La OTAN invierte 1.000 millones de euros en IA, robots y tecnología espacial: estas son las primeras startups por las que apuesta

Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN.
Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN.

Reuters

Foto del redactor Daniel Alonso ViñaFoto del redactor Daniel Alonso Viña
  • El fondo fue creado en junio de 2022, motivado por el estallido de la guerra en Ucrania y el desarrollo de las tecnologías de defensa. 
  • Esta es su primera inversión de envergadura, y ha ido a parar a cuatro startups europeas de alta tecnología: ARX Robotics, Fractile, iCOMAT y Space Forge. 

Nació tras el estallido de la guerra en Ucrania, en 2022, pero ha tardado dos años en realizar su primera inversión significativa. El Fondo de Innovación de la OTAN (NIF, por sus siglas en inglés) ha anunciado este martes que apoyará financieramente a cuatro startups tecnológicas y a cuatro gestores de fondo de capital riesgo de la región. 

El objetivo declarado del fondo, que cuenta con un capital de 1.000 millones de euros, es invertir en "startups de ciencia e ingeniera avanzada que sirvan para reforzar la defensa, la seguridad y la resiliencia de las naciones aliadas". El NIF no depende financieramente de la OTAN, aunque fue creado por esa organización y en él invierten 24 países incluidos en la alianza atlántica (se han quedado fuera algunos, como Francia o Austria). 

Las 4 'deep tech' con un pie en el desarrollo armamentístico

Las startups calificadas como deep tech (o "tecnología profunda" en español) tienen varias características que las diferencian de las demás: tienen una fuerte base de desarrollo científico y de ingeniería, requieren de mucho capital inicial y tardan bastante en alcanzar la madurez. Sin embargo, su desarrollo es esencial para estar a la vanguardia en el desarrollo tecnológico y armamentístico. Estas son las cuatro startups en las que ha invertido el fondo:  

ARX Robotics es una startup catalana que desarrolla "sistemas robóticos escalables" para su despliegue masivo en aplicaciones de defensa. Sus robots, que son como pequeños vehículos para el transporte de herramientas o de personas, servirían para apoyar a las fuerzas terrestres en contextos bélicos o de ayuda humanitaria. El fondo no ha informado de la cantidad de dinero y apoyo que va a dar a ninguna de estas empresas. 

Fractile es una startup londinense compuesta por científicos, ingenieros y diseñadores de hardware. Su objetivo es desarrollar un producto capaz de hacer la competencia a los chips para IA generativa de Estados Unidos (Nvidia parece ser el más avanzado en este sentido). Aseguran en su web que gracias a su tecnología "los mayores LLM (Grandes Modelos de Lenguaje, como ChatGPT) funcionarán más rápido de lo que se puede leer, y abrirán un universo de posibilidades".

iCOMAT es una startup basada en Bristol que fábrica componentes ligeros con fibra de carbono. Ofrecen estructuras "más ligeras, resistentes y sostenibles para vehículos aeroespaciales y de automoción de forma más rápida y rentable", aseguran desde el NIF. 

Y el último, Space Forge, startup inglesa que se ha dado la misión de "poner el espacio al servicio de la humanidad", por muy futurista que suene eso, porque "la siguiente revolución industrial no está en la Tierra"

Su área de innovación es muy concreta: "Desarrollar satélites totalmente reutilizables diseñados para fabricar, en el espacio, supermateriales de nueva generación que se devolverán a la Tierra para contribuir a la transición a tecnologías con bajas emisiones de carbono". 

Los 4 fondos de capital riesgo

El NIF también ha querido apoyar a varios fondos de capital riesgo que ya están invirtiendo en empresas deep tech con un enfoque claro por el desarrollo de tecnología destinada a defensa, seguridad y "resiliencia", como le dicen ellos. Estos son los que han recibido el apoyo financiero del Fondo de Innovación de la OTAN: OTB Ventures, Join Capital, Vsquared Ventures y Alpine Space Ventures. 

Con estas inversiones, la OTAN y los países que la forman quieren apoyar el ecosistema regional para que el desarrollo tecnológico no se quede atrás con respecto a otras regiones. 

En un contexto como el actual, con una guerra en Ucrania y varias amenazas provenientes del resto de los vecinos, el fondo dice que apoyará a estas empresas durante un máximo de 15 años, tanto financieramente como estratégicamente para "implantar sus soluciones a gran escala". 

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