Ahora mismo hay más trabajadores en España que nunca, pero 2,8 millones de personas no trabajaron ni una hora en el primer trimestre

Ejecutivo de vacaciones
  • El número de ocupados que no trabajan aumenta un 7% en el primer trimestre del año. Como resultado, las horas trabajadas arrastran una caída significativa desde 2022.
  • El aumento en el número de trabajadores que no trabajan se debe un repunte de vacaciones y bajas por enfermedad.

Ahora mismo en España hay más trabajadores que nunca. Pero también más empleados que no trabajan. Parece un trabalenguas, pero es realismo estadístico. 

En 2024 hay más de 21 millones de afiliados a la Seguridad Social. El mercado laboral rompió la barrera en abril. El problema es que el 13% no trabajó ni una hora.

En el primer trimestre del año hubo 2,8 millones de ocupados que no trabajaron ninguna hora, según el último Observatorio Trimestral del Mercado de Trabajo, elaborado por Fedea y BBVA Research.

"Desde 2022 hay una caída significativa en el número de horas trabajadas", observó Juan Ramón García, economista principal en la unidad de España y Portugal de BBVA Research durante la presentación del informe. Pero estas horas, añadía, "han caído en particular en el primer trimestre".

Concretamente, las horas trabajadas por ocupado se contrajeron un 0,3% trimestral en el primer trimestre, alcanzándose una media de 36,2 horas trabajadas a la semana. Es el tercer mes consecutivo de descensos.

"Hay dos factores relevantes que explican esta caída", explicó García. Por un lado, un aumento en la tasa de parcialidad (empleados con jornada parcial) que se sitúa en el 13%. 

Por otro, que hay más ocupados que no trabajaron. Como prueba, los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), donde el número de encuestados que respondió que tenían empleo pero no estaban trabajando ha vuelto a aumentar:

El número de empleados que no trabajó ni una hora creció en un 7% entre enero y marzo, respecto al trimestre anterior. Eso se traduce en 2,8 millones de personas, o el 13% de los ocupados totales.

Profesor de música enseñando a tocar la guitarra

El aumento en el número de trabajadores que no trabajan se debe, básicamente, a "un repunte de la incidencia de las vacaciones y las bajas por enfermedad o incapacidad temporal", señala el informe.

No es la primera vez que Fedea y BBVA Research avisan de un anómalo repunte en el número de empleados de baja o de vacaciones.

"No entendemos bien qué está pasando", reconocía entonces Libertad González, profesora de Economía asociada en la Universidad Pompeu Fabra y en la Barcelona School of Economics: "Desde el covid-19 vemos cómo aumentan los ocupados que no están trabajando, y esto no se ha recuperado".

Que la pandemia ha marcado un antes y un después en las tendencias del mercado laboral no es una sorpresa para nadie. Desde el teletrabajo hasta la gran renuncia, los empleados ya no han vuelto a mirar sus puestos de trabajo con los mismos ojos. Pero también hay cada vez más trabajadores que, teniendo empleo, no trabajan.

La proporción de personas ocupadas que no trabajaron en la semana de referencia de la encuesta por encontrarse de vacaciones lleva creciendo desde 2021, especialmente desde el tercer trimestre de ese año, después de haber sufrido una importante caída en 2020, como consecuencia de los meses de pandemia y restricciones sociales y a la movilidad.

La cifra supera de lejos los 1,9 millones de ocupados sin trabajar que había en 2008, el periodo más alto con ocupados no trabajando, exceptuando el pico que hubo en 2020. Es el dato más alto sin contar con los meses de pandemia, cuando el parón derivado del confinamiento y los ERTE desvirtuaron las estadísticas. 

Las razones por las que estos empleados no trabajan son muy diversas: desde vacaciones, hasta bajas por incapacidad temporal o enfermedad y permisos de paternidad o maternidad, hasta excedencias e incluso los que todavía continúan en ERTE. Pero el caso más llamativo es el de los empleados de vacaciones y el de bajas por enfermedad. 

Gran renuncia

"Hay dos causas principales que explican el crecimiento del número de ocupados que no trabajan: los días de permiso por vacaciones y las bajas por enfermedad, accidente o incapacidad", constataba Marcel Jansen, investigador de Fedea. En ambos casos, el número de empleados sin trabajar está en máximos históricos.

Aproximadamente la mitad del incremento de ocupados sin trabajar se debe a vacaciones y, la otra mitad, a bajas por enfermedad. "Estamos hablando niveles bastante superiores en términos porcentuales a lo que hemos visto en otros años", añade González.

El fenómeno, además, se da de forma generalizada en todo tipo de empleos: “No son únicamente ejecutivos de vacaciones”, matiza Jansen. Los directores y gerentes con empleo pero sin trabajar representaron, de hecho, el 8% de los ocupados. El porcentaje más bajo, frente a técnicos, administrativos y otros profesionales, cuyo peso alcanza el 10% en todos los casos.

Entre 2020 y el verano de 2021, cuando se produce el primer pico de ocupados no trabajando por vacaciones, el incremento podría atribuirse a días de permiso acumulados durante los meses de pandemia. Y en el caso del fuerte aumento generalizado de empleados sin trabajar, una buena parte se explica por el boom de ERTE. Pero ahora los ERTE han desaparecido.

En el caso de personas de baja por enfermedades, accidentes o incapacidad, permisos por nacimientos o excedencia, el porcentaje de empleados que no están trabajando empezó a crecer en 2022 y se ha mantenido prácticamente constante desde entonces.

Dimisiones de empleados

 ¿Se ha perdido el miedo a 'desaparecer'?

En 2023 hubo 2,75 millones de empleados que renunciaron a sus puestos de trabajo, según los datos del Observatorio de Fedea y BBVA Research. Nunca en la historia se habían producido tantas dimisiones como ahora, y eso a pesar de la crisis de precios y la incertidumbre por las consecuencias de la guerra en Ucrania.

En el caso de los trabajadores que no trabajan, el origen podría estar en el mismo punto de inflexión, aunque la causa exacta no esté clara. "La gente parece menos preocupada por las implicaciones de pedirse una baja en su puesto de trabajo", observa Jansen.

"En el caso de las vacaciones, tal vez podría atribuirse a cambios en Recursos Humanos o a un efecto rebote posterior al bajón de la pandemia", explica Florentino Felgueroso, investigador asociado de Fedea.

"El incremento de los empleados de baja por enfermedad también puede deberse a problemas de salud que, antes de la pandemia, no se consideraran baja, y ahora sí" añade González, que cita como ejemplo las infecciones respiratorias, o el repunte de casos afectados por ansiedad.

Jansen, por su parte, señala que en el caso de las bajas por enfermedad podría influir el efecto del envejecimiento de la población: "Desde las mutuas apuntan a problemas derivados de la edad, de movilidad, como fracturas, esguinces...".

Estas ausencias también se perciben en la productividad y el número de horas trabajadas. El número de empleados está en máximos históricos y supera los niveles prepandemia, pero la productividad por hora trabajada apenas se ha recuperado. "Vemos una evolución distinta de empleo y horas, y el motivo principal que explica que las horas hayan disminuido menos es que hay menos ocupados efectivos", añade Jansen.

"Es algo preocupante", reconoce Rafael Doménech, director de análisis económico de BBVA Research, que señala que uno de los efectos de la reforma laboral debería ser la mejora de la productividad derivada del aumento de indefinidos, y eso no está ocurriendo.

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