Trabajé una semana desde la playa en México sin decírselo a mi jefe: pensé que sería más fácil

Este artículo se basa en una traducción de una conversación con un empleado del sector de la publicidad. El protagonista se ha mantenido anónimo para proteger su carrera, pero Business Insider ha verificado su identidad y su antiguo empleo. La conversación ha sido editada por motivos de extensión y claridad.

Nunca esperé verme trabajando desde el suelo del baño de una habitación de hotel en México a las 2 de la mañana, pero eso es exactamente lo que ocurrió en mayo de 2021. Mi trabajo está en una ciudad europea que tenía cierres estrictos durante ese tiempo, y honestamente, yo estaba cansado de eso. 

Sé que puede parecer irresponsable, pero decidí irme de vacaciones. Después de que todo estuviera reservado, mi jefe me dijo que me necesitaban para una serie de reuniones esa semana. Así que decidí comerme el pastel: me iría de vacaciones, trabajaría desde México y, con suerte, nadie se enteraría.

Siempre he utilizado un fondo fijo en las videollamadas para que, si alguna vez tenía que trabajar desde otro lugar que no fuera mi casa, nadie se diera cuenta. Así era mucho más fácil trabajar desde cualquier sitio, porque no tenía que buscar un buen fondo, solo necesitaba una buena conexión wifi. 

Pensé que sería fácil, pero no

En el hotel de México, el wifi se cortaba continuamente, lo que dificultó mucho mi trabajo ese día. Además, a mi pareja le molestaba que estuviera trabajando durante nuestras vacaciones.

Sentía que lo estaba haciendo mal en todo. No pude disfrutar plenamente de mis vacaciones y no pude dar la calidad de trabajo que suelo dar.

Una noche, tuve una llamada importante a las 2 de la mañana

La llamada fue a primera hora de la mañana en la ciudad de la empresa, y esa noche, salimos a un club en México. Recuerdo que pensé: "Me quedaré fuera y no dormiré hasta que sea la hora de la llamada, entonces la haré y me iré a dormir". Parecía un buen plan. 

Estuvimos fuera hasta cerca de la una de la madrugada, antes de volver a nuestro hotel. Mi pareja estaba lista para irse a la cama y, obviamente, yo no podía correr el riesgo de estar en la misma habitación, así que decidí atender la llamada desde el cuarto de baño. Como no había una silla en el baño, la cogí desde el suelo del baño.

Por suerte, mi parte de la presentación fue al principio de la reunión. Hice mi parte y luego apagué la cámara y puse los ajustes en silencio. Lo siguiente que recuerdo es a mi pareja sacudiéndome para despertarme. La reunión —que había durado más de una hora después de mi presentación— había terminado, y yo era el único que quedaba en la sala de reuniones virtual. Estaba tirado en el suelo del baño, durmiendo junto a mi portátil.

Acabé avisando de que estaba enfermo porque me di cuenta de que intentar trabajar desde las vacaciones no acabaría bien.

Me dio mucha vergüenza la llamada. Me pregunté si alguien se habría dado cuenta de que no había hablado ni me había despedido al terminar la reunión, pero cuando volví al trabajo la semana siguiente, nadie dijo nada, así que no creo que lo supieran. Pero pensé: "Nunca volveré a hacer esto".

Es lo que tiene el trabajo a distancia: hace que todo parezca posible. Pero la realidad es que no se puede trabajar desde cualquier sitio. Necesitas wifi estable y un escritorio y una silla, como mínimo. 

Pero al mismo tiempo, sinceramente, la cultura de oficina me parece un poco ridícula. Como, ¿realmente necesitaba estar trabajando esos días? Trabajo en publicidad y marketing. Si no estoy en el trabajo no se va a morir nadie. No soy médico. 

Nunca volveré a intentar trabajar estando de vacaciones 

Hay cosas más importantes en la vida que las reuniones de trabajo, como dormir y disfrutar realmente de tu tiempo. Existe la presión de que nada es más importante que el trabajo y que los empleados siempre tienen que rendir más de la cuenta, pero la verdad es que mis clientes no se dan cuenta de si rindo al 80% o al 100%. No se puede rendir todo el tiempo, pero creo que el equilibrio es muy importante.

Dicho esto, el estrés de mentir y engañar —y los pasos que hay que dar para ocultar la mentira, como bloquear a tus compañeros de trabajo en las historias de Instagram— resta disfrute a las vacaciones. No merece la pena.

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