BBVA solicita autorización a la CNMC para lanzar su OPA sobre Banco Sabadell y realizar la fusión

Una de las sedes del BBVA.

BBVA

  • BBVA ha solicitado autorización a la CNMC para lanzar su OPA sobre Banco Sabadell y así realizar la fusión de ambas entidades.
  • Es un paso crucial para la operación y se suma a la solicitud previa presentada ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). 

La reciente maniobra de BBVA para adquirir Banco Sabadell ha capturado la atención de los mercados y continúa el proceso con la solicitud de autorización a la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) para lanzar su Oferta Pública de Adquisición (OPA) sobre Banco Sabadell y realizar la fusión, según fuentes del mercado a Europa Press.

Así es el proceso de solicitud y autorización

Este paso es crucial para la operación y se suma a la solicitud previa presentada ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). BBVA necesita múltiples autorizaciones para que la operación sea efectiva, incluyendo las de la CNMV, el Banco Central Europeo (BCE), y la Autoridad de Regulación Prudencial del Reino Unido (PRA).

Por ello, BBVA ha presentado diferentes folletos a cada supervisor. La CNMC se centrará en evaluar el impacto de la concentración bancaria resultante, mientras que la CNMV revisará la información proporcionada al mercado sobre la OPA.

Las autorizaciones clave para la eficacia de la OPA

  • Participación de accionistas: al menos el 50,01% de los accionistas de Sabadell deben aceptar la OPA.
  • Aprobación de la junta de BBVA: la junta de BBVA debe aprobar la ampliación de capital necesaria para el canje de acciones.
  • Autorizaciones regulatorias: además de la CNMC, se requiere la aprobación del BCE y la PRA.

No obstante, BBVA puede lanzar la OPA sin esperar la decisión final de la CNMC, aunque la eficacia de la operación dependerá de la aprobación de todas las autoridades competentes.

¿Cómo es el análisis de concentración por la CNMC?

La CNMC llevará a cabo un análisis del nivel de concentración bancaria que resultará de la fusión. Este proceso se divide en dos fases:

Primera fase: tiene una duración máxima de un mes, durante el que se analiza si la operación puede ser archivada, autorizada con o sin compromisos, o si necesita un análisis más detallado debido a posibles problemas de competencia.

Segunda fase: si se requiere un análisis más detallado, esta fase puede extenderse hasta tres meses, con la participación de terceros interesados. Al final de esta fase, la CNMC puede decidir autorizar, archivar, autorizar con condiciones o prohibir la operación.

La importancia de la decisión del BCE

El primer 'visto bueno' que BBVA necesita es el del BCE, que permitirá a la CNMV autorizar la apertura del periodo de aceptación de la OPA, el cual podría durar de 15 a 70 días. Este paso es crucial para que la operación avance a las siguientes etapas de autorización y ejecución.

¿Y luego qué?

Los tres últimos supuestos de la segunda fase de la CNMC, Competencia traslada su decisión al Ministerio de Economía, que puede elevarla, a su vez, por "razones de interés general", al Consejo de Ministros en un plazo de 15 días.

Competencia señala en su web que "el acuerdo final, que podrá autorizar con o sin condiciones la concentración, deberá adoptarse en un plazo máximo de un mes y puede solicitar un informe". Dicho acuerdo debe estar "debidamente motivado". 

El artículo 10.4 de la misma normativa contempla que el Consejo de Ministros pueda valorar las concentraciones económicas "atendiendo a criterios de interés general".

El precedente

CaixaBank y Bankia, y Unicaja y Liberbank, han sido el precedente de fusiones bancarias más cercanos, y ambos se aprobaron en primera fase y sin OPA hostil. Sabadell ha dejado claro que este caso es "muy distinto" al de CaixaBank y Bankia

La fusión de BBVA y Banco Sabadell no solo cambiaría el panorama bancario en España, sino que también tendría implicaciones significativas para sus clientes y empleados. La fusión podría consolidar el mercado bancario español, mejorando la eficiencia y la competitividad, pero también podría reducir la competencia en ciertos segmentos del mercado.

Los clientes de ambas entidades podrían beneficiarse de una mayor gama de productos y servicios, así como de una red de sucursales más extensa. No obstante, también es posible que se enfrenten a cambios en las condiciones de sus cuentas y servicios actuales, así como consecuencias para los empleados, con posibles reestructuraciones.

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