Las preguntas del tribunal médico para conceder una pensión de incapacidad permanente

La incapacidad permanente es una situación laboral que te inhabilita para trabajar y ejecutar las funciones que desempeñas en tu profesión y que se reconoce después de haber estado sometido a un tratamiento prescrito y de haber sido dado de alta. Para obtenerla, tras el alta médica debes presentar reducciones anatómicas o funcionales graves, previsiblemente definitivas, que mengüen o anulen tu capacidad laboral.

Es un estado que debe reconocerte la Seguridad Social para obtener una prestación económica y cuyo proceso es complejo.

Requisitos a cumplir

Para acceder a esta ayuda es necesario estar afiliado y de alta o en situación asimilada al alta en la Seguridad Social; haber agotado el período de incapacidad temporal; cumplir un período mínimo de cotización en función de la edad y, por supuesto, padecer una enfermedad o lesión que te incapacite para trabajar de forma permanente o parcial.

Aunque existen algunas excepciones para enfermedades laborales o accidentes sucedidos en el ámbito del trabajo.

Pasos para obtener la incapacidad permanente

En función del grado de gravedad de la persona existen cuatro categorías: Incapacidad Permanente Parcial, Incapacidad Permanente Total, Incapacidad Permanente Absoluta y Gran Invalidez.

Para acceder a una prestación, además de cumplir los requisitos mencionados, debes pasar por un tribunal médico del Instituto Nacional de la Seguridad Social que evalúe la solicitud de incapacidad y los informes y revisiones correspondientes.

El momento de la evaluación es crucial, puesto que determinará la decisión del tribunal. Debes ser muy claro y contestar las preguntas que te realicen. Dependiendo de la enfermedad, es posible que te exploren físicamente. 

Las preguntas del tribunal médico

Una de las partes más importantes, y que más nervioso pone a los trabajadores, es la entrevista con el tribunal y las correspondientes preguntas.

El interrogatorio médico está relacionado con la enfermedad en cuestión y el estado de salud. Buscan saber más sobre la situación de la persona y su día a día para evaluar el grado de incapacidad.

Las preguntas generales que más se reputen en este tipo de procesos:

• ¿Notas que has mejorado?
• ¿Qué puesto ocupas y cuáles son tus funciones?
• Explica las dificultades que tienes a la hora de hacer tu trabajo.
• ¿Estás de acuerdo lo que la mutua o tu especialista afirma sobre tus dolencias?
• ¿Cómo te afectan los síntomas o secuelas?
• ¿Qué actividades realizas en tu rutina?
• ¿Por qué etapas has pasado durante la enfermedad o lesión?
• ¿Cómo estás actualmente?
• ¿Por qué crees que necesitas una incapacidad permanente?

Tomando en consideración la enfermedad o lesión que se trata, las preguntas pueden ser más concretas.

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