He viajado en un crucero de Carnival por primera vez y ahora entiendo por qué son tan populares

Me encanta dejarme llevar por las tendencias, ya sea intentando conseguir una mesa en un nuevo restaurante de moda o haciendo cola para comprar ropa de edición limitada.

Desgraciadamente, la única moda que no me convence del todo es Carnival, en concreto su nuevo barco Carnival Firenze, con capacidad para 5.245 pasajeros. Por mucho que me gusten las gangas, me gustan más las vacaciones de calidad.

Los hoteles flotantes de Carnival nunca han sido tan populares. Las reservas para el resto de 2024 son "las mejores de la historia", con mayores índices de ocupación, tarifas, cruceristas que regresan y nuevos huéspedes en comparación con el año anterior, según afirmó la empresa matriz de la línea de cruceros, Carnival Corp, en su informe de resultados del segundo trimestre en junio.

Y parece que el negocio no hará más que mejorar a partir de ahora, puesto que el gigante de los cruceros ya anuncia mayores niveles de reservas a precios más elevados para sus viajes de 2025.

La popularidad de Carnival se debe en parte a su bajo precio.

Al igual que otras grandes compañías de cruceros, Carnival Corp ha subido los precios de los billetes en un momento de auge de la demanda. Pero incluso con este aumento de las tarifas, el itinerario más barato de su línea de cruceros homónima para 2024 comienza en solo 246 dólares (225 euros) por persona para una travesía de tres noches por Australia en Carnival Luminosa.

En comparación, el crucero de tres noches más asequible de la competencia, Norwegian Cruise Line, en 2024 es de 553 dólares (507 euros) por persona para un viaje por el Caribe, mientras que el de Royal Caribbean International es de 352 dólares (322 euros) por persona para un crucero de ida y vuelta de Los Ángeles a Ensenada (México).

Con estas diferencias de precio, es comprensible que los viajeros se lancen a por los viajes de Carnival.

La inflación se ha cebado con las economías domésticas de muchos estadounidenses.

Así que, si puedes permitirte viajar este año, ¿no te gustaría gastar tu preciado y duramente ganado dinero en unas vacaciones agradables y relajantes, en lugar de unas que podrían hacerte estar estresado por tu presupuesto durante todo el día?

Carnival adquirió Firenze y su buque gemelo a Costa Cruceros, también propiedad de Carnival Corp, en 2022.

Dos años después (incluidos dos meses en dique seco), a principios de abril se celebró la ceremonia de bautizo del buque con temática italiana, lo que "desencadenó un aumento de las reservas", según declaró Josh Weinstein, presidente y consejero delegado de Carnival Corp, a los analistas a finales de junio.

Firenze zarpó en su viaje inaugural poco después, convirtiéndose en el 27º buque que se incorpora a la flota de la línea de cruceros.

Las tarifas del nuevo buque pueden ser relativamente asequibles, pero se obtiene lo que se paga.

El itinerario más barato del Firenze para 2024 es un viaje de ida y vuelta de cuatro noches desde su puerto base en Long Beach (California) a la isla Catalina y Ensenada (México), a partir de 90 dólares (82 euros) por persona y día.

Es el mismo viaje que hice yo, aunque pagué el doble por mi camarote interior reservado en el último momento.

La comida era mediocre, pero los servicios gratuitos y familiares eran muy variados y había muchas oportunidades para darse un capricho.

Aproximadamente la mitad de los 16 restaurantes del barco son de cortesía, una proporción cada vez más habitual en los nuevos cruceros masivos.

Pero hay algunas excepciones en la lista de Firenze.

Dos restaurantes gratuitos —el bar de ensaladas y el asador— estuvieron cerrados hasta el último día. Otros, como el puesto de pizzas y el bufé, tenían tentadores platos de pago.

Algunos cruceros nuevos tienen comida de cortesía tan buena o mejor que los restaurantes de especialidad de pago.

Pero ninguna de las comidas ofrecidas gratuitamente en Firenze me cautivó, ni siquiera en los comedores principales, donde hice todas mis cenas.

Todas las noches, antes de la apertura, se congregaban multitudes ante las puertas del restaurante. Pero la fama nunca estuvo a la altura de la calidad.

