Alejandro Oñoro, consejero delegado de Ilunion: "La rentabilidad económica es compatible con la rentabilidad social"

Ilunion es una compañía diferente, única. Es algo que se percibe desde el momento en que se accede a sus oficinas, un coqueto edificio situado al borde de la M-30 madrileña, que se ha convertido en un emblema de accesibilidad y que es el edificio de oficinas con mayor número de personas con discapacidad del mundo.

Una compañía en la que casi la mitad de las personas tienen alguna discapacidad, con un 50% de mujeres y 50% de hombres, un 27% de personas mayores de 55 años y un 16% en riesgo de exclusión social, ya no es que tenga como propósito la diversidad y la inclusión: es que es un ejemplo único e inspirador de diversidad e inclusión para el resto de las compañías —en España y en el mundo—, un modelo extraordinario que demuestra que hacer otro tipo de empresa con un fin social como prioridad —y también rentable— es posible.

Ilunion tiene dos accionistas, ONCE y Fundación ONCE, que no exigen reparto de dividendos, lo que permite a Ilunion reinvertir todos sus beneficios en creación de empleo y generación de valor.

Por supuesto, la historia de Ilunion no se entiende sin la historia de la ONCE (Organización Nacional de Ciegos de España), que nace en 1938, y ha sido fundamental en la impresionante evolución que ha tenido la inclusión de las personas con discapacidad en la sociedad española y por supuesto en el mercado laboral. 

No hay un solo ciudadano español que no sepa lo que es el cupón de la ONCE. Su origen se remonta a 1939, cuando mediante un decreto se otorga a la ONCE la explotación de este sorteo, que hasta ese momento era provincial y había sido gestionado por el Estado.

Ese cupón fue el germen de lo que ha acabado siendo un modelo empresarial próspero y rentable, sin renunciar a la esencia básica e innegociable de la inclusión de las personas con discapacidad.

En 1988 nace la Fundación ONCE como un instrumento de cooperación y solidaridad de los ciegos españoles hacia otros colectivos de personas con discapacidad. Solo un año después, nacen el Grupo Fundosa, cuyo propósito era crear empleo para personas con cualquier tipo de discapacidad, y el Grupo CEOSA, con el mismo objetivo, pero solo para personas con discapacidad visual grave. 

Es en los años siguientes cuando se ponen en marcha diferentes empresas en diferentes sectores (lavanderías, alimentación, retail, contact center, residencias y cuidados de mayores) cada una bajo su propia marca: Flisa, Alentis, Confortel, Galenas, Sertel, Fucoda, etc. En fin, demasiadas marcas, lo que implica demasiada complejidad operativa —y ninguna identidad— para en realidad representar un mismo modelo y filosofía empresarial, aunque fuera en diferentes sectores.

Y es entonces cuando, por fin, en 2014, nace Ilunion, una marca para agruparlas a todas, un proyecto empresarial que en realidad ya estaba construido y al que solo le faltaba unidad.

Desde entonces, ese proyecto empresarial no ha hecho más que crecer y consolidarse, reforzando los sectores en los que tradicionalmente ya había operado con éxito, e impulsando otros en los que en muy poco tiempo se ha convertido en una referencia, como Ilunion Hoteles, que cuenta ya con 30 hoteles por toda España, con más de 5.000 habitaciones y una facturación de 140 millones en 2022, o la Consultoría y la Formación, donde ya se han formado más de 17.000 alumnos. En total, más de 50 líneas de actividad.

También llegaron otros hitos, como la internacionalización: en 2018 inauguró la primera lavandería industrial en Colombia, en la que trabajan más de 300 personas, 180 con discapacidad.

Alejandro Oñoro es el consejero delegado de Ilunion desde 2015, apenas un año después de la creación de la marca, aunque ya había tenido cargo de gran responsabilidad en las empresas del Grupo Social ONCE, CEOSA y Fundosa 

Nacido en San Sebastián, “a la que considero una de las ciudades más bonitas del mundo”, afirma, se trasladó a Madrid por asuntos laborales de sus padres siendo muy joven y fue allí donde cursó todos sus estudios. Es licenciado en Ciencias Empresariales por la Universidad CEU San Pablo y además tiene un Programa de Desarrollo Directivo por la IESE Business School.

Como el mismo explica, “desde el colegio, ya me interesaba el emprendimiento y la empresa, lo que me llevó a orientar mis estudios universitarios y posgrado en esa rama. Soy un apasionado de la gestión empresarial y de su enfoque para conseguir impacto social”.

Se considera una persona muy optimista y positiva: "Me encanta disfrutar y exprimir la vida al máximo", asegura, “aunque quizás por eso a veces me da la sensación que pasa todo demasiado rápido”.

Como buen idealista convencido, tiene claro que se puede y se debe disfrutar trabajando, y es lo que intenta trasladar y contagiar a todo su equipo en ILUNION: “Estoy obsesionado con incorporar términos como felicidad, familia y alma en el mundo empresarial”, afirma.

Como buen donostiarra, es muy aficionado a la cocina y le encanta disfrutarla con amigos, “cuantos más mejor”, aclara. Otras de sus aficiones son el esquí y el buceo, que practica con su familia, y pasear por Madrid o por la montaña.

En su papel de líder, y de persona, se define como muy abierto, “me encantan las personas y pasar tiempo con ellas, porque siempre se puede aprender”, confiesa.

También asegura que tiene un perfil inquieto e innovador, y por eso “no me da miedo arriesgar si el fin es bueno”.

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