El día que los espías cubanos interceptaron e invitaron a irse de La Habana a Esperanza Casteleiro, nueva directora del CNI

La ministra de Defensa, Margarita Robles, a la izquierda, con la nueva directora del CNI, Esperanza Casteleiro, en el centro.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, a la izquierda, con la nueva directora del CNI, Esperanza Casteleiro, en el centro.

Ministerio de Defensa/Ricardo Pérez

Foto del redactor Alberto R. AguiarFoto del redactor Alberto R. Aguiar

Conocer los antecedentes de la nueva directora del CNI, Esperanza Casteleiro, puede ser algo difícil.

Aunque gran parte de su carrera profesional está alojada en las páginas del Ministerio de Defensa, conocer sus pormenores en la hemeroteca se complica en tanto que Google reconoce que varios resultados, al buscar su nombre, han podido ser retirados por el derecho al olvido que impera en la Unión Europea.

Casteleiro, hasta esta semana secretaria de Estado de Defensa, ya es conocida en La Casa, el sobrenombre con el que los funcionarios de los servicios secretos conocen a la agencia. En su mano estará que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) se sobreponga al último de una ristra de escándalos que en los últimos años han servido para poner en cuestión el funcionamiento y diligencia del organismo.

La ministra de Defensa, en la comparecencia ante los medios después del Consejo de Ministros, reivindicó este martes que precisamente gracias al CNI se han evitado múltiples "accidentes" y "atentados yihadistas". Incidió en el orgullo que siente por su personal, compuesto por "más de 3.000 hombres y mujeres que se juegan la vida", aunque reconoció que era necesario dar "un paso adelante".

Ese paso adelante supone la salida de la hasta ahora directora, Paz Esteban, y su sustitución por Casteleiro. Ya fue secretaria general del CNI en 2004, cuando el presidente del Gobierno era José Luis Rodríguez Zapatero. Entre 2014 y 2018 fue jefa de la unidad de inteligencia del CNI especializada en terrorismo y crimen organizado. En 2018 dio el salto al Ministerio con Robles.

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Allí, Esperanza Casteleiro fue jefa de Gabinete de la propia ministra, y desde julio de 2020 es la secretaria de Estado de Defensa. Licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación, Robles se deshizo en elogios hacia ella, a la que definió como "una funcionaria" del CNI. En sus currículos públicos se destaca que ha estado desplegada en países como Cuba o Portugal.

De hecho, su nombre ya sonó en 2020 como posible sustituta de Félix Sanz Roldán. Sin embargo, ante la marcha de este, quien asumió el cargo de director de la agencia fue la que entonces era la secretaria general de la misma, Paz Esteban. Aunque no se ha explicitado, los escándalos relacionados con el programa espía Pegasus han precipitado esta decisión en Defensa.

De su paso por la Secretaría de Estado también han trascendido algunos episodios de los que la propia Casteleiro ha rechazado tener nada que ver, como el atraque de un barco de uno de sus familiares durante 7 meses en uno de los muelles de la estación naval de La Graña, un centro de enseñanza militar de la Armada, tal como revelóEl Español el año pasado.

Para saber más del pasado de la nueva directora del CNI hay que recurrir a los que saben. Fernando Rueda es uno de los periodistas especializados en servicios secretos más reconocidos del país. En 2020, ante la designación de Casteleiro como nueva secretaria de Estado de Defensa, dedicó una sección en un programa de Onda Ceroa profundizar en detalles de su biografía.

Así, se sabe que Esperanza Casteleiro llegó a la agencia en 1983, con tan solo 27 años, cuando el organismo todavía se conocía como Centro Superior de Información de la Defensa (CESID). Se ganó la confianza de Santiago Bastos, quien fuera el subdirector del CESID, conocido por sus servicios frenando y persiguiendo los elementos golpistas que se materializaron el 23-F de 1981.

Rueda destacaba que Casteleiro fue destinada a Brasil en 1997. Llegó a ser la jefa del Área de Gestión de Recursos Humanos del CNI, y una de las secretarias generales que tuvo la agencia cuando Alberto Saiz fue el director, entre 2004 y 2009. "Fue destinada a Cuba en uno de los peores momentos de bloqueo exterior de la isla", sugería Fernando Rueda ante los micrófonos.

