Las elecciones europeas ponen en vilo a la industria de los coches eléctricos por el futuro del Pacto Verde

Un coche encima de una bandera de la Unión Europea.

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  • Una victoria de la ultraderecha en las próximas elecciones europeas puede provocar un cambio en la normativa sobre los coches de combustión.
  • Mientras que los fabricantes esperan cumplir con el Pacto Verde, las dudas sobre el camino que seguirá la UE ha hecho que muchas normas queden en el aire. 

Las próximas elecciones europeas que se celebrarán el 9 de junio están haciendo tambalear el futuro de muchos sectores. Pero, sin lugar a dudas, el automovilístico, y sus 12 millones de empleados, es el que más atento está a lo que pueda pasar en las urnas.

La principal guerra que existe entre los partidos de izquierda y los de derecha es sobre el futuro de los coches de combustión

A finales de 2022, los parlamentarios europeos llegaron un acuerdo sobre las normas de emisiones dentro del denominado Pacto Verde, donde se encontraba la ley que prohíbe la venta de coches de combustión a partir de 2035. En concreto, esta norma exigirá que los nuevos coches y furgonetas tengan emisiones de carbono significativamente más bajas para 2030 y que lleguen a 0 en 2035.

En concreto, este proyecto ley pretende ir reduciendo estas emisiones de forma paulatina. De esta manera, para los coches nuevos que se vendan en 2030, sus emisiones deberán ser un 55% inferiores a las de 2021, y las de las furgonetas nuevas tendrán que ser un 50% inferiores a las de 2021. Así hasta llegar al objetivo de 0 emisiones. 

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Sin embargo, la cancelación de esta ley se ha convertido en un tema esencial de la agenda política de los partidos de extrema derecha. El grupo ECR, que incluye a Hermanos de Italia o Vox en España, insiste en su programa en que "el motor de combustión es un testimonio de la creatividad europea" y debería seguir siendo "viable durante muchos años más", con nuevas inversiones en investigación, especialmente en combustibles "de bajas emisiones".

Otro grupo de extrema derecha, Identidad y Democracia (Frente Nacional en Francia o Liga en Italia), también combate lo que describe como una "medida discriminatoria y de exclusión social". Los partidos alemanes de la coalición, CDU y CSU, desearían suprimir el plazo de 2035 para que los consumidores puedan seguir beneficiándose de la "tecnología de vanguardia alemana de los motores de combustión".

También se suma a estas críticas el partido mayoritario saliente, el Partido Popular Europeo (PPE). La postura de este partido es un poco extraña, ya que en enero afirmaban que rechazaban "una política de prohibición como la de los motores de combustión" y prometían que la revisarían lo antes posible". Sin embargo, ahora no llevan la cancelación de la prohibición en su programa electoral.

Por su parte, su cabeza de lista, Ursula von der Leyen, fue quien logró imponer esta prohibición en el marco del Pacto Verde europeo, un ambicioso paquete legislativo que debe permitir a la UE alcanzar sus objetivos climáticos.

Los fabricantes ya han virado hacia los coches eléctricos

Todas estas acciones afectan principalmente a los fabricantes. Desde que se empezase a hablar de esta prohibición, las marcas ya comenzaron a impulsar sus investigaciones sobre los coches eléctricos. Desde la prohibición europea de vender motores de combustión, los fabricantes han hecho una apuesta total por los eléctricos.

Sin embargo, no siempre ha sido así. Después de haberlo combatido durante años, el lobby de los fabricantes en Bruselas, la ACEA, asegura que respetará el Pacto Verde europeo. Esto es algo que se ha podido ver en los últimos años, donde los fabricantes no han dejado de anunciar nuevos modelos eléctricos. Incluso muchos de ellos han adelantado a 2030 el fin de sus motores de combustión.

Pero, en lo que no quieren ceder es en los plazos. Luca de Meo, presidente de la ACEA y director ejecutivo de Renault, señaló en febrero que esperaba un plazo un poco más dilatado. "Espero que la prohibición entre en vigor un poco más tarde, porque creo que no seremos capaces de hacerlo sin dañar toda la industria y toda la cadena de producción del automóvil europeo", explicó a la AFP.

Por su parte, Carlos Tavares, el director general de Stellantis, segundo grupo automovilístico europeo, ha esbozado dos escenarios posibles tras las elecciones. Por un lado, que se produzca una "aceleración de los coches eléctricos" si ganan los "progresistas dogmáticos", o, por otro, un "retroceso de los coches eléctricos" si ganan los "populistas".

Según Diane Strauss, de la ONG Transport & Environment, el éxito de la prohibición en 2035 depende de varios factores, como el despliegue de la red de estaciones de carga eléctrica o la reducción del precio de los coches, por ejemplo, a través de un "leasing europeo".

"Un Parlamento muy contrario a la electromovilidad podría retrasar la implementación de todos los factores necesarios para el éxito de este proyecto", señala. De hecho, ya está prevista una revisión para 2026 para hacer una primera evaluación de la electrificación. Aunque no implica una nueva votación sobre la fecha límite, sí podría reforzar ajustes, algunos de los cuales ya se han planteado.

 

Otro punto que puede enfriarse son las sanciones a China. A finales del año pasado, y con una fuerte presión de Francia, Ursula von der Leyen confirmaba que Bruselas abriría una investigación antidumping sobre los coches eléctricos chinos para tratar de evitar un caso como el de las placas solares de 2012.

Según la actual presidenta de la Comisión Europea, la propia Von der Leyen, estos vehículos "distorsionan" el mercado de la UE. Esta investigación podría convertirse en uno de los mayores casos comerciales iniciados dada la magnitud del mercado. 

Estas investigaciones venían de la mano de una serie de sanciones y aranceles que, sobre plano, iban a anunciar de forma inminente. Sin embargo, son varias ya las fuentes que dicen que no se asumirá el riesgo de hacer un anuncio de este tipo antes de la celebración de las elecciones europeas. El motivo no es otro que el de querer tener todo atado antes de entrar en una guerra con China.

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