Mis calamares rebozados estaban blandos, los postres demasiado dulces y encontré un trozo de plástico en mi plato de almejas y linguini.

A los niños les encantaría la experiencia gastronómica.

El servicio se interrumpía todas las noches por algún tipo de anuncio en voz alta, música más alta, fotos con piratas o, una noche, una camarera que daba una serenata al restaurante con su interpretación de Perfect de Ed Sheeran.

Era algo confuso y extraño pero, en general, entretenido.

En el bufé de la cena se servían los mismos platos que en los comedores.

Pero no era precisamente un lugar popular por su buena comida durante el día. Tampoco estaba impecable, debido a algunas sillas manchadas.

El aliño de mostaza y miel de la ensalada de mediodía era insoportablemente dulce. Pero al menos era comestible, a diferencia del pollo seco como una roca.

5.250 litros de cerveza, 42.000 huevos y 2.100 kilos de carne de cerdo: así se llena la despensa de un crucero de 6.500 personas durante una semana

En la sección de alitas de pollo del bufé se pueden encontrar mejores opciones de pollo, pero hay que pagar 5 dólares (4,60 euros) por seis piezas.

Las líneas de cruceros más populares, como Royal Caribbean y Carnival, han ido equipando cada vez más sus nuevos barcos con servicios de pago. Aun así, nunca he visto un bufé de crucero con opciones de pago.

El desayuno en el bufé y los comedores eran normales.

Lo mismo ocurre con el burrito de desayuno que sirven en el puesto de comida fusión italomexicana.

Lamentablemente, si quieres un desayuno vegano del comedor, debes pedirlo la noche anterior.

Pero si lo único que necesitas es una comida rápida por la mañana, te sugiero que cojas uno de los sándwiches de galleta del puesto de pollos, que por la noche se convierte en un chiringuito de marisco de pago.

Tendrás que pagar 4,50 dólares (4,15 euros) por un café latte.

El bufé tiene café solo, Lipton y té verde Bigelow gratuitos. Si te apetece algún otro tipo de bebida, tendrás que comprarla en la cafetería de a bordo.

Para comer, están los puestos de pizza, hamburguesas de la marca Guy Fieri y sándwiches italianos.

Si no tuviste dudas sobre tu presupuesto para las alitas de pollo del bufé, puede que las tengas en el puesto de pizzas. Las empanadas de pollo teriyaki y de bistec a la barbacoa coreana, a 6 dólares (5,50 euros), podían llamarte la atención entre el montón de porciones gratuitas de pepperoni y cuatro quesos.

Afortunadamente, no había opciones de pago en los mostradores de hamburguesas o sándwiches italianos. En este último hay que jugar a la ruleta de las salsas: la mayonesa de trufa es una de las más sabrosas del barco, mientras que la salsa verde es una de las peores que he comido últimamente.

Las verduras a la parrilla en La Strada Grill eran una estupenda y necesaria alternativa a las pesadas comidas del barco.

Por desgracia, el puesto al aire libre permaneció cerrado hasta la última tarde del viaje.

Mirando atrás, ojalá hubiera pagado por los restaurantes de especialidad. Quizá mis comidas habrían sido más memorables.

Podría haberme gastado 40 dólares (37 euros) en el restaurante teppanyaki o haberme comido las empanadas a 1,50 dólares (1,40 euros) la unidad.

Una cena de sushi por 30 dólares (27,50 euros) para dos tampoco sonaba mal.

Pero, ¿seguiría siendo un crucero económico si acabara derrochando en cenas de especialidad?

Al fin y al cabo, un crucero Firenze 2024 cuesta 90 dólares (82 euros) por persona y día, y una cena en el asador añadiría otros 50 dólares (46 euros) al coste de ese día.

Hay un montón de servicios gratuitos para toda la familia.

Las líneas de cruceros de la competencia han empezado a cobrar por actividades sencillas como el minigolf. (Te estoy mirando a ti, Norwegian).

Pero aparte de la sala de recreativos, ninguno de los servicios de la cubierta superior del barco requería pagos adicionales.

Puedes pasarte todo el día en el minigolf, el circuito de cuerdas, la pista polideportiva y los toboganes sin pagar un céntimo. Si eso te aburre, también hay futbolines y mesas de ping-pong.

