¿Qué pasa ahora que Biden ha abandonado? La caótica convención demócrata de 1968 podría ser una pista

Vista del hemiciclo durante la sesión inaugural de la Convención Nacional Demócrata de 1968 en Chicago.
Vista del hemiciclo durante la sesión inaugural de la Convención Nacional Demócrata de 1968 en Chicago.AP Photo

Madison Hall,Katie Balevic,Taylor Berman,

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  • Ahora que Biden se ha retirado de la carrera, podría haber una convención disputada en agosto.
  • La última vez que ocurrió fue en 1968, cuando el presidente Lyndon B. Johnson renunció a su reelección.

El presidente demócrata, Joe Biden, anunció el domingo que se retira de la carrera presidencial de 2024.

Durante años, Biden ha estado sometido a críticas por su avanzada edad y por la percepción de sus capacidades cognitivas. Esas críticas crecieron exponencialmente en febrero, tras el informe del abogado especial Robert Mueller sobre el inadecuado manejo de documentos clasificados por parte del presidente, en el que se hacía mención específica a su edad y a la disminución de su memoria.

Las críticas alcanzaron su punto álgido en junio, tras un desastroso debate entre Biden y el expresidente Donald Trump, que llevó a semanas de luchas internas en el Partido Demócrata sobre si Biden aún tenía el apoyo necesario para vencer a Trump.

Con Biden abandonando finalmente su candidatura a la reelección, existe la posibilidad de una Convención Nacional Demócrata disputada en agosto, en la que los delegados previamente vinculados a Biden tendrían el poder de elegir al candidato presidencial demócrata de noviembre.

Ese escenario no se daba desde 1968. A finales de marzo de ese año, mientras se recrudecía la implicación de Estados Unidos en la guerra de Vietnam, el presidente demócrata Lyndon B. Johnson anunció que pondría fin a su candidatura a la reelección tras una ajustada victoria en las primarias del estado de New Hampshire. Menos de una semana después, un tirador asesinó al líder de los derechos civiles Martin Luther King Jr. en Memphis, avivando aún más el drama nacional.

Sin Johnson, el candidato demócrata evidente, su vicepresidente, Hubert Humphrey, se unió a la contienda de las primarias contra el senador Eugene McCarthy y el senador Robert F. Kennedy.

Al incorporarse tarde al ciclo electoral, Humphrey no consiguió figurar en varias papeletas de las primarias. Sin inmutarse, su campaña acumuló delegados mediante una estrategia poco convencional: hacer que sus aliados le sustituyeran en algunas primarias para perturbar la competición y permitir que los líderes estatales del partido le enviaran delegados.

Tras meses de campaña estratégica, a principios de junio, Humphrey tenía una considerable ventaja de delegados sobre Kennedy y de varios cientos sobre McCarthy. La estrategia de su campaña parecía funcionar, pero una inesperada tragedia nacional complicó rápidamente sus planes: Kennedy fue asesinado, lo que dio un vuelco a las primarias.

Sin que ningún candidato obtuviera la mayoría de los delegados del país, el candidato presidencial demócrata se decidió en la Convención Nacional Demócrata de 1968 en Chicago, donde los manifestantes antibelicistas protestaron airadamente en el exterior.

Dentro de la convención también se vivieron momentos de tensión. Los guardias de seguridad golpearon al corresponsal de noticias Dan Rather cuando este intentaba entrevistar a un delegado estatal, lo que llevó a su colega Walter Cronkite a decir: "Creo que tenemos un grupo de matones aquí, Dan".

La mayoría de los delegados estatales de la convención votaron a favor de Humphrey, lo que le llevó a ganar la nominación del Partido Demócrata. Más tarde se enfrentó al entonces vicepresidente Richard Nixon en noviembre, perdiendo ante el californiano republicano por 110 votos electorales.

Tras el caótico ciclo electoral de la convención de 1968, el Comité Nacional Demócrata creó una comisión para reformar el método del partido para elegir a los delegados, lo que condujo a un fuerte aumento del número de estados que celebraban elecciones primarias y al sistema que siguen teniendo hoy en día en Estados Unidos.

Antes de la sorprendente retirada de Biden de la carrera, el Comité Nacional Demócrata no parecía tener muchas ganas de recrear en modo alguno la disputada convención de 1968. En febrero, el presidente Jaime Harrison afirmó que la idea de arrebatarle la nominación a Biden y luego ganar en noviembre —probablemente contra el expresidente Donald Trump— era "una auténtica locura".

Pero está claro que el paso del tiempo cambia las mentes. Hablando sobre la posibilidad de que Biden se haga a un lado, la expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, sugirió que un proceso de nominación abierto evitaría que pareciera que los líderes demócratas ungieron a la vicepresidenta, Kamala Harris, para encabezar la candidatura, como informó Politico en julio.

Poco después de compartir su decisión de abandonar, Biden apoyó a Harris para ser la candidata demócrata. Aunque su apoyo sin duda ayuda a Harris, no le garantiza la nominación. Otro demócrata podría desafiarla e intentar ganar los más de 4.000 delegados del partido para la Convención Nacional Demócrata de agosto.

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