¿Quién es realmente JD Vance, candidato a vicepresidente con Trump? He releído su autobiografía para descubrirlo

JD Vance, candidato a vicepresidente por el partido republicano.
JD Vance, candidato a vicepresidente por el partido republicano.

Getty Images y Bussines Insider

Bryan Metzger,

| Traducido por: 
  • Antes de que JD Vance saltase a la política, escribió el bestseller Hillbilly, una elegía rural
  • Ha cambiado mucho en los ocho años transcurridos desde la publicación del libro. 
  • Pero otras cosas siguen igual y el libro todavía sirve como una guía psicológica del compañero de fórmula de Trump en la carrera presidencial. 

Cuando JD Vance aceptó la candidatura a la vicepresidencia del Partido Republicano el miércoles por la noche, el discurso del senador de Ohio no hizo ninguna mención directa a la autobiografía superventas que impulsó su ascenso a la fama nacional en 2016 y que ha dominado la lista de los libros más vendidos de Amazon desde el martes en Estados Unidos.

No es difícil entender por qué. Releer Hillbilly, una elegía rural ahora, como hice esta semana, me dejó desorientado. JD Vance, el autor, suena muy diferente a JD Vance, el político. Su libro describe una infancia tumultuosa en Middletown, Ohio, donde fue criado por una extensa familia de hillbillies que habían emigrado a la región desde la zona rural de los Apalaches (hillbilly es un término peyorativo que se utiliza en Estados Unidos para referirse a los habitantes de ciertas áreas remotas, rurales o montañosas, y que se puede asemejar a "paleto"). 

Es la historia de cómo superó una vida familiar desestructurada y disfuncional y ascendió a las filas de la élite estadounidense. El autor adopta una visión relativamente implacable de las patologías de su familia y vecinos blancos de clase trabajadora, ilustrando el "mundo de comportamiento verdaderamente irracional" que, según él, era el mayor impedimento para la movilidad económica de su comunidad.

"Va de reaccionar ante las malas circunstancias de la peor manera posible", escribió Vance en su momento. "Va de una cultura que fomenta cada vez más la decadencia social en lugar de contrarrestarla"

El primer acto de Vance como figura nacional fue ser una especie de susurrador de "paletos" para liberales desconcertados tras la elección de Donald Trump en 2016. Un "Never Trumper" (así se describió así mismo en un programa de televisión) que dijo que Trump era "heroína cultural"

Personalmente, leí por primera vez Hillbilly, una elegía rural en la universidad, en un intento serio, aunque algo artificioso, de comprender mejor comunidades distintas a la mía. El ejemplar que tomé prestado esta semana, firmado por el propio futuro senador en 2017, pertenece a un amigo que ahora trabaja en política para el partido demócrata. 

Gran parte de la antigua personalidad de Vance obviamente entra en conflicto con el senador al que he cubierto de cerca como periodista del Capitolio en el transcurso de su trayectoría política. En la actualidad, es uno de los más hábiles distribuidores de la política identitaria trumpiana, alguien abiertamente escéptico de la democracia liberal y, como él mismo me dijo una vez, "conectado a un montón de extrañas subculturas de derechas". 

En su libro, denuncia la "indefensión aprendida" de su comunidad. El miércoles por la noche, describió Middletown como "un lugar que había sido dejado de lado y olvidado por la clase dirigente de Estados Unidos en Washington". 

Sin embargo, a pesar de todos los diagnósticos culturales poco halagüeños que el autor de Hillbilly, una elegía rural parece haber dejado de lado, el libro sigue siendo una importante ventana a la historia y la psicología personal del senador de Ohio, y contiene importantes pistas sobre el hombre que está cada vez más cerca de la vicepresidencia de Estados Unidos. De hecho, hay una cierta continuidad entre el Vance que creció en un entorno asediado por el desorden y la violencia ocasional, y el político que afirma que la derecha "va a tener que volverse bastante salvaje, y bastante alocada" para contrarrestar lo que él considera el declive del imperio estadounidense.

