Me despidieron a los 55 años tras dos décadas en la misma empresa: así me recuperé rápidamente

Me despidieron a los 55 años después de dos décadas en la misma empresa, pero me recuperé rápidamente gracias a mi red de contactos

Cortesía de Jay Cadmus/Jenny Chang-Rodríguez/BI

Ella Hopkins,

| Traducido por: 
  • A Jay Cadmus le despidieron cuando tenía 50 años después de haber trabajado más de dos décadas en IBM.
  • Cadmus ha experimentado edadismo en su búsqueda de empleo y ha descubierto que solicitantes más jóvenes y menos aptos conseguían los trabajos a los que él se presentaba.

Este artículo se basa en una conversación con Jay Cadmus, un asesor de comunicaciones, sobre su despido a los 55 años. La transcripción ha sido editada por razones de extensión y claridad.

Trabajé para IBM durante 23 años en diversos puestos. Comencé en Raleigh (Carolina del Norte,
Estados Unidos) donde me ocupé de la comunicación interna, las relaciones con los medios locales y regionales y redacción de discursos para el gerente general.

He tenido distintos roles trabajando en el patrocinio de IBM de los Juegos Olímpicos de 1996 en Atlanta en su grupo de software, tecnología y contenido web. Mi último puesto fue como gerente de relaciones con los medios para la división de servicios de tecnología global.

Esperaba poder seguir trabajando en IBM hasta jubilarme, a menos que se presentara otra gran oportunidad.

Me despidieron en septiembre de 2015, con 55 años. Me sorprendió cuando mi jefe me lo dijo, pero no me impactó. Ya me habían despedido al principio de mi carrera y siempre supe que era una posibilidad.

Me habían despedido antes, cuando tenía 30 años

Me despidieron a los 31 años, solo tres meses después de unirme a la organización en la que trabajaba. Tenía dos hijos y una hipoteca; no estaba preparado.

La experiencia cambió mi forma de ver las cosas. Después de eso, empecé a ver cada puesto como un medio para llegar dónde quería.

A lo largo de los años, he mantenido mi red de contactos actualizada, he actualizado mi currículum al menos dos veces al año, he mantenido actualizado mi perfil de LinkedIn y siempre he buscado otras oportunidades.

Cuando me dijeron que me iban a despedir de IBM en agosto, estaba listo. Mi currículum ya estaba actualizado y comencé a solicitar empleo de camino a casa.

Sabía que esta vez sería más difícil 

El tiempo no estaba de mi lado. Pensé que me llevaría varios meses, si no más, encontrar mi próxima oportunidad. Sabía que al ser mayor, había menos oportunidades porque soy más caro y hay menos puestos en los que el gerente de contratación busca a alguien con mi nivel de experiencia.

Cuando me despidieron a los 31 años, me avisaron con dos meses de antelación en octubre y, en febrero, ya había conseguido otro puesto. Era más joven, más barato y el mercado laboral era diferente.

Tenía un niño en casa y una hipoteca

Después de mi despido en 2015, busqué trabajo en consultorías independientes porque necesitaba un ingreso para cerrar la brecha hasta conseguir un nuevo trabajo. Mi tercer hijo todavía vivía en casa y yo tenía que pagar las facturas y la hipoteca.

Tuvimos que hacer algunos ajustes financieros como familia. Pensé que conseguir un nuevo trabajo podría llevarme hasta un año. Hicimos una pausa en nuestras inversiones, en nuestros fondos para la universidad de nuestros hijos y nuestra jubilación.

Mi esposa cambió de horario laboral, paso de trabajar a tiempo parcial a hacerlo a tiempo completo y, gracias a esto, ambos pudimos inscribirnos en el seguro médico de su empresa.

Me comuniqué con un socio comercial que dirigía una pequeña empresa de marketing. Estaba creciendo y necesitaba gente con la que trabajar. La semana siguiente, comencé a escribir contenido independiente para él. Algunas semanas trabajé 30 horas en proyectos independientes; algunas semanas, solo 12.

No ganaba tanto como antes, pero era significativo. Hacer algo me libró de pensar en mis finanzas.

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Tiré de mi red de contactos para encontrar trabajo

Traté la búsqueda de trabajo como un trabajo. Solicité 60 puestos de trabajo, hablé con unos 20 reclutadores y obtuve entre ocho y 12 entrevistas. Solo postulé para trabajos que sabía que podía conseguir.

Cada vez que veía un trabajo que quería, encontraba a alguien en la empresa que trabajaba en ese mismo puesto en LinkedIn y me comunicaba con él. Eso podía hacer que mi currículum llegase a la cima de la pila. El elemento humano era importante.

Mi mayor activo fue la red que había construido a lo largo de los años. Cuando me ponía en contacto con la gente, me hablaban sobre los trabajos que estaban ofreciendo sus redes profesionales.

Me organicé muy bien. Mantuve registros de cada trabajo que solicité, cada interacción que tuve y cada contacto que hice en mi propia red para saber cuándo hacer un seguimiento.

Experimenté edadismo en mi búsqueda

Existe cierto prejuicio contra los empleados mayores. En algunas entrevistas pude ver en sus ojos cómo se decepcionaban al darse cuenta de mi edad.

Hubo un trabajo que no conseguí y vi que la persona que terminaron contratando era mucho más joven y tenía mucha menos experiencia que yo o incluso de la que requería el trabajo.

Los empleadores nunca te dirán que es por tu edad, pero es lo que les echa atrás.

Conseguí un trabajo después de 6 meses

Me enteré de un trabajo a través de un contacto en mi red. Solicité un puesto en su empresa y no lo conseguí. Más tarde, en una charla con ella, me mencionó que un reclutador se había puesto en contacto con ella la semana anterior para ofrecerle un puesto. Ella no lo quería porque no quería cambiar de empresa, pero pensó que yo encajaría bien.

Le dio mi nombre al reclutador y conseguí la oferta tres semanas después, en marzo de 2016. Fue un gran alivio tener un salario y comenzar a ahorrar nuevamente para el fondo universitario de mi hijo y mi plan de jubilación, que había suspendido durante seis meses.

El trabajo que conseguí fue difícil pero interesante. Trabajé en el grupo de consultoría de una empresa sobre cambio organizacional y prácticas de gestión. Todavía estoy allí. Hago todas las comunicaciones para las ventas de la empresa.

Pensé que me jubilaría en 2021, pero aún no lo he hecho. Quizás algún día pueda retomar mi trabajo como autónomo y como consultor. Siempre me dedicaré a ello, porque lo disfruto y soy bastante bueno haciéndolo.

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