Mi madre me enseñó a ahorrar miles de euros al año con una sencilla estrategia de compra

La autora, Jen Glantz.
La autora, Jen Glantz.

Cortesía de Daphne Youree

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  • Mi madre me ha enseñado a no comprar nunca nada que no esté rebajado.
  • Mis tarjetas de crédito tienen ofertas especiales y tengo varias apps para conseguir descuentos.
  • Evito las compras impulsivas: cuando quiero algo, espero siempre un tiempo.

Cuando mi madre tuvo a su primer hijo, dejó su trabajo en el sector de los seguros para ser ama de casa. No sólo nos cuidaba a mi hermano y a mí, sino que también se ocupaba de la casa.

Una de las mayores lecciones que aprendí de ella a lo largo de los años es la importancia de vigilar el presupuesto y limitar los gastos al nivel de vida que uno puede permitirse.

Desde muy pequeña, me di cuenta de que mi madre nunca compraba nada que no estuviera en oferta. Cuando le pregunté por qué, me dijo que comprar cosas a su precio original era una forma segura de perder miles de dólares al año. Y cuando había algo que yo me quería comprar, me recordaba que era muy probable que algún día estuviera rebajado. Por lo general, tenía razón.

Gracias a ella, aprendí a recortar cupones y a instalar distintas aplicaciones en mi móvil y extensiones en el navegador que ahora me avisan de los descuentos cuando compro en Internet.

Con el paso del tiempo, esta lección me ha ahorrado miles de dólares. Y aquí te cuento cómo lo he hecho:

1. Sigo las rebajas de diferentes tiendas

Cuando se trata de ropa y accesorios, mi madre me enseñó a seguir la regla del 20% de descuento. Es decir, por norma general, no compramos un artículo si no tiene al menos un 20% de descuento. 

Como la mayoría de las tiendas hacen rebajas semanales o mensuales —lo que se suele conocer como special prices—, hay varias formas de vigilar que nuestros artículos favoritos estén de rebajas. De hecho, luego están las rebajas estacionales...

Estamos también suscritas a las notificaciones por correo electrónico de la tienda en cuestión. Aunque puede resultar a veces molesto estar recibiendo newsletters de una tienda todos los días, suele ser la mejor forma de enterarse de una superrebaja. Si haces esto durante unos meses, empiezas a ver un patrón. 

Una tienda que nos encanta suele hacer las rebajas en el mismo orden. Empieza ofreciendo un 20% de descuento en todo lo que hay en su web y, una semana después, un 40%. Cada seis semanas, ofrece un 50% de descuento durante 24 horas. Es entonces cuando hacemos todas nuestras compras en ese minorista.

 

2. Uso extensiones en el navegador para conseguir todos los descuentos que pueda

Solemos buscar ofertas utilizando extensiones en el navegador, que te descubren códigos de descuento y enlaces a otros sitios web en los que el mismo artículo está rebajado.

También pregunto a las entidades emisoras de mis tarjetas de crédito si ofrecen algún descuento, porque algunas conceden códigos promocionales de diferentes comercios a los titulares de sus tarjetas que compran online. 

3. Me fijo en la política de la tienda

Es habitual que los comercios ofrezcan un código de descuento a quienes compran por primera vez. Por eso, antes de comprar en una tienda por primera vez, miramos en su página web para ver si ofrecen un código de descuento único si nos suscribimos a su newsletter, por ejemplo.

Hemos llegado a enviar un email al servicio de atención al cliente para preguntar a las empresas si hay algún código de descuento activo disponible, si hay rebajas próximamente o si está dispuesta a igualar el precio de un competidor. A veces, recibimos un no, otras, las empresas ofrecen un 20% de descuento sólo porque te hayas tomado la molestia de ponerse en contacto con ellos.

Algunos comercios incluso ofrecen un ajuste en los precios de los artículos comprados en un plazo de 30 o 60 días. 

Guardamos todos nuestros tickets y, si aparece una oferta durante ese periodo, nos ponemos en contacto con ellos y pedimos que nos corrijan el precio. Así ahorramos cientos de dólares al año. Por ejemplo, hace poco compré un artículo que tenía un 20% de descuento y esta semana tenía un 50%. Les pedí un reajuste en el precio y conseguí un reembolso de 50 dólares.

 

4. Evito las compras impulsivas

Siempre que voy de compras, tengo muy presente la lección de mi madre. Así evito las compras impulsivas. En vez de comprar un artículo en la tienda, le hago una foto y espero a que esté rebajado.

La mayoría de las veces, el artículo deja de interesarme en unas semanas. Esto ha contribuido a definir mis hábitos de compra, porque rara vez salgo de una tienda con un artículo en la mano. 

Cuando compro por Internet, muchos de los artículos que selecciono se quedan en el carrito hasta que llegan las rebajas, y cuando llegan, vuelvo a valorar si todavía los quiero.

El mes pasado, el día de mi cumpleaños, entré en una tienda bastante cara y me compré una sudadera de temporada. Me sentía muy culpable, como si estuviera tirando el dinero. Y lo estaba haciendo, porque tres semanas más tarde, la sudadera tenía una rebaja del 30%. Por suerte, pude volver a la tienda y pedir que me igualaran el precio.

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