Prepárate cuando vayas de vacaciones: el turismo del todo gratis está a punto de morir

Vacaciones en la Sagrada Familia

Reuters

  • Focos turísticos de todo el mundo se están rebelando contra el exceso de visitantes tomando medidas drásticas.
  • Gestionar el turismo es, según los expertos, esencial para preservar los lugares históricos y las zonas naturales, además de mantener la convivencia entre los residentes.

Prepárate para lo que te espera en tus próximas vacaciones.

Por delante de ti horas de atasco solo para poder aparcar a las afueras del pequeño y encantador municipio de Sirmione, a orillas del Lago di Garda (Italia).

Verás los puentes del Canal de Venecia atestados de turistas posando para lograr la misma foto, al igual que ocurre en la Sagrada Familia o el Park Güell. 

¿Una foto sin turistas bajo la Torre Eiffel? Misión imposible.

Park Guell

REUTERS/Darrin Zammit Lupi

Lo que parece de ensueño en una publicación de Instagram poco tiene que ver con la realidad cuando cantidades ingentes de turistas abarrotan los mismos lugares desde bien temprano.

Esto no es lo que te habías imaginado.

Más allá de lo estético, las grandes aglomeraciones no solo desmitifican los lugares más bellos del mundo; a ello se suma el fastidio que supone quedarte sin poder entrar a restaurantes o museos. Que se lo digan a los residentes, que no tienen siquiera acceso a un piso en alquiler y han pasado a la acción con numerosas movilizaciones.

En los cinco primeros meses de 2024, España recibió un 13,6% más de turistas internacionales que en dicho periodo de 2023, hasta superar los 33,2 millones, según datos del INE.

Los otros 41 millones de turistas que nos visitarán este verano supondrán un aumento del 13%, según el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu.

¿El problema? Todos quieren ir a los mismos sitios, y eso es insostenible.

Puede que el turismo se nos haya ido de las manos, pero a ver quién es el primero que decide no viajar a su lugar soñado —y el de tantos otros—. 

"Hay lugares que, por su carácter único y su protagonismo simbólico dentro de la cultura global, van a ser objeto del deseo de millones y millones de personas. Pueden cambiar los lugares concretos, pero seguirá habiendo una jerarquía de atracciones que 'hay que ver al menos una vez en la vida'", argumenta Pablo Rodríguez González, profesor del Departamento de Sociología y Antropología de la ULL y doctor en Sociología del Turismo.

"Yo también estuve allí"

En la era de la diverflación, las prioridades de gasto de los consumidores han cambiado: incluso cuando hay incertidumbre económica, viajar es una de las últimas cosas a las que muchos están dispuestos a renunciar.

España espera este año 90 millones de viajeros internacionales (un 7% más que en 2023), pero las oleadas de viajeros que llegan a nuestro país no se reparten equitativamente: todos tenemos curiosidad por descubrir los mismos lugares que hemos visto en redes sociales o de los que nos ha hablado nuestro vecino.

"En estos momentos que el turismo en España está viviendo una afluencia extraordinaria de visitantes, se hace evidente el dicho de 'morir de éxito'", afirma Óscar Iniesta, socio y director senior en LLYC, a Business Insider España

La gente tiene ahora más acceso a los destinos que antes gracias a la democratización del viaje. Desde free tours a pisos turísticos o vuelos a precio de ganga, la facilidad para viajar ha disparado la afluencia de visitantes. Pero esta forma de hacer turismo puede tener los días contados.

Bienvenido (otra vez) al verano más caro de tu vida

El problema no es necesariamente el volumen de turistas en un lugar determinado, sino el hecho de que lleguen todos a la vez a sitios concretos. Las pequeñas ciudades históricas europeas no se construyeron para acoger a millones de personas, y los pintorescos parajes naturales tampoco están capacitados para recibir a demasiados visitantes.

Las redes sociales son parte de la razón por la que tanta gente quiere ir exactamente al mismo rincón cuando visita un destino. ¿El objetivo? Conseguir la foto.

Según explica a Business Insider España Juan Ignacio Pulido, catedrático de Economía aplicada al Turismo en la Universidad de Jaén, hay varios motivos que han propiciado este panorama. 

Además del abaratamiento del coste de viajar, Pulido apunta tanto al "comportamiento crecientemente hedonista del consumidor actual", que viene amplificado por el papel de las redes sociales, como a la obsesión de los gestores públicos por medir el éxito del turismo a través de la afluencia de turistas.

Guerra al turismo del todo gratis

Autoridades locales de todo el mundo empiezan a tomar medidas para frenar el fenómeno de la 'turistificación'.

En Venecia se está probando una tasa turística de 5 euros a los turistas que no pernoctan durante la temporada alta, aunque algunos vecinos afirman que la tasa es demasiado baja para disuadir a las multitudes y que viola el principio de libertad de circulación.

Otras ciudades empiezan a tomar nota, como la suiza Lauterbrunnen, que se plantea una tasa similar; al igual que el Lago di Como (Italia), que se ha hecho viral en TikTok por los vídeos de trenes abarrotados que se dirigen al lago, lo que ha llevado al alcalde a plantearse cobrar 50 euros por cada autocar privado que llegue.

