Airbnb no logra proteger a sus huéspedes de las cámaras ocultas

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  • Se han dado casos de anfitriones de Airbnb pillados por haber instalado cámaras ocultas en sus propiedades sin previo aviso.
  • Desde abril, Airbnb prohibió las cámaras de seguridad de interior que puedan captar las actividades de los huéspedes. 
  • Anteriormente, las cámaras estaban permitidas si se indicaban en la descripción del anuncio online. 

Hasta el pasado abril, las cámaras de seguridad estaban permitidas dentro de los alojamientos de Airbnb si los anfitriones informaban de su presencia en sus anuncios en plataforma, advirtiendo a los huéspedes con antelación. 

La compañía cambió entonces su política por una prohibición total tras consultar con "huéspedes, anfitriones y expertos en privacidad", aunque no mencionó nada sobre cómo obligaría a los anfitriones a cumplir con las reglas.

Mientras que algunos anfitriones sostienen que las cámaras son esenciales para el mantenimiento de sus alquileres a corto plazo, ya que les permiten responsabilizar a los huéspedes de los daños o impedir que se celebren fiestas, otros jamás mencionan la presencia de las mismas porque sus intenciones no son nada buenas.

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La plataforma de alquileres a corto plazo se ha enfrentado en el pasado a numerosas denuncias por parte de huéspedes que se han convertido en víctimas de cámaras ocultas durante sus vacaciones. En algunos casos, se trata de anfitriones que buscan grabar a sus víctimas en momentos de intimidad – desde cambiándose de ropa hasta manteniendo relaciones sexuales– y guardar dichas imágenes para uso personal.

Aunque la compañía busca resolver estos problemas de cámaras ocultas de forma rápida y confidencial, una investigación de CNN revela que la empresa no protege constantemente a sus huéspedes a pesar de saber que las cámaras ocultas son una gran preocupación y a menudo se mueve rápidamente para contener las quejas de los usuarios y resolverlas fuera de los tribunales. Cuando se llega a un acuerdo, Airbnb exige a los usuarios que firmen acuerdos de confidencialidad, lo que les impide hablar de los detalles del mismo.

Según publica dicho medio, una declaración en un tribunal por parte de un empleado de Airbnb también reveló que cuando un huésped se queja de una cámara oculta, la empresa no notifica a las fuerzas de seguridad, ni siquiera cuando un niño está involucrado, lo que puede obstaculizar las investigaciones penales porque da a los sospechosos tiempo para destruir las pruebas, según los expertos.

Las víctimas afirman vivir con el temor de que esas imágenes privadas acaben publicadas en internet.

Preguntada por CNN, la plataforma afirma que las quejas de cámaras ocultas son raras, pero cuando ocurren se toman medidas como la exulsión de anfitriones y anuncios que violen la política de la empresa.

Sin embargo, y como apunta citado medio, si Airbnb descubre que un usuario tiene antecedentes penales, las condenas de "asesinato, terrorismo, violación o abuso infantil" no son descalificaciones automáticas bajo la política de la empresa.

Mientras que los hoteles pueden ser considerados legalmente responsables de los huéspedes perjudicados en su propiedad, Airbnb a menudo no lo es: la compañía que dirige Brian Chesky lleva años luchando contra dicha responsabilidad en los tribunales, argumentando que tiene poco control sobre lo que sucede en las propiedades.

Según una orden judicial que obligaba a la compañía a cuantificar las quejas presentadas por personas que habían sido grabadas sin su consentimiento desde el 1 de diciembre de 2013, la compañía generó en diez años 35.000 quejas en atención al cliente sobre dispositivos de vigilancia.

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