Guía de estilo de Wall Street: los banqueros desvelan qué ropa deben llevar (y la que no) los becarios este verano

Es un momento incómodo para el vestuario de Wall Street.

Ciertas tendencias se han convertido en tácitamente aceptadas; la práctica extinción de las corbatas, por ejemplo. Pero, atrapados entre la informalidad remanente de la pandemia y el reciente endurecimiento de los mandatos relativos al regreso a las oficinas, los expertos del sector afirman que hoy en día existe una gran variedad en la forma de vestir de los profesionales del sector financiero para ir a la oficina. 

Definir los difusos parámetros de la "vestimenta informal de negocios" puede resultar especialmente confuso para la sangre nueva del sector: los analistas de verano. También puede ser especialmente importante para ellos. En un entorno en el que las operaciones se han desplomado y los bancos están despidiendo empleados, conseguir una oferta para volver a trabajar a tiempo completo puede ser mucho más competitivo de lo habitual.

"A medida que la gente se reincorpora al trabajo, se produce una extraña mezcla de cosas", explica Jessica Cadmus, estilista personal que trabajó en Goldman Sachs y se especializa en vestir a banqueros de Wall Street. "Un traje es un uniforme, eso es sencillo. Cualquiera puede llevarlo. Es en la zona gris intermedia donde la gente se encuentra en apuros".

Business Insider ha consultado a expertos del sector y a jóvenes banqueros de inversión para saber qué se lleva realmente hoy en día en el trabajo y cómo deben prepararse los recién llegados.

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A la complejidad de la vestimenta se añade un código de vestimenta que puede variar mucho según la empresa, la ubicación de la oficina e incluso el grupo bancario. En algunos grupos, puede que le miren de reojo por presentarse sin americana. En otras divisiones, necesitarás un par de zapatillas deportivas para encajar. 

Una analista neoyorquina de primer año dice que un pequeño puñado de banqueros de la vieja escuela, de alto rango, todavía se presentan en traje de chaqueta en su oficina todos los días. Pero eso es atípico: la mayoría de la gente viste más informal.

"He visto a mi vicepresidente venir con pantalones, un polo y sus zapatillas de correr", dice. "Así que hay variedad".

En la Costa Oeste, un analista de primer año dice que no se puso corbata ni una sola vez durante sus prácticas del verano pasado. De hecho, empezó a llevar zapatillas Allbirds, unas deportivas que presumen de sostenibilidad y comodidad en su página web, y pantalones de imitación de Lululemon, hechos de un tejido elástico, pero cortados y diseñados para parecer pantalones lisos, después de darse cuenta de que eran populares entre los compañeros. 

"A medida que pase el tiempo en la empresa, te vas relajando", dice. 

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Sea cual sea la decisión que tome, el analista neoyorquino recomienda esperar para hacer la mayor parte de las compras hasta conocer el terreno. 

"Después de esa primera semana, veo cuál es el ambiente y salgo a comprar más ropa para adaptarme a él", explica. "Los tres primeros meses acumulé mucha más ropa de la que tenía al principio, simplemente porque el ambiente era distinto del que esperaba".

Y en caso de duda, es mejor ir bien vestido que desarreglado, dice Steve Sibley, profesor de finanzas y codirector del Taller de Banca de Inversión de la Escuela de Negocios Kelley de la Universidad de Indiana. Puede marcar la diferencia a la hora de conseguir un puesto a tiempo completo al final del verano, afirma. 

"Suponiendo que el estudiante A vestido de manera profesional y el estudiante B vestido de manera informal se desempeñen igual de bien en el trabajo, el estudiante A tendría más probabilidades de recibir la oferta de trabajo", afirma. 

También puede depender de la orientación al cliente del puesto, señala. Para un becario que no interactúe con clientes, unos pantalones de pitillo y unas zapatillas de deporte pueden estar bien. Pero un atuendo profesional puede ser más apropiado para los becarios que participen en reuniones con clientes.

"Hay que empezar el verano con un atuendo profesional", resume. "Si los altos cargos del banco sugieren vestirse de forma más acorde con la jornada, entonces hay que seguir sus indicaciones".

Sin corbata, pero ¿y la americana?

Todo el mundo sabía que las corbatas estaban pasadas de moda cuando David Solomon, CEO de Goldman Sachs, se deshizo de una de ellas en el día del inversor del banco en enero. Pero las americanas siguen teniendo un lugar en Wall Street, aunque ya no sean tan omnipresentes como antes.

"La gracia es que los becarios son siempre los que van más vestidos", dice el nuevo analista de Silicon Valley. "Puedes saber quién es un becario porque lleva americana, y la mayoría de la gente en realidad no lleva americana".

El analista de Nueva York se muestra de acuerdo. La mayoría de la gente, tanto hombres como mujeres, no las lleva a diario en su oficina, dice. Aunque desempolva una si tiene una reunión con un cliente. 

A pesar de las burlas, tanto los banqueros de la costa este como los de la costa oeste dicen que recomiendan a todos los becarios que se presenten con americana al comienzo de sus prácticas, al menos durante la primera semana. 