En el río Chíllar, en Nerja (Málaga), la llegada masiva de senderistas ha afectado gravemente a la biodiversidad. Al no conseguir concluir el procedimiento de elección de una entidad privada que ordenase y controlase el tránsito, la Junta de Andalucía ha decidido cerrar la ruta definitivamente para este verano.

8 destinos españoles arruinados por los turistas en los últimos años

Lugares que se han masificado con los años como la playa de Las Catedrales, en Lugo, o San Juan de Gaztelugatxe, Vizcaya, requieren de entrada por este mismo motivo, aunque sin coste.

Los habitantes de Binibeca Vell, Menorca, han impuesto restricciones a las horas de visita de los turistas e incluso han amenazado con cortar por completo el acceso al pueblo.

Binibeca Vell, Menorca
Binibeca Vell, Menorca

Getty images

Grecia está limitando el número de visitantes a la Acrópolis de Atenas a 20.000 personas al día, un sistema similar al que ya se aplica en varios parques nacionales de Estados Unidos.

Aunque algunas de estas medidas son controvertidas, los expertos del sector las consideran esenciales: "Es necesario un consenso entre todos los actores respecto a cómo desarrollar la actividad turística, hasta dónde llegar o qué recursos poner en valor. Es el momento de apostar por la gobernanza en el turismo", sentencia Pulido, coordinador también del Máster Universitario en Planificación y Gestión Sostenible del Turismo.

Aunque esas tasas turísticas no afecten al bolsillo de los turistas y, por tanto, no frenen su llegada, sí pueden proporcionar más recursos para mejorar las infraestructuras y son la única manera de preservar algunos de los lugares más preciados del mundo, especialmente los naturales. 

"Hasta ahora, la actuación se ha limitado a la promoción y a la dotación de infraestructuras. Hoy, el gran reto es la gestión. Hay que tomar decisiones respecto a qué tipo de turista se quiere atraer y cómo gestionar los flujos turísticos en espacio y tiempo", señala Pulido.

El problema, según Rodríguez, es que estas medidas suelen llegar tarde, cuando los impactos ya se han producido y, además, intentan paliar los síntomas mientras se mantienen políticas desarrollistas.

Los ¿beneficios? del turismo

Los pronósticos de CaixaBank Research apuntan ya a un año histórico en el que el PIB turístico crecerá un 5% (más del doble que lo esperado para el conjunto de la economía), pasando del 12,8% al 13,4% del total, con un valor económico superior a los 200.000 millones de euros. 

Carlos Balado, profesor de OBS Business School, recuerda que este sector explica un 70,8% del crecimiento real de la economía española: es decir, de no ser por el turismo, la economía española habría crecido un 0,8% el año pasado, en lugar del 2,4%.

El gasto extranjero podría ser de 125.000 millones de euros, hecho que, según la Organización Mundial del Turismo, hará que España se consolide como el segundo destino turístico más popular del planeta, indica Balado.

"Si se tiene en cuenta el impacto económico del turismo, es obvio que frenarlo equivale a perjudicar los intereses generales del país", argumenta el profesor.

Protesta el 20 de abril en Santa Cruz de Tenerife contra la 'turistificación'.
Protesta el 20 de abril en Santa Cruz de Tenerife contra la 'turistificación'.

Reuters/Borja Suarez

Pese a que esta actividad puede generar interesantes beneficios a cualquier territorio, su mala gestión también puede generar impactos negativos importantes.

Además de los beneficios económicos, lo que convierte a un lugar en un buen destino turístico es a menudo lo mismo que hace que sea un buen lugar para trabajar y vivir: variedad de restaurantes, buenas infraestructuras, museos y otras atracciones. 

Por ello, los organismos turísticos no solo deben medir los beneficios económicos del turismo, sino también la opinión de los residentes al respecto, ya que, si en las próximas décadas seguimos abarrotando estos lugares, muchos destinos pueden ver sobrepasada su capacidad de gestión sostenible.

"Los destinos deben actuar y, además, lo más rápido posible. Ya se ha demostrado que la estrategia de crecimiento por volumen es un error. No se puede medir el éxito del turismo única y exclusivamente en función del número de turistas que llegan", señala Pulido, que aboga por utilizar otras variables relacionadas con la capacidad del turismo para mejorar la calidad de vida de los residentes y para generar experiencias turísticas de calidad en los visitantes.

Según Pulido, es absolutamente necesario que los policymakers, gestores de destinos y empresas asuman un nuevo discurso en el que se reconozca que el turismo tiene sus aspectos negativos y que es necesaria realizar una gestión activa de los mismos.

Curiosamente, explica, esta gestión supondrá una gran oportunidad para la aparición de nuevos empleos ligados, por ejemplo, a la generación de conocimiento para facilitar la toma de decisiones de los actores o a la promoción responsable de los destinos.

El reto ahora es encontrar el equilibrio entre promover el turismo para obtener sus beneficios —siendo conscientes de que todo tiene un límite—, y escuchar las demandas de los residentes locales. 

El problema, sin embargo, es que cuando el rechazo al turismo alcanza porcentajes significativos dentro de la población, el daño ya está hecho, afirma Rodríguez.

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Etiquetas: Viajes, Trending, Vacaciones, Turismo