Estas son las habilidades más buscadas por las empresas (y que son difíciles de encontrar)

¿Qué buscan las empresas? No cabe duda que el talento humano es el gran valor de cualquier compañía. Por esto mismo y en un mundo laboral tan competitivo, la formación está quedando a un lado y son las habilidades blandas, o soft skills las que se premian más.

En España, casi la mitad de los jóvenes tiene una titulación de educación superior, como indica el informe Panorama de la Educación: Indicadores de la OCDE 2022 del Instituto Nacional de Evaluación Educativa del Ministerio de Educación y Formación Profesional.

Esto implica que para una empresa no es difícil encontrar a alguien con una determinada titulación, por ello, este no suele ser el factor decisivo a la hora de contratar a alguien.

Sin embargo, las empresas cada vez se fijan más en las habilidades interpersonales y los valores individuales de cada candidato. Tanto es así, que una buena ética de trabajo es la cualificación principal que buscan ahora las empresas, según un nuevo estudio de ADP. Pero también está resultando ser lo más difícil de encontrar.

La encuesta entrevistó a más de 1.500 empresarios, jefes con amplia experiencia y gerentes de contratación sobre sus prioridades a la hora de elegir a un nuevo empleado en este 2024. 

Todas las empresas coinciden en que las habilidades sociales son una prioridad, aunque los conocimientos técnicos sean igualmente importantes. ¿Qué significa tener una sólida ética de trabajo? 

Según apunta el informe, incluye aspectos como la puntualidad, la organización, tener un manejo eficiente del tiempo y tener capacidad de sacrificio para realizar esfuerzos puntuales cuando sea necesario. Otras cualidades como la resolución de problemas o la comunicación también se consideran imprescindibles. 

Son a la vez las capacidades más buscadas y las más difíciles de encontrar según los reclutadores, especialmente cuando se trata de una sólida ética de trabajo y buena gestión del tiempo.

En este punto, los empresarios destacan que si bien es sencillo formar a los nuevos empleados en cuestiones técnicas, resulta complejo hacerlo si no existe una ética de trabajo que haga que los resultados sean efectivos en un corto espacio de tiempo.

De este modo, es más factible crear un equipo sin fricciones y escalable. Este cambio de perspectiva tiene mucho sentido en un momento en el que la tecnología no para de evolucionar y la inteligencia artificial están cambiando el mundo laboral.