Jennifer López no es la única: la gran crisis de las entradas para conciertos

Emily Stewart
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Muchos grandes cantantes y grupos musicales están cancelando conciertos por múltiples razones: el elevado precio de las entradas, sobreestimar su popularidad y la enorme competencia.
Muchos grandes cantantes y grupos musicales están cancelando conciertos por múltiples razones: el elevado precio de las entradas, sobreestimar su popularidad y la enorme competencia.

iStock; Rebecca Zisser/BusinessInsider

  • Los grandes artistas cancelan sus giras. ¿Son Taylor Swift y Beyoncé las únicas artistas capaces de agotar las entradas?
  • Artistas como Jennifer López y Bad Bunny han cancelado conciertos recientemente, lo que puede deberse a cuestiones multifactoriales entre las que parece destacar el precio de las entradas.

Seguramente, ser Jennifer López sea genial. En mi lista mental de personas cuyas vidas parecen absolutamente increíbles, ella está en el top 10. Pero esa imagen de vida idílica no implica que todo le salga bien y, últimamente, parece que hay cosas que le están yendo mal a la cantante y bailarina del Bronx. 

Se comenta que está atravesando una crisis en su relación con Ben Affleck, y además de la vida personal, afronta también problemas laborales. Al parecer, a JLo le está costando vender entradas.

López anunció la gira de su nuevo álbum (y la película que lo acompaña), This Is Me ... Now, a principios de este año, pero finalmente ha cancelado un montón de fechas por las escasas ventas. Para salvar los muebles, rebautizó la gira como un espectáculo de grandes éxitos, pero los fans tampoco han respondido como esperaba. A finales de mayo, JLo decidió cancelar su gira, alegando que estaba "mal del corazón" y que necesitaba pasar tiempo con su familia y amigos.

Ahora bien, en defensa de JLo, no es la única que tiene problemas para llenar recintos. El dúo de rock The Black Keys ha cancelado también una gira en grandes estadios y está a la espera de cerrar nuevas fechas en recintos más pequeños. En redes sociales, los fans han observado que artistas pop como Troye Sivan y Charli XCX, así como del grupo Wallows, no están dando conciertos.

El artista de trap latino Bad Bunny canceló recientemente un concierto en Minneapolis, Estados Unidos, al parecer por las escasas ventas. Coachella se ha quedado rezagado este año, y se ha hablado de una serie de actuaciones que no han tenido éxito de ventas en algunos casos y lugares, como Cardi B, Justin Timberlake y Pink.

Todo esto no supone el fin de los conciertos, ni mucho menos. Ahí tenemos a Taylor Swift, imparable. Y lo mismo pasa con Beyoncé. Otros como Luke Combs, Zach Bryan y Olivia Rodrigo están vendiendo muchísimas entradas. Dead & Company, la banda sucesora de Grateful Dead, ha ampliado fechas en el Sphere de Las Vegas, Estados Unidos. 

Harry Styles, Taylor Swift

Por su parte, Live Nation, propietaria de Ticketmaster y líder en el sector de los espectáculos en directo, tuvo un gran año 2023, con 145 millones de espectadores en más de 50.000 eventos, un 20% más que el año anterior. Pero no a todos les va tan bien. Para algunos artistas, las condiciones no son tan favorables y tienen dificultades para atraer al público.

"La promoción de conciertos es un negocio de apuestas. No siempre se gana. A veces te toca perder", resume Jarred Arfa, responsable de música global de Independent Artist Group, entre cuyos clientes figuran Billy Joel, 50 Cent y Metallica.

Los precios de las entradas son astronómicos

Una combinación de factores está frenando la venta de entradas de algunos artistas. Por un lado, hay muchos a la vez de gira. Tras la pandemia, todos están ansiosos por volver a salir y recuperar el tiempo y el dinero perdidos. Aunque el regreso no haya sido fácil, prácticamente todo el que puede estar de gira lo está, lo que significa que el mercado está sobresaturado.

"Nunca antes había habido un momento en el tiempo en el que todos los caballos se alinearan en la puerta de salida y todos salieran a la carrera al mismo tiempo", comenta Gary Witt, CEO y copropietario de The Pabst Theater Group en Milwaukee, Estados Unidos.

En la actualidad, el mundo del espectáculo está plagado de oferta. Como consecuencia, la gente tiene un montón de opciones, y tienen que elegir. Probablemente, has podido ver a tu artista favorito tras la pandemia y no sientes la necesidad de ir a otro de sus conciertos. O bien te gusta mucho el grupo o el cantante en cuestión, pero no lo suficiente como para asumir el coste de verlos en directo. En cualquier caso, es probable que la demanda de ciertas entradas se haya enfriado.

Y el precio también influye. Si has buscado entradas para algún concierto últimamente, vivas en el país que vivas, te habrás sorprendido. Aunque muchos han seguido gastando pese a la inflación, su presupuesto no es ilimitado, sobre todo porque los precios de prácticamente todo (incluidas las entradas para espectáculos en directo) continúan muy caros. Pollstar calculó que el precio medio de las entradas para las 100 giras más importantes en el primer trimestre de este año fue de 123,25 dólares (114,86 euros), una cifra sin precedentes. Sus datos indican que el precio medio de una entrada para Bad Bunny es de 290 dólares (270 euros), para Justin Timberlake de 216 dólares (unos 200 euros) y para Nicki Minaj de 149 dólares (139 euros aproximadamente).