He visto versiones más llamativas de estos servicios en barcos de Norwegian y Royal Caribbean. Pero a diferencia de su competencia, todos los del Firenze eran gratuitos.

También puedes pasar el tiempo chapoteando en las dos piscinas.

La sala cubierta hace las veces de cine nocturno, donde encontrarás el siguiente obstáculo para tu presupuesto: bolsas de palomitas a 4 dólares (3,70 euros) .

Aparte de los tentempiés de la hora del cine, hay actividades gratuitas más que suficientes para entretener a la familia durante los días de navegación, especialmente si planeas asistir a espectáculos nocturnos como la representación de canto y baile Querido futuro marido.

Los programas de a bordo, como el trivial, las clases de baile y el karaoke, también ayudan a pasar el tiempo de forma gratuita.

Pero si tienes un presupuesto limitado, te sugiero que evites el concurso Deal or No Deal (parecido al programa Allá tú), que cuesta a partir de 25 dólares (23 euros). Y si planeas unirte al encuentro del té de la tarde, pide las bolsitas de té de cortesía del bufé. De lo contrario, tendrás que pagar 1,50 dólares (1,40 euros) por bolsita.

O guarda tu dinero para unas bebidas.

En Firenze hay muchos lugares donde tomar una copa, desde el bar Frizzante hasta el Piano Bar 88, con música en directo.

¿Te apetece un Negroni? Ve al Amari. ¿Quieres ver el último partido? Heroes Tribute Bar and Lounge es lo que buscas.

Pero atención: los cócteles rondan los 13 dólares (11,90 euros), mientras que las cervezas y los refrescos con alcohol rondan los 9 dólares (8,20 euros).

Si no quieres pagar por los bares, el casino o el spa, puedes escapar de los niños yendo al salón exclusivo para adultos.

Eso sí, estate preparado para cambiar el sonido de los niños gritando por música a todo volumen. (El barco carece de espacios tranquilos).

Y cualquier momento de relax que consigas disfrutar desaparecerá rápidamente en los días de puerto, gracias a un proceso de desembarque innecesariamente confuso.

Reconozco que no tengo el mejor sentido de la orientación. Tampoco ayudó el hecho de que no hubiera señales que indicaran a los huéspedes dónde podían desembarcar.

Un miembro de la tripulación incluso me llevó accidentalmente en la dirección equivocada, aparentemente inseguro de a dónde ir.

No me molestó. Al fin y al cabo, Firenze es un barco de 323 metros de eslora.

Sin embargo, me enfadé cuando bajé en Ensenada (México) y vi que el autobús al centro de la ciudad me costaría otros 4 dólares (3,70 euros) por persona.

Carnival Firenze podría ser estupendo si estás planeando unas vacaciones familiares con un presupuesto ajustado.

Su opción más barata, de 90 dólares (82 euros) por noche, sigue siendo mucho más asequible que los barcos más nuevos de la competencia. (Este año, el crucero más barato del Norwegian Viva es un viaje de 11 días por 138 dólares (126 euros) al día, mientras que el Icon of the Seas de Royal Caribbean comienza en 221 dólares (202 euros) al día por una navegación de una semana).

Basta con comprar un café con leche o dos, reservar una cena en el asador y un almuerzo teppanyaki, picar media docena de alitas y tomar dos cervezas diarias para que el coste diario del Firenze se acerque más al del Norwegian.

Así pues, no se puede negar que el último barco de Carnival es una buena oferta, aunque la comida sea mediocre, y tengas que pensar en tus gastos en casi cada momento de las vacaciones.

Dicho esto, si se dispone de dinero de sobra, sugiero optar por otro barco o línea de cruceros.

Los barcos más nuevos de Royal Caribbean y Norwegian son innegablemente más caros, pero ambos ofrecen comidas gratuitas que son mejores que las opciones de especialidad. Y sí, sus actividades de pago pueden ser caras, como una pista de karts de 15 dólares (13,75 euros) por persona en Norwegian, pero son más modernas y llamativas que los servicios de Firenze, si eso te interesa.

No te culpo si el último barco de Carnival te atrae con sus tarifas asequibles. Pero un consejo: paga por uno o dos restaurantes de especialidad y ahorra algo de dinero para gastar a bordo. Hará que el viaje sea más memorable.

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