble. No sé si puedo afirmar lo mismo de la mayoría de mis anteriores camarotes en otros cruceros.

¿Hubiera preferido un balcón o una ventana? Sí.

¿Parecía más una habitación de hospital que un camarote de crucero? Sí.

Sin embargo, por su amplitud, el precio es difícil de superar. Como viajera en solitario, pagué 735 dólares (675 euros) por mi camarote, incluidos 64 dólares (59 euros) en propinas opcionales.

En 2024, el camarote interior más barato para dos personas en el Carnival Firenze cuesta unos 360 dólares (330 euros) por persona, impuestos y tasas incluidos, para el mismo itinerario de cuatro noches que el que yo hice.

Eso son 90 dólares (83 euros) por noche por camarote, comida, servicios a bordo y paradas en la isla Catalina y Ensenada (México).

Además, es mucho más barato que los barcos más nuevos de otras líneas de cruceros (te estoy mirando a ti, Royal Caribbean).

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Así que, si estás deseando hacer una escapada cutre y barata, y el Carnival Firenze te ha llamado la atención, no tengas miedo del camarote interior.

Sí, no es precioso. Pero al menos es completamente funcional y grande.

Si yo, que estoy consentida, puedo hacerlo, tú también.