Desde AirPods hasta 'smoothies': así es Data Pro Quo, la máquina expendedora en la que el dinero son los datos personales

Data Pro Quo, la máquina expendedora en la que el dinero son los datos personales.
Data Pro Quo, la máquina expendedora en la que el dinero son los datos personales.

Shackleton

  • Las posibilidades del vending son casi infinitas, desde algunas que ofrecen pruebas de COVID-19 hasta otras que permiten seleccionar insectos para su consumo. 
  • Ahora, ha llegado Data Pro Quo, en la que se paga con datos personales, en lugar de dinero.
  • La iniciativa ha sido gracias a Shackleton –que forma parte de Accenture desde 2019–, en colaboración con Accenture Interactive, el Taller Kenai –de construcción de máquinas– y Evoca Group –multinacional líder en este segmento–, y que ha convertido esta máquina expendedora en la primera de su tipo.
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Hace relativamente poco, en Japón, comenzó a venderse en una máquina expendedora insectos para el consumo humano, una dieta que en oriente está mejor vista que en otras regiones del mundo. Así, se convirtió en la primera de su clase.

Aun así, los clientes que quisieran adquirir este nutritivo alimento tenían de canjear el producto por el tradicional dinero: monedas, billetes o pago con tarjeta. Sin embargo, en España, existe una máquina expendedora que no funciona con dinero y tampoco vende insecto: se paga con datos personales y sus artículos están relacionados con la tecnología, la alimentación y los productos de oficina.

Shackleton, que es parte de Accenture desde 2019, ha sido la responsable de llevar a cabo la primera máquina vending de este tipo, denominada Data Pro Quo, en la que se pueden adquirir productos con nuestros datos personales.

En esta máquina, el dinero son los datos personales, mediante un cuestionario.
En esta máquina, el dinero son los datos personales, mediante un cuestionario.

Shackleton

“La experiencia es el nuevo campo de juego en el que se necesita diseño y creatividad, pero también estrategia de negocio, tecnología y datos; el uso de estos últimos en la toma de decisiones es fundamental", ha resaltado Carmen López Muñoz, directora gerente de Accenture Interactive. "Por ello, hay que ir hacia un modelo cada vez más inteligente, tanto de operaciones como de procesos”.

Así, por un lado, cabe destacar la oferta tan variada de Data Pro Quo y, por otro, la capacidad tecnológica de Shackleton y Accenture Interactive para crear esta máquina, la cual está hackeada para que cumpla sus funciones.

Los datos personales, el dinero de Data Pro Quo

Antes de explicar qué se puede conseguir en Data Pro Quo, es necesario resaltar que dicha máquina está dirigida a ferias tecnológicas, aunque, de momento, solo se puede encontrar en el Digital Hub de Accenture, en Madrid, donde está instalada y en funcionamiento.

Fruto de la colaboración entre Shackleton, Accenture Interactive, el Taller Kenai –de construcción de máquinas– y Evoca Group –multinacional líder en este segmento–, funciona igual que cualquier otra máquina vending, en el sentido de elegir los productos. “Está bien hablar de innovación y del valor de los datos, pero Data Pro Quo es, una vez más, comunicar con hechos”, ha señalado Pablo Alzugaray, CEO de Shackleton.

En Data Pro Quo, se pueden elegir 55 artículos, como alimentación, materiales de oficina y electrónica.
En Data Pro Quo, se pueden elegir 55 artículos, como alimentación, materiales de oficina y electrónica.

Shackleton

Así, en Data Pro Quo, se pueden conseguir 55 artículos diferentes: 32 de ellos relacionados con alimentación saludablesmoothies, diferentes tipos de chocolate negro o frutos secos–; 13 materiales de oficina –termos para el café o libretas–, y 10 dispositivos de electrónicapower banks o AirPods–. 

Dependiendo de lo que el usuario quiera elegir, la máquina ofrecerá un cuestionario, variando el número de preguntas, con formularios divididos en 3 categorías (A, B y C). Por ejemplo, para conseguir los AirPods se han de responder 7 preguntas diferentes, en una pantalla habilitada para ello, donde se situarían habitualmente el teclado y el método de pago.

Además, Data Pro Quo está personalizada casi totalmente, preguntando por el rol profesional del usuario (CEO, CMO, CTO, etc.) para ajustar las preguntas en consecuencia. Este, a cambio, ofrecerá datos personales como el correo electrónico o el sector al que pertenece. Aunque todo ello tiene detrás una increíble tarea informática, ya que la máquina está "hackeada".

Una máquina controlada desde fuera

Aunque ya es curioso el hecho de pagar con datos personales, en lugar de dinero, su curiosidad no recae solo en esta parte. Para desarrollar toda la labor técnica del proyecto, ha sido necesaria la implicación de un equipo mecánico e informático.

En primer lugar se ha tenido que desarrollar toda la interfaz de comunicación con el usuario, desde la pantalla táctil hasta un servidor interno que almacena la información y personaliza las preguntas, sin necesidad de programación y con una capa HTTP, encargada de enviar los datos al elemento de control externo.

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En segundo lugar, dicho elemento de control se basa en "hackear" la propia máquina. Para ello, se ha utilizado lo que se conoce como ingeniería inversa: se simula la introducción de los datos en un hardware externo, la máquina recibe instrucciones del precio con las propias respuestas, así como el producto elegido, para que Data Pro Quo actúe como si de una persona se tratara.

En este sentido, el equipo ha aislado eléctricamente todo el circuito "hacker" de Data Pro Quo, mediante optoacopladores que eviten bucles de masa y errores en la comunicación. Además, desde Shackleton han asegurado que los datos quedan alojados de forma segura y de manera restringida.

¿Será este ejemplo tomado en cuenta por otras empresas? Y lo más importante, ¿tomarán ejemplo algunas máquinas de productos más comerciales, en un futuro próximo?

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