Esta startup murciana quiere cambiar el mundo con sazonadores y caldos que saben a gamba, cordero, huevo frito o mantequilla (totalmente vegetales)

Gimme Sabor

BI España

  • La propuesta de la startup murciana Gimme Sabor es única en el mundo: su amplia gama de saborizantes naturales —tanto sazonadores como caldos— permiten que cualquier plato vegetal sepa a cordero, a marisco, a beicon, a mantequilla o a huevo frito sin necesidad de usar ingredientes de origen animal.
  • A sus productos plant-based llenos de mimo, innovación y tecnología se ha incorporado la proteína vegetal sabor a atún, a la que seguirá una alternativa a la langosta.

Cada adulto humano tiene alrededor de 10.000 bultos gustativos en la lengua, los responsables del sentido del gusto. Gracias a estos diminutos corpúsculos percibimos los sabores ácido, amargo, dulce, salado y umami, a los que hace poco se incorporó el sabor a grasa, mientras que también notamos las sensaciones gustativas a metálico, frescor, astringente o picante.

Cuando piensas en olores y sabores, seguramente se te vengan a la mente los de tu casa o tu infancia: las parrilladas de los veranos, el puchero de la abuela, las lentejas del domingo o las natillas del cumpleaños. Pero, ¿y si fuera posible reproducir los sabores de siempre con saborizantes naturales para mejorar los platos de origen vegetal y comer más sano, rico y sostenible?

Esa es la propuesta de la startup Gimme Sabor. Única en su especie.

Este huevo vegano nació en un restaurante de Madrid y ahora triunfa por toda España con un ingrediente secreto

La empresa murciana nace buscando satisfacer una necesidad personal. "Cholo García, fundador y creador de los productos, Raúl, fundador y director de Marketing y yo queríamos comer mejor. En nuestra dieta había demasiados productos procesados y cárnicos" relata a Business Insider España en la Ftalks24 celebrada en Valencia Víctor García Montero, CEO de la compañía. Curiosamente, el abuelo del chef era matachín de cerdos. 

Empezaron a escarbar en las consecuencias de la industria para salud, y solamente temieron una cosa de tener que aumentar o priorizar la alimentación vegetal: el sabor. "Venimos del Levante, de cocinar arrocitos con marisco los domingos", relata. Pero se lanzaron a experimentar y comprobaron que con creatividad, tesón y buenas especias, todo sabor es replicable.

Magos del sabor: concibiendo la gastronomía como un placer

Gimme sabor

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Comenzaron por el mundo de los untables, lanzando una sobrasada y una morcilla totalmente veganas. Cholo empezó a especializarse en saborizantes naturales que, como cocinero, pudiese aplicar a productos vegetales —como tofu o legumbres— para replicar los platos omnívoros que siempre había disfrutado. 

"La siguiente línea de productos fueron los saborizantes, primero sazonadores en polvo y luego caldos vegetales". Descubrieron que es posible, por ejemplo, hacer una paella o un arroz que sepa a marisco, sin marisco, lo cual no solo es positivo para personas veganas, vegetarianas o que quieran reducir el consumo de animales, sino también para personas alérgicas o intolerantes. 

Todos sus productos están pensados para personas con diferentes motivaciones: bienestar animal, antiespecismo, cuidado del medio ambiente, mejora de la dieta, innovación culinaria o búsqueda de ingredientes que no les resulten perjudiciales. Por eso, todos sus productos están libres de alérgenos. "Hay quien los prueba por esa vía y mejora su alimentación".

Llevan dos años sin comer en casa nada que proceda de animales y se encuentran mejor que nunca. Gracias a sus creaciones, no los echan de menos. Entienden la gastronomía como un placer, y por eso, jugar con sus sazonadores ofrece infinitas posibilidades. Los hay de cordero, marisco, pollo, beicon, huevo frito, gamba roja, bacalao, mantequilla con trufa y setas, chili con carne picante y un largo etcétera. 

Detrás de cada lanzamiento, hay una investigación profunda. Comenzaron por los aromas cárnicos, y luego pasaron a derivaciones. "Algunos, como el atún, cuestan más. Los sabores de marisco y pescado son los más complicados". "Es cuestión de prueba y error, know-how local y conocer a fondo la materia prima y saber qué productos de origen vegetal recrean más los sabores", señala. 

El último reto: la proteína alternativa

Atún vegetal

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Sus sazonadores y caldos y funcionan genial en el mercado, pero plantean el reto de tener que cocinar. Para quienes tienen menos tiempo o quieren buscar una proteína alternativa más elaborada, decidieron lanzar una gama de proteínas vegetales —comenzando por la de sabor atún en conserva, que yo misma pude probar y está exquisita—. 

Están trabajando en una langosta desmigada. "Se podrá echar en pasta, lasaña, ensaladas", relata Víctor García Montero.

"Lo bueno que tienen nuestros productos es que tienen tratamiento térmico, por lo que aunque los cocines, siguen manteniendo el sabor". Además, todos sus ingredientes proceden de proveedores de confianza, y están totalmente libres de aditivos. Trabajan con cliente final, industria y canal HORECA.

Su proyecto abre las puertas a otras empresas y nichos B2B: por ejemplo, ya tienen acuerdo con una empresa conservera de marisco y pescado de Galicia con presencia en siete países para sacar una línea plant-based con el producto de Gimme Sabor. "No queremos destruir trabajo, sino que se reconvierta. Nosotros le damos la fórmula y los ingredientes".

Hago una cata de quesos veganos en casa, y esto lo que más me fascinó, enamoró y sorprendió de la experiencia

También hacen muchas pruebas con restaurantes y paneles de cata para conocer la respuesta de su producto en paladares expertos. En Madrid, restaurantes como Distrito Vegano o Frutas Prohibidas ya utilizan la magia de Gimme Sabor para sus platos. 

El gran reto del sector plant-based, en palabras de su CEO, es la escalabilidad y la paridad de precios. "Tiene que ser económicamente viable para no dejar desabastecido al consumidor". Desde su visión, la proteína vegetal tiene la llave para el futuro. "En un país proveedor y exportador como España, los caladeros de atún, por ejemplo, ya se están reduciendo". 

La merma de población, la sobreexplotación, el cambio climático, la contaminación de los mares o los microplásticos son algunas problemáticas que salpican a los alimentos en origen.

"La proteína alternativa es rica para el consumidor, muy bien balanceada nutricionalmente y cuya capacidad de producción se puede controlar", destaca. Dicho de otro modo, son aliados y no enemigos, de la industria tradicional.

A nivel internacional, apenas un par de empresas hacen algo parecido —pero con menos referencias, o uso de azúcar—. Para ellos, el límite es el cielo. Está claro que sus sabores de siempre para la comida del futuro han llegado para quedarse. 

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