Si vives en un barrio de las afueras, tienes más probabilidades de sufrir depresión

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  • Una nueva investigación publicada en Science Advances muestra que los habitantes de los suburbios o zonas periféricas tienen más probabilidades de sufrir depresión que los del centro de las ciudades.
  • El estudio, llevado a cabo en Dinamarca, desaconseja la continua expansión de zonas suburbanas de viviendas unifamiliares si se quieren mitigar los problemas de salud mental y el cambio climático.

Naces por casualidad en cualquier punto del planeta, pero el lugar en el que vives influye mucho en tu salud física y mental: hacerlo cerca de la naturaleza es bueno para tu cerebro, tu corazón, tu mente  o tus pulmones, mientras que las ciudades más contaminadas pueden mermar fu función cognitiva o elevar tu riesgo de enfermedades autoinmunes, depresión, obesidad o diabetes.

Es normal que en el campo sea menos frecuente la depresión: no solo por la menor polución, sino por una mayor exposición a la luz solar, un estilo de vida más saludable, menor contaminación acústica, más actividad física, alimentos frescos de proximidad, contacto con la naturaleza y menor sedentarismo. 

Por el contrario, el estrés, el ruido, la contaminación atmosférica, la soledad y la falta de luz solar en la planta baja de un piso alto son factores detrás del incremento del 39% del riesgo de depresión en las zonas urbanas de los países de Europa Occidental y en Estados Unidos.

Dentro de las propias urbes, un reciente estudio danés acaba de averiguar que la zona también influye, y mucho, en el bienestar y la salud mental de las personas. Publicado en Science Advances y recogido en un artículo en The Conversation, muestra que los habitantes de los suburbios tienen más probabilidades de sufrir depresión que los del centro de las ciudades.

Los autores querían comprobar qué factores son los más importantes para el bienestar psicológico, de forma que el diseño y la planificación urbana puedan mejorarse a favor de la salud mental. 

 

Con herramientas de aprendizaje automático analizaron imágenes de satélite de todos los edificios de Dinamarca a lo largo de 30 años (1987-2017), dividiéndolos en categorías en función de la altura y la densidad. Combinaron el mapa con direcciones individuales y registros sanitarios y socioeconómicos de la población danesa. 

Los resultados no muestran una correlación clara de que los centros urbanos densos influyan en la depresión. "Esto puede deberse a que los centros urbanos densos pueden ofrecer relativamente más oportunidades de interacción y creación de redes sociales, lo que beneficia a la salud mental", dice el autor principal, Karen Chen y Stephan Barthel.

Tampoco parece que las zonas rurales aumenten el riesgo de problemas de salud mental. 

Después de considerar los factores socioeconómicos, el mayor riesgo se encontró en los suburbios de edificios bajos y viviendas unifamiliares. Los edificios de varias plantas en lugares céntricos o zonas periféricas con acceso a zonas costeras o espacios verdes mostraron un riesgo muy bajo de problemas mentales. 

Los autores creen que el riesgo relativo de depresión en las zonas de las afueras dispersas y de altura baja puede deberse a la obligatoriedad de largos desplazamientos en coche, a menos espacios públicos abiertos y a la menor presencia de puntos de reunión como tiendas, cafeterías, y restaurantes, debido a que la densidad poblacional suele ser menor. 

Los investigadores proponen invertir en viviendas de gran altura y mayor acceso a costas, lagos, parques y ríos

Los autores proponen varias medidas para mejorar la salud de los habitantes de las ciudades, aunque los resultados de Dinamarca no tiene por qué ser extrapolables al resto del planeta. Entre sus alternativas destaca la inversión en viviendas de gran altura, favorecer un estilo de vida que no dependa del coche privado y un buen diseño espacial para acceder a zonas verdes y azules.

La mejora de la accesibilidad a los servicios y a los espacios públicos abiertos es uno de los puntos clave, por lo que la peatonalización será otro punto importante para favorecer la sociabilidad. La densidad permite generar comunidades vivas, mientras que los espacios abiertos aportan numerosos beneficios a la salud.

"La elección de vivienda está influida por factores socioeconómicos. Las propiedades situadas frente al agua o en zonas verdes en el centro de la ciudad son significativamente más caras que las casas de las afueras", recalcan los autores. Por eso proponen combatir la desigualdad generando proyectos de viviendas de renta mixta, evitando la gentrificación y el éxodo de las personas con bajos ingresos.

Aunque cada país tiene su propio contexto geográfico y cultural, este estudio podría servir como base para futuras investigaciones en otros lugares, con el fin de que las ciudades no sean infiernos, sino lugares habitables donde vivir una vida digna y plena.

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