Cadmus dice que una solución sencilla es tener una americana y dejarla en el respaldo de la silla del escritorio, lista para cuando la necesites para una reunión, o simplemente para ponértela si tienes frío. 

"Creo que es una prenda básica de vestuario muy, muy funcional", afirma. "Incluso si sólo tienes una y habita en la oficina, sigue siendo muy práctica".  

En cuanto al color y el corte, lo clásico es siempre lo mejor. 

El negro es un buen color para las mujeres. De hecho, si eres mujer y sólo puedes tener una americana, que sea negra. Pero es demasiado formal para los hombres y les hace parecer que van a una boda o a un funeral. Los hombres deben optar por el azul oscuro o el azul marino, explica. 

"El consejo número uno para una americana es que se ajuste a los hombros", dice. "Cualquier otra cosa se puede arreglar".

Zapatillas: ten cuidado

La analista neoyorquina dice que algunas mujeres llevan tacones, pero no es lo habitual que era para las mujeres de negocios. Casi todos los días va al trabajo con zapatillas blancas y guarda un par de mules y mocasines bajo la mesa para ponérselos, pero admite que algunos días no se quita las zapatillas en todo el día. 

Sin embargo, dice que ella es minoría y que la mayoría de la gente lleva zapatos de vestir, tacones o mocasines en la oficina. "A las 6 de la tarde, sin embargo, se sientan en sus escritorios para quitárselos y ponerse sus deportivas Allbirds".

Cadmus advierte contra el uso de cualquier zapatilla deportiva que parezca de entrenamiento o de ropa activa (piensa que una zapatilla para la oficina debe tener un aspecto elegante y limpio). 

"No todas las zapatillas son iguales", afirma. "Si vas a llevar unas zapatillas, tienen que ser lo que yo llamo unas 'zapatillas de moda'. Y tienen que estar impecables".

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Su sugerencia para hombres y mujeres de todos los precios: unas Stan Smith blancas, que puedes conseguir por unos 100 euros en Adidas.

Otras sugerencias de Cadmus incluyen una camisa de botones para los hombres o (si su entorno particular lo permite) un clásico polo de vestir con pantalones y zapatos de vestir. 

Y recomienda a las mujeres que abandonen los trajes de Anne Taylor en favor de vestidos o faldas con tops de punto. 

"Las prendas de punto han sustituido en gran medida a las camisas de botones, y la gente lleva muchos más vestidos", afirma Cadmus. "Las prendas de punto pueden ser de tirantes, de manga corta o de manga larga. Te solucionan la vida".

Dónde comprar

Puede parecer obvio, pero las mujeres deben evitar llevar prendas demasiado ajustadas o cortas. Sin embargo, enseñar los hombros y llevar colores está bien dentro de lo razonable, dice la analista neoyorquina, cuyo atuendo preferido es una falda lápiz y un jersey. 

"No hay que destacar de mala manera", afirma.  "Mientras no aparezcas vestida de neón, creo que no pasa nada".

Ella prefiere marcas como Calvin Klein y Tahari.

Cadmus sugiere a todos los aspirantes a financieros que compren la mejor calidad que puedan permitirse. 

"Preferiría comprar una cosa y llevarla más a menudo que tener cinco cosas baratas", dice. "Lo que sugiero al personal subalterno es que debe estar impecable. Esa palabra debe ser su estrella polar".

Pero comprar un vestuario de trabajo tampoco tiene por qué hacer saltar la banca.

Cadmus recomienda ir a Bloomingdale's o Saks Fifth Avenue —o a tiendas como JCrew y Theory— a los banqueros junior que necesitan controlar sus gastos. 

"Es omnipresente, pero la cuestión es que eres un junior. No estás tratando de diferenciarte demasiado", dice. "Así que si te pareces a los demás, en este mundo, en realidad está bien".

Las empresas tienen que ser más claras

Byron Slosar, fundador de la plataforma de reclutamiento profesional Hellohive, afirma que es necesaria una orientación más definida por parte de las empresas sobre lo que esperan de los empleados, especialmente de los jóvenes que se incorporan al mundo laboral en un mundo post-COVID.

"Creo que el término "business casual" debería tirarse por la ventana", señala. "Nadie sabe lo que significa, nunca".

Según él, son los jefes quienes deben liderar la transparencia. Deberían definir específicamente su atuendo en el lugar de trabajo, y hacerlo mucho antes en el proceso de contratación. 

"Las empresas pueden decir 'parte de nuestra cultura es cómo te presentas. Y aquí informal significa [inserte aquí la definición]"", afirma. "Si no está en la descripción del puesto, es algo de lo que debería hablar el responsable de contratación en la primera entrevista telefónica".

Cadmus está de acuerdo en que, con el tiempo, tendrá que haber un ajuste de cuentas y una orientación más específica.

"Es probable que el péndulo se incline tanto hacia el desorden y el descuido que tendrá que llegar un momento en el que tengamos que dar marcha atrás", afirma Cadmus. "Tendrá que haber un lenguaje más formal sobre lo que es aceptable y lo que no".

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