"Los precios de las entradas son astronómicos", explica David "5-1" Norman, un veterano del sector que ha actuado con Prince, Green Day y Alicia Keys. "Y si llevas a un niño contigo, y luego tienes que pasar la noche, más la gasolina, el hotel y la comida, todo suma", puntualiza.

Tener una gran canción no siempre se traduce en venta de entradas

Salir de gira es siempre una apuesta multifactorial, en la que influyen cosas como el éxito en internet o en las listas de reproducción. Pero no hay garantías de que el triunfo de las canciones de un artista se traduzca en ventas de entradas. Hay algunos que pueden tener muchísimo alcance en internet, pero a cuyos seguidores no les interesa lo suficiente como para asistir a un concierto. Con la importancia de las redes hoy en día, cada vez es más difícil saber si ese será el caso. Tener un par de éxitos en Spotify o TikTok no significa que alguien pueda llenar un estadio.

Por eso, en algunos casos, parece haber cierto grado de sobreactuación. Los artistas (y sus agentes, managers y promotores) intentan vender más entradas de las que pueden. Quizás sería más conservador y realista reservar algunos grandes recintos y ver cómo va la cosa antes de comprometerse con más, pero no es el enfoque que están adoptando.

"Tenemos algunos artistas de hard-rock de los que nunca se ha oído hablar y agotan las entradas en todas partes, pero tienen una base de fans muy fieles. Tener una gran canción no siempre se traduce en venta de entradas", explica Arfa.

Un portavoz de Live Nation indica en un comunicado que este año se han vendido más de 100 millones de entradas, incluso con menos espectáculos en estadios, y que las ventas para shows en arenas, anfiteatros, teatros y clubes han subido "dos dígitos" respecto al año pasado. "Cada año, algunos eventos caen de forma natural por diversas razones, y en 2024, en todos los tipos de recintos, hemos visto una tasa de cancelación del 4%, que es igual a la del año pasado", señala el portavoz.

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Cada artista y cada situación son únicos. Puede que Bad Bunny no haya podido vender entradas tan caras en Minneapolis, pero ha vendido un montón en otros sitios. JLo parece tener mucho más de qué preocuparse que de una gira, y los Black Keys probablemente lo harán bien en lugares más pequeños. 

Un representante de Live Nation, que está produciendo el espectáculo de Troye Sivan/Charli XCX, dice que la gira había agotado algunas fechas y estaba vendida en un 70% en general, lo que implica que había habido malentendidos sobre las ventas online. (Comentan que Wallows se está vendiendo "bien" sin dar detalles concretos y se refieren a las declaraciones públicas de Black Keys y López, cuyas giras fueron producidas por Live Nation). Los contratiempos no se limitan a la venta de entradas. Kid Cudi canceló su gira de este año porque se rompió un pie saltando del escenario de Coachella, y muchos artistas no especifican que el problema sean las ventas cuando cancelan.

Hay estrategias que los grupos adoptan para intentar ofrecer algo nuevo a los fans y aumentar las ventas, como llevar invitados especiales a los conciertos. Def Leppard sale de gira con Journey este año, y el año pasado lo hizo con Mötley Crüe. Siempre nos queda el viejo marketing. Hace poco, Live Nation puso en marcha su "semana del concierto", que ofrece una gran variedad de entradas a 25 dólares (23,30 euros), una buena forma de promocionar entradas que no se están vendiendo.

Hay, por supuesto, un gran problema que subyace a toda la conversación: comprar entradas es sumamente cansado. Hay que tener muchas ganas de ver un espectáculo para intentar navegar por el laberíntico proceso de compra. Live Nation-Ticketmaster domina el mercado, lo que, según los críticos (incluido el Departamento de Justicia de Estados Unidos, que ha demandado a la empresa por prácticas contrarias a la competencia), ahoga la innovación, permite márgenes injustos y contribuye a una experiencia general negativa para los fans. 

Las tarifas de las entradas son elevadísimas y parecen no tener fin. Los ejércitos de bots se hacen con las entradas cuando salen a la venta y las venden en los mercados de reventa a precios exagerados. (Hay un resquicio de esperanza porque la menor demanda de este año se ha traducido en una bajada de los precios de las entradas de reventa. SeatGeek dice que el precio medio de las entradas de reventa para asistir a un concierto de verano este año es de 214 dólares; el año pasado, fue de 257 dólares, aunque gran parte de ello se debió a Taylor Swift y Beyoncé).

"Cuando las experiencias de los clientes no son buenas suele ser cuando hay un monopolio de por medio", explica Witt, de The Pabst Theater Group.

A JLo, por supuesto, le irá muy bien. Al fin y al cabo, es rica, famosa y guapa. Sus fans sobrevivirán y probablemente volverán a verla actuar. Pero la próxima vez que salga de gira, deberían comprar sus entradas rápidamente para que el futuro This is me no se acabe cancelando también.

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