La breve misión de Casteleiro en Cuba

Los tiempos, desde luego, no fueron los mejores. El aterrizaje de Esperanza Casteleiro en La Habana sorprendió a propios y extraños en La Casa. Acababa de abandonar la Secretaría General de la agencia. Su futuro podía estar en algún despacho ministerial. En lugar de ello, solicitó ser desplegada en Cuba. Pero la escalada de acontecimientos que allí sucedieron no acompañó en su misión.

Fue en 2009 cuando los servicios de inteligencia cubanos detuvieron a Conrado Hernández, un delegado de la Sociedad para la Promoción y Reconversión Industrial (SPRI), un organismo dependiente del Gobierno vasco. Fue acusado de colaborar con los espías españoles y detenido junto a su pareja a principios de ese año, cuando se disponían a volar a España.

Tras su detención, Conrado Hernández permaneció meses en paradero desconocido. La trama llevó a Raúl Castro a destituir a Carlos Lage, vicepresidente, y Felipe Pérez Roque, ministro de Asuntos Exteriores del país, ya que habían sido íntimos del espía: el Gobierno cubano acabó condenándole en 2011.

En un primer momento, los agentes del CNI desplegados en la isla negaron su vinculación con el mismo. Sin embargo, tras la detención de Conrado Hernández, las autoridades cubanas emitieron una queja formal por vía diplomática que acabó suponiendo la salida inmediata y urgente de los agentes del CNI que todavía operaban en la isla.

Ya en mayo de aquel año salieron 3 espías. La agencia de noticias Europa Press hablaba entonces de 3 agentes: "Se trata de una mujer que dejó La Habana la pasada semana junto a otros 2 compañeros del CNI, uno de ellos con 5 años de estancia en Cuba y un segundo agente que había llegado a la misión hacía solo 13 meses".

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En julio de 2009, el director del CNI, Alberto Saiz, dimite. El País detalla entonces que una de las razones que habían forzado su marcha era el "motín" de varios agentes del cuerpo, hastiados de su papel. Casteleiro fue una de los agentes "relevados" de sus funciones bajo el mandato de Saiz (fue secretaria general).

El artículo incide en que "dar salida a los relevados" tampoco fue "tarea fácil". "Esperanza Casteleiro, la segunda de las tres secretarias generales que ha tenido Saiz, [marchó] a La Habana". "Su llegada a Cuba complicó la crisis abierta por la detención del empresario Conrado Hernández". 

"Los servicios secretos cubanos no entendían que el CNI enviara a su ex número dos sin una intención oculta y no la dejaron prácticamente salir del hotel. En realidad, Saiz solo había querido acceder a su petición".

¿Tuvo intenciones ocultas Casteleiro en Cuba? Imposible de determinar. Lo que sí se reflejó en un reportaje de Manuel Cerdán publicado en 2010 —que ya ha desaparecido de la red, pero que se puede consultar gracias a la caché de Google— es que, al margen del Gobierno, al margen del CNI, el expresidente Rodríguez Zapatero pergeñó un plan con la hoy nueva directora del CNI.

Ese plan supondría que Esperanza Casteleiro haría labores de inteligencia en Cuba en una situación muy delicada: Madrid se estaba ofreciendo como intermediaria entre Washington y La Habana y esperaba tender puentes con los miembros de la oposición cubana menos radical a fin de garantizar una transición democrática sin sobresaltos ante una posible e inminente muerte de Fidel Castro.

Castro no murió hasta 2016 y el caso de Conrado Hernández acabó desbaratando aquel supuesto plan del que escribió Cerdán aquí. Casteleiro solo estuvo en Cuba medio año. El G-2, como se conocen los servicios secretos cubanos, sustentaron su acusación sobre Hernández con fotografías en las que aparecía el empresario hablando con la propia Casteleiro.

Los agentes cubanos no tuvieron dificultades en rehacer todos sus pasos gracias a su red de espías en EEUU. Supieron enseguida que la hoy directora del CNI había mantenido encuentros con los miembros de la oposición cubana en el exilio en Miami. La espía había sido espiada.

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