Espaldarazo del FMI: mejora su previsión para la economía española al 2,4% este año, en línea con el Gobierno, mientras "Europa toca fondo"
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- El FMI se alinea con el Gobierno: mejora medio punto su previsión de crecimiento para la economía española, hasta el 2,4% este año, aunque mantiene en el 2% la de 2025.
- Sentencia que "Europa ha tocado fondo", por la debilidad de la industria alemana, mientras que el turismo y el consumo empujan a la economía española.
El horizonte del Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de alinearse con el del Gobierno: ambos pronostican un crecimiento del 2,4% para la economía española este año, aunque para 2025 el Ejecutivo es algo más optimista.
El PIB crecerá un 2,4% en 2024, según la última actualización de previsiones del World Economic Outlook de julio, publicado hoy por el FMI. Se trata de una mejora de medio punto respecto a las previsiones publicadas en abril (cuando el FMI contaba con un incremento del 1,9% para este año).
Si en su anterior informe el organismo destacaba la fortaleza de la demanda interna, y su resistencia a la crisis de precios, como acicate para mejorar sus previsiones, en esta ocasión es más de lo mismo: la relajación de la política monetaria de la mano del Banco Central Europeo (BCE) actuará como un balón de oxígeno para el consumo, lo que redundará en un mayor crecimiento de la economía española.
Hace solo unos días, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, avanzó una mejora de previsiones para la economía, también hasta el 2,4% en 2024 (desde el 2%), y algo más optimista para el año que viene, cuando espera que el PIB crezca un 2,2% (desde el 1,9% anteriormente estimado). Unas previsiones que hoy ha confirmado en la presentación del nuevo cuadro macroeconómico y plan fiscal que enviará a Bruselas.
En 2025, en cambio, la cosa sigue un poco igual: el FMI espera que la economía crezca un 2%, sin cambios respecto a su anterior pronóstico de abril.
Entonces, el organismo destacó la fortaleza de la demanda interna, visible en la resistencia del consumo a pesar de la inflación y de la subida de tipos de interés. Ahora, con la bajada de tipos aprobada por el BCE, y las que se descuentan para lo que queda de año, la demanda interna podría coger todavía más oxígeno, dándole un empujón extra a la economía.
Sin embargo, en su informe de abril el FMI también advirtió de que los riesgos ahora tienen que ver con "la prolongación de la fragmentación política interna, que podría obstaculizar la implementación de reformas estructurales y la consolidación de las cuentas fiscales". Esto, avisó, "podría terminar empeorando la confianza empresarial, la inversión y el crecimiento, sobre todo si las condiciones financieras se endurecieran".
Para la economía mundial, el FMI pronostica el mismo crecimiento que auguraba en abril para este año (un 3,2%) y mejora en una décima el del año que viene, hasta el 3,3%.
Este estancamiento en las previsiones viene dado básicamente por una inflación más pegajosa de lo esperado, debido al incremento de precios del sector servicios (aunque el precio de los bienes se ha frenado, no hay más que ver los incrementos en el sector turístico), y a una política monetaria más cautelosa, en consecuencia, que mantendrá el consumo contenido.
"Han aumentado los riesgos al alza para la inflación, lo que plantea la perspectiva de unos tipos de interés más altos durante más tiempo", resume el FMI.
Europa toca fondo
Para Europa las noticias son agridulces: la economía ha tocado fondo. Una mala noticia per se, pero buena si se tiene en cuenta que lo que viene ahora es subida.
"En la zona euro, la actividad parece haber tocado fondo", confirma el informe del FMI, que mejora en una décima su previsión de crecimiento este año, hasta el 0,9%, impulsado por un mayor dinamismo del sector servicios y unas exportaciones superiores a las previstas en el primer semestre.
El organismo prevé que el crecimiento aumente hasta el 1,5% en 2025 por "un consumo más fuerte, gracias al aumento de los salarios reales, así como una mayor inversión derivada de la relajación de las condiciones de financiación derivada de la gradual relajación de la política monetaria".
Paradójicamente, países con una actividad más volcada en la industria, como Alemania (tradicionalmente la locomotora de Europa), tardarán más en recuperar cabeza por la debilidad del sector manufacturero, frente a un mayor dinamismo de los servicios, con sectores como el turismo, que impulsan la actividad en economías como la española.
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