"Para los que hemos tenido la suerte de vivir el sueño americano, los demonios de la vida que dejamos atrás siguen persiguiéndonos", escribió.

La "justicia de los hillbilly"

Aunque Vance no mencionó el libro en sí, su discurso del miércoles por la noche en la Convención Nacional Republicana estuvo salpicado de referencias a los personajes principales del libro. La más destacada fue su abuela, su "Mamaw," a la que describe como "una mujer de profunda fe cristiana" a la que "también le encantaba la palabra que empieza con F" [J--der en español]. En el escenario, relató una anécdota que también aparece en Hillbilly, una elegía rural, en la que Mamaw amenaza sin rodeos con violentar a uno de los amigos de Vance.

"Una vez me dijo, cuando se enteró de que pasaba demasiado tiempo con un chico de la zona conocido por traficar con drogas, que si volvía a salir con ese chico, lo atropellaría con su coche", cuenta Vance. "Y me dijo: 'JD, nadie se enterará nunca'".

La multitud respondió en erupción con casi 20 segundos de cánticos de "¡Mamaw! Mamaw!". 

Vance aceptó oficialmente el miércoles la candidatura del Partido Republicano a la Vicepresidencia.
Vance aceptó oficialmente el miércoles la candidatura del Partido Republicano a la Vicepresidencia.

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La violencia fue una presencia constante en la juventud de Vance. A veces, su madre le animaba a practicarla, incluso contra un matón del colegio. "A veces, cariño, tienes que luchar, aunque no te estés defendiendo", le dice. "A veces es lo que hay que hacer". La violencia fue una fuente de desorden cuando su madre le amenazó con estrellar un coche con los dos dentro. Pero también fue garante de estabilidad cuando su Mamaw respondió al incidente asumiendo la custodia no oficial de Vance, una medida que resultaría fundamental para su desarrollo.

"Mamaw me dijo que si mamá tenía algún problema con el acuerdo, podía hablar con el cañón de la pistola de Mamaw", escribió Vance. "Esto era justicia palurda, y no me falló".

En cierto modo, Vance ha vuelto a la lógica de la "justicia palurda" como figura política, argumentando que a veces las normas establecidas del sistema constitucional estadounidense son insuficientes para hacer frente al momento. Su incursión más notable en este terreno es su argumento de que Trump debería desafiar abiertamente al Tribunal Supremo si éste declara que no puede despedir a vastos sectores de la burocracia federal al asumir el cargo electo. 

Es una lógica que ha atribuido a la izquierda política en referencia a las audiencias de confirmación de 2018 del juez del Tribunal Supremo Brett Kavanaugh y las tácticas del movimiento Black Lives Matter. "No hay ley, solo hay poder. Y el objetivo aquí es volver al poder", dijo recientemente a Ross Douthat, de The New York Times.

También está el simple hecho de que Vance, incluso hoy, es alguien capaz de cambiar de forma. Cuando está en campaña, se refiere con frecuencia a la prensa dominante como "buitres". Su candidatura al Senado en 2022 estuvo plagada de casos de crueldad casual y falta de empatía, ya fuera su declaración de que no le "importa realmente lo que le ocurra a Ucrania de un modo u otro" o la encuesta a sus seguidores X sobre si las condiciones "repugnantes y violentas" en las que se vive en Nueva York son "como la primera o la cuarta temporada de Walking Dead".

Sin embargo, se lleva bien con los "buitres" dentro del complejo del Capitolio y en los principales programas de noticias. En nuestras interacciones, Vance ha sido infaliblemente educado, explicando hábilmente la última transgresión de Trump o traduciendo el odio de la base del Partido Republicano en temas de conversación que tienen sentido para los periodistas. También hay indicios de ello en Hillbilly, una elegía rural : sirvió como marine de asuntos públicos, donde fue entrenado en el arte de las relaciones con los medios, incluyendo "cómo mantener el mensaje". 

En la actualidad, Vance presenta su ideología política como de izquierdas en economía y de extrema derecha en cultura [siempre desde el prisma estadounidense]. No dista mucho de la visión del mundo que tenía su madre, que él describe como una oscilación entre "un conservador radical o un socialdemócrata al estilo europeo". 

