Marc Puig defiende que la rápida entrada en el Ibex es el "reconocimiento" de que la combinación entre familia y mercado es posible

Marc Puig, presidente y consejero delegado de Puig.
Marc Puig, presidente y consejero delegado de Puig.

Albert Gea/Reuters

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  • El presidente y CEO de Puig defiende que la rápida incorporación al Ibex 35 es la señal más clara del "reconocimiento a la propuesta" de la empresa. 
  • Marc Puig insiste así en que "la combinación del largo plazo que da la familia con el rigor y el escrutinio del mercado puede ser útil para superar los retos". 

Puig, el gigante catalán de la belleza, se incorporará al club de las 35 empresas más líquidas que cotizan en España el próximo 22 de julio, tan sólo dos meses después de protagonizar la mayor salida a bolsa en el país desde 2015 —y la mayor en Europa en lo que va de año—.

Su máximo directivo, Marc Puig, explica este jueves en una entrevista con Expansión que la rápida evolución bursátil es la prueba más clara del "reconocimiento a la propuesta" por parte del mercado. 

La compañía cerró este jueves con una capitalización de 15.103 millones de euros, aunque únicamente cotizan las acciones de serie B, mientras que los miembros de la familia Puig tienen acciones de serie A con cinco veces más derechos políticos.

Puig podría ocupar el puesto número 18 en términos de capitalización ajustada por la cantidad de acciones en circulación (35% de la sociedad), según Renta 4. Por volumen de negocio, la empresa familiar, que aún conserva el 68% del capital, ocuparía la posición 31 del índice de referencia español.

Sin embargo, estos movimientos en las cotizaciones tampoco quitan excesivamente el sueño al CEO y presidente de la compañía: "No hemos dedicado mucho tiempo a mirarla, pero es verdad que si estuviera muy por debajo o muy por encima me habría llamado la atención", afirma.

No obstante, el camino recorrido es un hecho que no se puede obviar. "La evolución que ha tenido la acción es una ratificación de que la valoración a la que salimos a bolsa parece ser la que el mercado y los inversores consideran correcta".

Donde sí incide el directivo es en la misión que viene vinculada con este aterrizaje bursátil: "Lo que sí me preocupa (...) es cómo vamos respecto a los compromisos que hemos asumido y a los objetivos que nos hemos marcado. A eso sí que le dedicamos tiempo", añade.

Aplausos, bromas y emoción contenida: así ha sido desde dentro el despegue bursátil de Puig, el nuevo 'blue chip' español que sueña con el Ibex

Blindar el equilibrio entre la familia y el mercado

"Es una decisión muy meditada y, de momento, las razones por las que salimos a bolsa siguen siendo válidas. Pensamos que la combinación del largo plazo que da la familia con el rigor y el escrutinio del mercado puede ser útil para superar los retos", argumenta Marc Puig.

La pregunta todavía sigue siendo pertinente: ¿por qué salía Puig a bolsa? La compañía, con unas ventas netas de 4.300 millones de euros, daba pocas pistas, aunque deslizaba la más clave: blindar un futuro robusto. En concreto, hablaba de "alinear sus estructuras corporativas y de capital con las mejores compañías familiares en el sector", según explicaba la empresa entre más de 400 hojas. 

Hoy sabemos un poco más. La operación era "una respuesta a una situación estructural, pero también temporal nuestra, que era independiente de si el mercado está caliente, frío, abierto o cerrado", explica en referencia a la transición entre la tercera y la cuarta generación familiar.

No son pocas las empresas que han frenado o aplazado sus planes para salir a bolsa, entre ellas Tendam, dueña de Cortefiel, pero también el fabricante italiano de calzado Golden Rose. No fue el caso de Puig: "En nuestro caso, el proyecto era atractivo, lo suficiente como para que los inversores dieran su apoyo. Sentimos que ese apoyo existía y por eso seguimos adelante", recuerda.

Así, hoy se confirma que sentar las bases de los Puig era sí o sí una prioridad: "La razón por la que salimos a Bolsa es porque estamos en un escenario de transición generacional", subraya Marc Puig.

No obstante, el directivo no pone fecha a la incorporación de la cuarta generación familiar al negocio: "Nosotros lo haremos, espero, pero no sé cuándo será eso", afirma. 

El máximo responsable de la compañía asegura que no está en el horizonte un desdoblamiento de las funciones de presidente del consejo de administración y de consejero delegado, que recaen actualmente en su persona, y recuerda que él será el último Puig con poderes ejecutivos en la empresa familiar. 

El papel de Criteria y la defensa de la fórmula bursátil

En la operación jugó un papel relevante CriteriaCaixa, el hólding inversor de la Fundación La Caixa, que adquirió el 3,05% en la OPV. "Nuestra propuesta es atractiva para los inversores de largo plazo como Criteria", añade Puig, quien insiste en que la mayoría de los inversores que han apostado por el grupo son internacionales.

Una coyuntura que lleva a hablar de otra: la fórmula elegida para salir a bolsa y que no siempre ha convencido a todos los analistas por ser "excesivamente" proteccionista con el rol familiar.

Marc Puig reconoce que la decisión de que sólo coticen las acciones de serie B, con cinco veces menos derechos políticos que los títulos en manos de la familia, no es del agrado de algunos inversores: "Como mecanismo, por principio, a algunos no les gusta, pero hay otros a los que les refuerza la convicción de que detrás de este proyecto hay una familia con voluntad de seguir al frente"

Con todo, Puig defiende la fórmula escogida por el grupo para aglutinar en una sola compañía, el hólding Exea Empresarial, todas las acciones en poder de la familia y añade que "no hay ninguna rama que quiera vender". Con la salida a bolsa, la familia redujo su participación al 71,7%, si bien Exea mantiene el 92,66% de los derechos políticos.

Con todo, el compromiso de Puig, hoy más que nunca, pasa por no renunciar a nada: ni familia ni mercado

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