China investiga la importación de cerdo europeo como represalia por el impuesto a sus coches eléctricos: España tiene motivos para preocuparse

China ha respondido. La segunda economía más grande del mundo ha lanzado una investigación antidumping sobre las importaciones de carne de cerdo de la Unión Europea, en respuesta por los aranceles —de entre el 17% y el 38%— que tendrán sus coches eléctricos a partir de julio. España es uno de los países que más podría notar las consecuencias de esta medida: es el segundo exportador del mundo de carne de cerdo a China, y el número uno de Europa. 

La investigación ha comenzado este lunes, según un comunicado del Ministerio de Comercio chino al que ha tenido acceso Reuters, pero tardará al menos un año en traer consecuencias para los productores europeos. Es la primera piedra en una batalla comercial que se calienta con el paso de los meses y el resultado de las investigaciones realizadas por la Comisión Europea. 

"Los vehículos eléctricos de batería en China se benefician de subvenciones injustas", aseguraba hace unos días Bruselas. La Comisión Europea se ha puesto en contacto con las autoridades chinas para discutir esas conclusiones, y procederá a imponer aranceles de hasta el 38,1% a partir del 4 de julio si no se llega a un acuerdo. Ese impuesto está actualmente en el 10%. 

La respuesta de las autoridades chinas no se ha hecho esperar, y España es una de las que puede salir más perjudicadas. Es el país de la Unión Europea que más carne de cerdo exporta a China, según los datos recogidos por Bloomberg. El valor de las exportaciones del producto de toda la región a China alcanzó la cifra 1.830 millones de dólares (unos 1.700 millones de euros). 

Las exportaciones españolas de esta carne ya no son lo que eran. Después de alcanzar picos de volumen exportado entre 2020 y 2022, la cantidad ha descendido a niveles anteriores a 2019. Recientemente, España ha pasado del primer al segundo puesto en el mundo en exportaciones de carne de cerdo a China. Brasil se ha convertido en el principal exportador en el primer trimestre de 2024, según una asociación europea especializada en el sector. 

La investigación antidumping a los coches eléctricos se abrió en septiembre del año pasado, para alegría de uno y tristeza de otros. En este caso, Francia le ganó la partida a Alemania, que no quería atemorizar a China con ninguna medida punitiva que pudiera alentar una respuesta por su parte. 

Los fabricantes alemanes están muy expuestos al mercado chino y prefieren evitar el conflicto, aunque eso afecte a la competitividad de las empresas regionales y a su capacidad para ocupar un lugar predominante en el mercado europeo y mundial. 

Los franceses, que representan al resto de países, temen que suceda algo parecido a lo que sucedió en el sector de placas solares. El exceso de oferta de producto proveniente de China a precios imposibles para la industria europea condenó a muchas empresas a frenar su producción. Los paneles se estaban acumulando en grandes reservas que no encontraban una demanda equiparable a la oferta. 

Unos años después se empiezan a ver las primeras consecuencias de esa investigación. Los aranceles no entrarán en vigor hasta dentro de dos semanas, y todavía hay elementos que negociar y precisar. Las sanciones oscilan entre el 17,4% para la marca BYD, el 20% para Geely y el 38,1% para SAIC (MG), y dependen del nivel de colaboración que hayan tenido con la investigación.  

Según El País, Alemania ha aceptado que se impongan los aranceles, pero está presionando para rebajar estas horquillas.