Adiós a las cabinas electorales de toda la vida: Interior cambia su configuración para que sean más accesibles

Una cabina electoral junto a la caja en la que se guarda.
Una cabina electoral junto a la caja en la que se guarda.

REUTERS/Susana Vera

Es un cambio menor, aunque llamativo. Las cabinas electorales de toda la vida, esas estructuras metálicas con cortinas y unos casilleros en los que introducir las diferentes papeletas pasarán a mejor vida. Lo avanza así una orden del Ministerio del Interior que ha publicado el Boletín Oficial del Estado este miércoles.

Aunque los ciudadanos suelen ver estas cabinas cada varios años, lo cierto es que el intenso periodo electoral que España vive desde 2018 —con unas megaelecciones en abril de 2019 por la confluencia de generales, locales y europeas, y una repetición electoral en noviembre de ese mismo curso— ha hecho que estas instalaciones ya formen parte del imaginario colectivo.

Hasta ahora. Si quieres ver cómo eran, este plano que aparecía en un real decreto de 1999 que complementaba la regulación de los procesos electorales puede servir de epitafio:

Cabinas electorales antiguas.

BOE

Entonces, se estipulaba que la cabina era una estructura formada por tubos de acero, tableros de madera aglomerada, una repisa de tablero, un portalámparas con una bombilla, un casillero de poliestileno con 36 casillas, y todo pintado de marrón. Todo desmontable y embalable en una caja de cartón.

Ahora, la Orden 511/2022 del Ministerio de Interior aspira a "revisar el modelo cabina con la finalidad de modernizarlo y simplificar sus características, consiguiendo con ello facilitar su instalación y su utilización por los electores". Una de las cosas que se eliminan es precisamente el casillero de 36 casillas donde meter las papeletas.

"La modernización y simplificación del modelo de cabina de votación exige eliminar el casillero interior, hasta ahora presente en los modelos previos, contrario a la accesibilidad de la cabina y de escasa utilidad en caso de procesos concurrentes o con muchas candidaturas", incide.

Aunque no lo parezca, a la hora de convocar unas elecciones no se deja nada al azar. El real decreto de hace 23 años estipulaba incluso qué tipo de tornillos servirían para sustentar la estructura de estas cabinas, así como los puntos por los que los tubos que la erigen deben ser soldados, e incluso su color.

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Con la nueva orden del Ministerio del Interior, sin embargo, quedan muchos flecos sin cerrar. El anexo en el que se estipulaba cómo debía ser la cabina electoral queda reducido a un escueto párrafo en el que se incide en que "garantizará en todo momento la privacidad del elector en el ejercicio de su derecho".

"Una vez montada deberá ser completamente estable. La cabina ocupará, una vez desmontada o plegada, el menor espacio posible para su almacenamiento. Las medidas aproximadas de la cabina serán las siguientes: 2 metros de altura por 1 metro de anchura por 1 metro de fondo".

La única novedad reseñable es que la cabina "deberá ser plenamente accesible y contendrá necesariamente una repisa unida a la estructura de la cabina a una altura aproximada de 1 metro de suelo". De la anterior forma, personas en silla de ruedas no podían acceder a las papeletas más altas del casillero. La cabina seguirá contando con cortinas o similares.

También abre la puerta a contar con cabinas dobles "que habrán de tener idénticas características". Estos cambios no implican que las anteriores cabinas vayan a ser destruidas o tiradas a la basura. Seguirán coexistiendo durante años hasta que poco a poco se vayan retirando, a medida que son siendo reemplazadas por las nuevas.

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