Mi despido de Google me dejó destrozada, pero he aprendido 3 valiosas lecciones sobre por qué el trabajo no debe definirme

'Me sentí apreciada y valorada por Google. Para mí, todo estaba ligado a la empresa: mis amistades, mis experiencias y mis valores', afirma Sylvia Duran Chen.
'Me sentí apreciada y valorada por Google. Para mí, todo estaba ligado a la empresa: mis amistades, mis experiencias y mis valores', afirma Sylvia Duran Chen.

Cortesía de Sylvia Duran Chen

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  • A Sylvia Duran Chen le sorprendió que la despidieran de su trabajo en YouTube después de casi 9 años en Google.
  • Las ventajas del trabajo y la misión eran importantes para ella, y se sentía orgullosa de haber sido elegida por la empresa.
  • Pasó una semana de duelo y se dio cuenta de que su trabajo no podía ser lo que la definiera.

Este artículo está escrito a raíz de una conversación con Sylvia Duren Chen, una exempleada de Google y YouTube de 39 años de San Diego. La entrevista ha sido editada por razones de extensión y claridad.

Llevaba casi 9 años en Google cuando me despidieron el pasado 20 de enero. 8 de esos 9 años los pasé en YouTube, principalmente trabajando desde la sede mundial en San Bruno, California. Durante ese tiempo, trabajé en operaciones, asociaciones y marketing, y me involucré profundamente en la cultura de YouTube. Fui testigo de cómo crecía la compañía en tamaño, complejidad e importancia.

Nunca me habría imaginado dejar Google, especialmente YouTube

Mis padres son mexicanos y ninguno de los 2 terminó el instituto. Fui la primera de mi familia en ir a la facultad, asistiendo a la Universidad de Cornell antes de estudiar en la Facultad de Derecho de Columbia.

Aunque mi carrera profesional había sido un éxito, pasando por Nike y McKinsey & Company, conseguir trabajo en Google fue como ganar la lotería. La cultura de la empresa me parecía especial, única y realmente conectada con una misión mayor que nosotros mismos.

Los fundadores estaban plenamente comprometidos con la transparencia con los empleados y con hacer posible lo imposible. Eso convirtió a Google en un lugar al que pertenecer más que en un simple lugar de trabajo. Me sentía afortunada y orgullosa de ser una 'googler', como se llama a los empleados de la empresa.

Como muchos otros 'googlers', Google se convirtió en mi vida

Me sentía apreciada y valorada por Google. Para mí, todo estaba ligado a la empresa: mis amistades, mis experiencias y mis valores. La frontera entre el trabajo y la vida era increíblemente difusa, pero me gustaba. Formaba parte de los empollones, de los que cambian las reglas del juego y de la élite tecnológica.

David Solomon, director ejecutivo de Goldman Sachs.

Siempre me había sentido inferior, por lo que Google me hacía sentir protegida del mundo exterior. Así que fui a por todas. Me ofrecí voluntaria para todos los trabajos duros que ofrecían.

Trabajé como jefa de personal del jefe de operaciones globales de YouTube

También fui responsable de YouTube México durante la pandemia de COVID-19. Era una colaboradora persistente y positiva para nuestra comunidad. En muchas ocasiones se me señaló como "el mejor talento" y se me dieron oportunidades para crecer como líder.

Por todo ello, los despidos fueron aún más devastadores e impactantes.

Cuando me despidieron, me permití una semana de duelo

Me sentía rechazada, avergonzada y como si todas mis inseguridades tuvieses una razón. Lo más doloroso fue sentir que todo lo que había hecho no había importado.

¿Pertenezco a este lugar? ¿Soy lo suficientemente buena? ¿Estoy molestando? ¿Quién soy yo para pedir cosas? Estos sentimientos siempre han estado dentro de mí, pero los había dejado de lado porque Google me había elegido. Estaba claro que yo importaba, porque lo decía esta importante y poderosa empresa.

Sabía que tenía que aceptarlo.

3 días después de que me despidieran, grabé lo que se convertiría en el primer episodio de mi podcast

Sé que mi viaje no es único y que la decepción, el dolor y el cuestionamiento de nuestra autoestima forman parte de la experiencia humana. Pero saber todo esto no hizo que mi proceso individual fuera más fácil, aunque sí me ayudó a darme cuenta de que decir algunas de estas cosas en voz alta me daba menos miedo.

Hablé de mi despido de Google y de las inseguridades que me produjo. Nunca había compartido estos sentimientos y, de repente, iba a hacerlo con completos desconocidos: el desamor me llevó a esa situación.

5 meses después de mi despido, me di cuenta de 3 cosas.

1. Hay una parte de mí que siempre irá a por todas

Creo en dar lo mejor de mí, ofrecer excelencia e implicarme al máximo en las comunidades de las que formo parte. Sea cual sea mi próximo trabajo, seguiré siendo así.

Pero en el futuro, me plantearé el reto de hacerlo desde el amor y el aprecio por la gente con la que trabajo, no desde el miedo, tratando constantemente de demostrar lo que valgo.

2. Ser bueno en mi trabajo no puede ser el pilar que defina quién soy

Siempre lo he sabido, pero interiorizarlo de verdad es otra cosa. Además del papel profesional que pueda desempeñar, también soy madre, esposa, hija, hermana, tía y amiga. Todas estas cosas me hacen pensar en mi propia salud.

Es difícil tenerlo todo, pero sinceramente me di cuenta después de mi despido que realmente no tenía nada si no invertía en mi salud mental y física.

3. Nadie está solo

Esta es una parte realmente hermosa de la vida. Estoy profundamente agradecida a mi familia y a mis amigos, que siguen apoyándome y recordándome que soy más que mi perfil de LinkedIn o los galardones que he me han dado.

Esos logros significan algo para mí: son la prueba de que se puede tener un origen humilde y estar en la misma habitación que una pionera como Susan Wojcicki. Estoy orgullosa del salto que ha dado mi familia en una sola generación, gracias a mi carrera. Pero estoy igualmente orgullosa de mis amistades, de mi forma de tratar con la gente y de empezar cada día sintiéndome optimista y entusiasmada ante los retos que me esperan.

No estoy preparada para decir que el despido ha sido mi suerte. Pero sí diré que me ha traído cosas buenas inesperadas que me han ayudado a mejorar mi comprensión de quién quiero ser.

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