"Al principio creí que mi madre era una simplona irreformable y que en cuanto abriera la boca sobre política, lo mejor sería que cerrara los oídos", escribió. "Sin embargo, pronto me di cuenta de que en las contradicciones de Mamaw residía una gran sabiduría".

"Empecé a ver el mundo como lo veía Mamaw", continuó. "Estaba asustada, confusa, enfadada y con el corazón roto. Culpaba a las grandes empresas por cerrar y trasladarse al extranjero, y luego yo me preguntaba a mí mismo si yo no había hecho lo mismo"

Ya no es un "extraño en Middletown"

Aquellos que se centran en la transformación de Vance, en particular los "Never Trumpers" que una vez fueron sus amigos, a menudo han asumido que las opiniones que tenía en 2016 representaban al verdadero JD Vance, y que lo que ha tenido lugar en los ocho años transcurridos desde entonces es simplemente un reposicionamiento calculado.

Sin embargo, hay indicios en Hillbilly, una elegía rural de que las conclusiones a las que había llegado el autor eran insatisfactorias, y de que había llegado a un compromiso inestable con el medio elitista en el que ahora habitaba. Algo tendría que ceder. 

Las últimas 60 páginas del libro, que cubren su aceptación y adaptación a la Facultad de Derecho de Yale y a la carrera de ratas de la meritocracia elitista, parecen inconexas con el resto de la historia. De repente siente un inmenso optimismo sobre su futuro, que según él le hacía sentirse como un "extraño en Middletown". 

Su vida como aspirante a abogado viene acompañada de frecuentes contratiempos y dudas, que se traducen en arrebatos ocasionales que tensan su relación con su futura esposa, Usha. Se considera un "extranjero cultural" desarraigado por las fuerzas de la movilidad social. Lamenta la "incomodidad" que personas como él "sienten al dejar atrás gran parte de su identidad". En las últimas páginas de su libro, señala que se siente "incómodo" con su nueva vida.

La madre de Vance junto al portavoz Mike Johnson en la Convención Nacional Republicana el miércoles.
La madre de Vance junto al portavoz Mike Johnson en la Convención Nacional Republicana el miércoles.

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Al final, Hillbilly, una elegía rural llega a un callejón sin salida. Vance sólo ofrece vagos gestos sobre posibles soluciones políticas a los males de su comunidad, como ampliar la definición de unidad familiar en las leyes estatales para tener en cuenta el papel que desempeñan los abuelos y los miembros de la familia ampliada en la crianza de niños como él. Al final declara que "no hay gobierno que pueda arreglar estos problemas por nosotros" y que "los paletos debemos despertar de una vez". Es un poco cantoso. 

Desde entonces, Vance ha rechazado esa visión del mundo, abrazando una ideología que también podría resultar un callejón sin salida. Pero el nacionalismo trumpiano parece encajar mejor con Vance que la ideología conservadora de corte libertario que había abrazado en 2016.

Ya no tiene que regañar a su familia por considerarse víctimas: ahora declara que lo son.

Su escepticismo sobre la adicción como enfermedad, que se hace patente cuando describe la incursión inicial de su madre en la sobriedad, ahora no viene al caso: Vance ha identificado un claro enemigo en el fentanilo fabricado en China y los cárteles de la droga mexicanos que lo trafican.

Si alguna vez estuvo "preocupado por los prejuicios raciales en mi propia familia y amigos", ya no tiene por qué estarlo: el último proyecto de ley que presentó antes de ser seleccionado como compañero de fórmula de Trump fue un proyecto de ley para "prevenir el racismo en el gobierno federal" eliminando los programas de diversidad, equidad e inclusión.

Aunque sigue siendo una élite por donde se le mire —exinversor y capitalista de riesgo, senador de Estados Unidos y ahora candidato a vicepresidente por un partido importante—, Vance ha encontrado el camino de vuelta a casa, a la identidad que mejor conoce

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Etiquetas: Donald Trump, Estados Unidos, Joe Biden